El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, creó una unidad específica en su gabinete para ocuparse de uno de los conflictos bélicos que se llevó la atención del mundo en los últimos años: Ucrania. El cargo estará ocupado por un fiel compañero, el general retirado Keith Kellogg, de 80 años, que oficiará como “enviado especial” al territorio. Kellogg, no llega con las manos vacías a su función, por el contrario, presentó su propio plan de paz desde el think tank America First Institute que integra. Punto por punto los pasos para ponerle fin a la guerra.
“Ha estado conmigo desde el comienzo. Juntos, garantizaremos la paz a través de la fuerza y haremos que Estados Unidos y el mundo vuelvan a estar seguros”, dijo el empresario republicano al presentar a Kelllog. De él, además, destacó su “distinguida carrera militar y empresarial”, incluso en casos de seguridad nacional “altamente sensibles” desde el cargo que ocupó en el Consejo de Seguridad Nacional durante su primer mandato 2017-2021.
Paso por paso el plan de Kellog para terminar con la guerra en Ucrania
El documento de 19 páginas se hizo público el 11 de abril de este año y está firmado por Kellogg y Fred Fleitz, también ex funcionario del Consejo de Seguridad Nacional en el primer mandato de Trump. Consta de siete ejes: cómo una política exterior de America First redujo los riesgos de Rusia durante la administración Trump; cómo la incompetencia de Biden en materia de seguridad nacional resultó en un desastre para Ucrania, Biden prejuzgó a Putin antes de ordenar a las tropas rusas invadir Ucrania; los errores de Biden al comienzo de la guerra condenaron a Ucrania; Biden promueve una guerra indirecta con Rusia; disputas sobre las conversaciones de paz; es hora de detener la matanza.
Como se ve, el artículo contiene una fuerte crítica a la gestión de Joe Biden: “Era una crisis evitable que, debido a las políticas incompetentes de la administración Biden y al rechazo del enfoque ‘Estados Unidos Primero’ en materia de seguridad nacional, ha enredado a Estados Unidos en una guerra interminable”. A su criterio, en estos años “fracasó” la diplomacia con Rusia y lo que ahora se requiere es un “liderazgo (por parte de Estados Unidos) fuerte para lograr un acuerdo de paz y poner fin de inmediato a las hostilidades entre las dos partes del conflicto”.
En el último subtítulo es en donde aparecen las iniciativas delineadas por Kellogg y Fleitz, siempre tomando como parámetro lo hecho por Biden hasta ese momento:
- Buscar un alto el fuego y una solución negociada: “Estados Unidos seguiría armando a Ucrania y reforzando sus defensas para garantizar que Rusia no haga más avances y no vuelva a atacar después de un alto el fuego o un acuerdo de paz”. En tanto, para que ese aporte en armamento se concrete, el país comandado por Trump exigirá a Ucrania que participe en conversaciones de paz.
- Cómo convencer al presidente ruso, Vladimir Putin, de que se una a las conversaciones de paz: La OTAN debería aplazar el ingreso de Ucrania a la OTAN durante un periodo prolongado a cambio de un acuerdo de paz integral, con garantías de seguridad.
- Sanciones: “A cambio de respetar un alto el fuego, se podría ofrecer a Rusia un alivio limitado de las sanciones. No se le pediría a Ucrania que renunciara a su objetivo de recuperar todo su territorio, pero aceptaría utilizar la diplomacia, no a fuerza en el entendimiento de que esto requeriría un avance diplomático futuro que probablemente no ocurrirá antes de que Putin deje el cargo”, escribieron. Este punto que fue tomado prestado de un artículo publicado por el ex embajador republicano Richard Hass y el internacionalista Charles Kupchan en la revista Foering Policy, según aclaran en el documento. Antes de que todo lo antes mencionado suceda, dicen, “Estados Unidos y sus aliados se comprometerían a levantar totalmente las sanciones contra Rusia y normalizar las relaciones sólo después de la firma de un acuerdo de paz aceptable”. Además, solicitarían que se impongan gravámenes a las ventas de energía risa para la reconstrucción de Ucrania.
- Esto, de algún modo, entiende Kellogg haría que Ucrania “negocie desde una posición de fuerza al mismo tiempo que se le comunicaría a Rusia las consecuencias si no cumple con las condiciones”. Eso implicaría “implementar un estado final” que sería negociado bajo los intereses estadounidenses y ucranianos.
- “Parte de este estado final negociado debería incluir disposiciones en las que establezcamos una arquitectura de seguridad a largo plazo para la defensa de Ucrania que se centre en la defensa de la seguridad bilateral”, a entender de Kellogg y Fleitz “ofrece un camino hacia la paz a largo plazo en la región y un medio para prevenir futuras hostilidades entre las dos naciones”.
“El gobierno y el pueblo ucranianos tendrán problemas para aceptar una paz negociada que no les devuelva todo su territorio o que, al menos por ahora, no haga responsable a Rusia de la carnicería a la que sometió a Ucrania. Sus partidarios también lo tendrán. Pero como dijo Donald Trump en CNN en 2023, 'quiero que todos dejen de morir'. Esa es también nuestra opinión. Es un buen primer paso”, cierra el artículo.