Guatemala avanza hacia un balotaje teñido por la rapiña electoral y el uso político de la Justicia

La crisis electoral culminó esta semana en una pulseada judicial sin precedentes, en la que las principales cortes del país midieron sus fuerzas, frente a una sociedad donde cada vez crece más la abstención y el voto nulo.

14 de julio, 2023 | 00.05

El próximo 20 de agosto habrá segunda vuelta en la elección general en Guatemala. Falló la maniobra de denuncia de fraude de un grupo de partidos que participaron en la última carrera presidencial. El lunes 10 de julio, el pleno de magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) había rechazado por unanimidad la solicitud de reconteo de los votos, encabezada por los representantes de UNE, Cambio, Valor, Todos y Creo, entre nueve partidos denunciantes. Pero la crisis electoral siguió escalando hasta que se puso en duda si el balotaje se haría.

Esta semana, un juez inhabilitó al partido de uno de los dos candidatos que debe competir en las urnas, el diputado Bernardo Arévalo, y su movimiento Semilla tuvo que presentar un recurso de amparo ante la máxima instancia judicial del país, la Corte Constitucional. Mientras la nación entera esperaba la respuesta de la corte, la Fiscalía allanó el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y luego éste último dio una conferencia de prensa para dejarle claro a la CC que la inhabilitación no era ilegal y solo él podía decidirla. Finalmente, cuando ya había caído la noche y las protestas se mantenían en las calles, la corte dio lugar al amparo y garantizó que la segunda vuelta se realizará como estaba planeado y con los dos candidatos más votados. 

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De los 9,3 millones habilitados el último domingo de junio para ejercer su voto, 4 millones no asistieron, y de los aproximadamente 5 millones que votaron, el 17% emitió un voto nulo. Además, casi 2,8 millones de jóvenes en edad constitucional de participar, quedaron fuera del proceso “democrático” a falta de inclusión en el padrón. Cabe, al menos, preguntarse por la responsabilidad del TSE, el mismo que impidió competir a 4 fórmulas para el ejecutivo, algunas según cuestionables argumentos. 

Hasta pocas horas antes de los comicios, las cada vez menos “confiables” encuestas (a medida de las operaciones de “diversión” si lo pusiéramos en términos de la guerra electoral), daban la delantera en intención de voto al ex Jefe de Gabinete de la Secretaría General de las Naciones Unidas, Edmond Mulet; la hija del dictador Efraín Ríos Montt, Zury Ríos y a Sandra Torres. 

El resultado del 25 de junio, lejos de los pronósticos, otorgó una diferencia de tres puntos a Torres, ex primera dama del Álvaro Colom (2008-2012) sobre el diputado Bernardo Arévalo, fundador del movimiento político Semilla, que se consolidó en la calle, durante las manifestaciones anticorrupción que registró la nación centroamericana en 2015, con el apoyo de una buena parte de la sociedad 

Sandra Torres, la candidata de Unidad Nacional de la Esperanza -UNE- que llega por tercera vez a un balotaje, luego de perder contra Jimmy Morales en 2015 y Alejandro Giammattei en el 19, está acompañada por el ex pastor evangelico Romeo Guerra, como candidato a vicepresidente. El electorado la recuerda por haber impulsado el Programa Presidencial “Bolsa Solidaria”, un paquete de alimentos para la población pobre, que destinó una gran parte del presupuesto del Estado cuando Colom presidió, lo que explicaría parte del voto en el área rural y en las áreas “marginales” urbanas. 

Arévalo, hijo del ex presidente (1945-1951), el socialista nacional Juan José Arévalos, obtuvo cuatro veces más de los votos que vaticinaban las encuestadoras, tomando por sorpresa a unos cuantos desprevenidos, pero no a las y los militantes territoriales, que otorgaron a él y a Karin Herrera, una victoria contundente. Semilla pasó de tener un pequeño bloque de cinco diputados (arrancó con siete en 2019, pero dos de ellos viraron de partido) a constituir la tercera fuerza parlamentaria. Contará con 23 escaños, solo por detrás de VAMOS (39), UNE (28) y antes de Cabal (18) y Viva (11), en la lista de las primeras cinco alianzas partidarias de las que dependerá la gobernabilidad del próximo presidente. 

