Rusia comenzó a recibir en las últimas horas a los prisioneros de la guerra en Ucrania de la planta de acero Azovstal, el único lugar donde quedan combatientes ucranianos en la sureña ciudad portuaria Mariupol, desde hace casi un mes controlada por Rusia, mientras Suecia y Finlandia continuaron sus trámites para adherir a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Al menos 265 soldados ucranianos se rindieron y salieron de la gigantesca planta industrial, que tiene túneles subterráneos de varios kilómetros de longitud y quedaron a cargo de autoridades rusas.
"En las últimas 24 horas, 265 combatientes depusieron sus armas y se rindieron, incluyendo 51 que estaban gravemente heridos", dijo el Ministerio de Defensa ruso en un comunicado recogido por la agencia de noticias AFP.
Las autoridades rusas precisaron que aquellos que necesitaban asistencia médica fueron trasladados a un hospital en Novoazovsk.
El presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, celebró en su habitual video nocturno la salida con vida de los militares de la planta industrial, aunque sin reconocer la condición de prisioneros de guerra, una política adoptada previamente por sus funcionarios cuando anunciaron la "evacuación" de sus tropas de Azovstal.
"Gracias a la actuación de los militares ucranianos, las Fuerzas Armadas de Ucrania, los servicios de inteligencia, el equipo negociador, el Comité Internacional de la Cruz Roja y Naciones Unidas, por salvar la vida de nuestros chicos. Entre ellos se encuentran los heridos graves, a los que se les está proporcionando ayuda médica", subrayó el mandatario, citado por la agencia de noticias Europa Press.
Zelenski recalcó que "Ucrania necesita héroes ucranianos vivos".
"Es nuestro principal objetivo", añadió, y anunció que continúan las labores "para traer a los chicos a casa, un trabajo que necesita delicadeza y tiempo".
El Gobierno de Ucrania había anunciado ayer la "evacuación" de sus militares y confirmado que todos ellos habían sido trasladados a zonas controladas por Rusia, pero había evitado la palabra "rendición", aunque luego la viceministra de Defensa, Ganna Malyar, dijo que los militares serían sometidos a un "procedimiento de intercambio".
Las autoridades ucranianas dijeron la semana pasada que más de mil soldados ucranianos, 600 de ellos heridos, estaban dentro del complejo industrial, de manera que se aguarda que en las próximas horas continúe la rendición.
En tanto, en el plano político Suecia continuó hoy, en el día 83 de la invasión rusa a Ucrania, los pasos a dar para que el país adhiera a la OTAN, en un cambio histórico respecto de su política de no alineamiento a nivel global.
"Esta mañana la ministra de Exteriores (sueca), Ann Linde, firmó la solicitud para unirse a la OTAN", publicó el Gobierno en su cuenta de Twitter.
El domingo pasado el gobernante Partido Socialdemócrata de Suecia se pronunció a favor de que el país pidiera la admisión en el bloque, pero con la condición de oponerse en el futuro al despliegue de armas nucleares y bases militares en territorio sueco.
El Gobierno finlandés anunció el mismo día también la decisión de solicitar el ingreso en la alianza.
Al respecto, el presidente de Finlandia, Sauli Niinisto, se mostró hoy "optimista" sobre el apoyo de Turquía para las decisiones tomadas por su país y por Suecia, pese a las amenazas de veto expresadas por el presidente Recep Tayyip Erdogan.
"Los últimos días fueron un poco sorprendentes", destacó Sauli Niinisto en una visita de Estado a Suecia justo después de que ambos países anunciaran su voluntad de ingresar al pacto de defensa.
El presidente ruso, Vladimir Putin, descartó que la entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN suponga una amenaza directa para la seguridad de Moscú ya que "no tiene problemas con esos países", si bien adelantó que "sin duda" responderán a esta "política expansionista sin fin" de la Alianza.
Así, argumentó que la reacción de Moscú "dependerá de la naturaleza de las amenazas que surjan", al tiempo que acusó a los países occidentales de estar creando un problema "desde cero" y agregar que por tanto Moscú se guarda el derecho a responder "en consecuencia".
En el plano militar, mientras recrudecen los combates en el este, Rusia sorprendió con ataques con misiles contra un ramal de trenes de la región ucraniana de Lviv (oeste), en el distrito de Yavoriv, a unos 20 kilómetros de la frontera polaca, que no causó víctimas pero sí fuertes daños a la infraestructura ferroviaria, informaron autoridades locales.
"Esta la noche, el enemigo lanzó un ataque con misiles contra la infraestructura de la rama regional de Leópolis Railway en el distrito de Yavoriv. La explosión dañó la infraestructura ferroviaria. No hubo informes de heridos o muertos. Previamente, más misiles llegaron desde el este", escribió el jefe de la Administración Militar Regional, Maksim Kozitski, en su página de Facebook.
Por su parte, el alcalde de Lviv (también conocida como Leópolis), Andrii Sadovi, precisó en su cuenta de Telegram que las ventanas de las casas adyacentes al lugar del impacto habían estallado por la onda expansiva, según reprodujeron medios locales.
Lviv ha sido además un lugar de tránsito para las decenas de miles de ciudadanos ucranianos que han querido abandonar el país y refugiarse en otras naciones de la Unión Europea, empezando por la vecina Polonia.
Con información de Télam