Las autoridades rusas entraron en alerta luego de que el reconocido periodista Seymour Hersh, premio Pulitzer, señalara a Washington como responsable de las explosiones que fueron detectadas en septiembre pasado en el gasoducto más importante que une a Rusia con Europa. "Es un precedente muy peligroso: si alguien lo hizo una vez, puede volver a hacerlo en cualquier parte del mundo", alertó el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov. En medio de la tensión por la guerra en Ucrania, ambas partes comenzaron a intercambiar acusaciones y, en noviembre, Suecia confirmó que se había tratado de "un sabotaje". Sin embargo, nunca quedó claro quién había estado detrás. La Casa Blanca lo desmintió de inmediato, pero Rusia insiste con una investigación internacional.
El 26 de septiembre del año pasado se registró una brusca caída de presión en ambos los gasoductos Nord Stream 1 -que une Rusia con Alemania- y 2, que se había construido para ampliar estas exportaciones de gas, aunque nunca llegó a entrar en funcionamiento por las sanciones. Los sismólogos detectaron explosiones, lo que desató una oleada de especulaciones sobre el sabotaje a uno de los corredores energéticos más importantes de Rusia.
En la jornada de este miércoles, en una entrada de su blog, el reconocido periodista Hersh, ganador del Premio Pulitzer, citó una fuente no identificada que para afirmar que buzos de la marina estadounidense habían destruido los oleoductos con explosivos por orden del presidente Joe Biden. Según Reuters, desde la agencia británica no pudieron corroborar las acusaciones. La Casa Blanca las tachó de "totalmente falsas y de completa ficción". El Ministerio de Relaciones Exteriores de Noruega dijo que las acusaciones eran "un disparate".
Sin embargo, el portavoz del Kremlin, Peskov, declaró que el blog de Hersh merecía más atención y que le sorprendía que los medios de comunicación occidentales no le hubieran dado más cobertura: "El mundo debe averiguar la verdad sobre quién llevó a cabo este acto de sabotaje", dijo Peskov a los periodistas.
Peskov, además, pidió "una investigación internacional abierta de este ataque sin precedentes contra infraestructuras críticas internacionales", y añadió: "Es imposible dejar esto sin descubrir a los responsables y castigarlos". Aunque el funcionario ruso se mostró prudente a la hora de tratar un blog como fuente primaria, dijo que era "injusto" ignorar un artículo que, en su opinión, era "notable por la profundidad del análisis". Rusia afirmó en repetidas ocasiones que Occidente está detrás de las explosiones que afectaron a al Nord Stream. De hecho, el presidente, Vladimir Putin, acusó a las potencias "anglosajonas" de volar los gasoductos, un proyecto diseñado por el Kremlin para eludir a Ucrania en la exportación de su gas bajo el mar Báltico directamente a Europa occidental.
Los investigadores de Suecia y Dinamarca -en cuyas zonas económicas exclusivas ocurrieron las explosiones- sostuvieron que las roturas fueron consecuencia de un sabotaje, pero dieron información sobre quién creen que fue el responsable. Hersh tituló a su historia como "How America Took Out The Nord Stream Pipeline" ("Cómo Estados Unidos acabó con el gasoducto Nord Stream") y, allí afirmó que en 2021 se urdió un plan en los más altos estamentos en Estados Unidos para destruir los gasoductos. Según el informe, un grupo de trabajo de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) ideó un plan de operación encubierta para colocar explosivos en los oleoductos.