La presidenta del TSE, Irma Palencia, aseguró que se había cumplido con la instrucción de la Corte de Constitucionalidad, “se acompañaron los informes circunstanciados de las juntas electorales departamentales, donde consta el cumplimiento de la segunda audiencia de revisión de escrutinios”, dijo tras unos días en los que el mundo entero fue testigo de la suspensión del anuncio de los resultados electorales.

Por izquierda y por derecha, diversos actores reclamaron el reconocimiento de los resultados del 25 pasado, basados en la participación de los observadores internacionales  la misión de la Unión Europea y la de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que aseguraron el desarrollo de una “jornada electoral satisfactoria” y la “integridad del proceso electoral”. Además, señalaron la responsabilidad de la Corte Constitucional en el deterioro del proceso. 

Human Rights Watch y la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), el Consejo de Autoridades Indígenas Ancestrales de los 48 Cantones de Totonicapán, el Gobierno de Brasil y de Noruega, el Departamento de Estado de Estados Unidos, varias embajadas europeas en Guatemala y el Grupo de Puebla son algunos de los que se posicionaron estos últimos días.  

El balotaje nuestro, de cada campaña

El punto de partida no es alentador para el binomio que se imponga en la segunda vuelta, tan resistida por el establishment político del país. El Movimiento Semilla, en el marco del acuerdo programático “10 Semillas para el Desarrollo”, impulsa políticas para el arraigo, clave para que “se vuelva un país para vivir, no para huir”, como reza el lema electoral. Guatemala sostiene su economía en las remesas que envían sus millones de emigrados a Estados Unidos, es decir que el mayor ingreso de divisas no está creado por la inversión extranjera o por la producción. Tan es así, que Semilla propone en su campaña la creación del “distrito 24”, que sería un nuevo municipio, íntegramente conformado por las y los guatemaltecos en el exterior. 

En otro orden de propuestas, más bien reparadora del malestar social, se encuentra el Plan Generación de Empleo, destinado a un millón de jóvenes para contrarrestar el alto desempleo. Guatemala es un país agroexportador donde la gran producción de azúcar y palma es la actividad principal, en detrimento del agregado de valor en origen.

Semilla se propone fomentar el trabajo y la producción enmarcada en una economía “modernizada” que incluya al empresariado nacional, las y los jóvenes y las emprendedoras, mujeres en su mayoría, dentro del 80% que participa de las actividades económicas informales. 

Por su parte, Torres, que podría llegar a ser la primera mujer en convertirse en presidenta, jugó sus primeras cartas impulsando el reconteo, pero negándose absolutamente a desconocer el resultado y llamar nuevamente a elecciones, una posibilidad que también alimentó el escenario de tensiones. 

La candidata de UNE ha centrado su campaña en la política social que llevó adelante su esposo. En un país donde más de la mitad de la población infantil sufre desnutrición severa, el acceso a los bienes de primera necesidad es prácticamente, un privilegio. El último Monitoreo de la Respuesta Humanitaria de la ONU (enero - abril 2023) indica que la Inseguridad Alimentaria y Nutricional (INSAN), el fenómeno de la Movilidad Humana en todas sus manifestaciones y algunos remanentes desde el impacto de las tormentas tropicales Eta/ Iota y Julia, siguen siendo prioridad en la acción humanitaria que ejecutan diversos organismos internacionales y la red de ONGs desplegadas por el país. 

Torres promete mayor injerencia del Estado guatemalteco en estos asuntos, además de poner el acento en la lucha contra la corrupción de las y los funcionarios públicos y sostener la necesidad de generar empleo fomentado por la inversión extranjera directa.  

En paralelo a la campaña y las propuestas, siguen las maniobras judiciales. En un nuevo intento por impedir la competencia de la fuerza que representa Arévalo, en las últimas horas Rafael Curruchiche, el titular de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI) del Ministerio Público (MP)  informó que el Juzgado Séptimo de Instancia Penal suspendió la personalidad jurídica del Movimiento Semilla por un caso de supuesta falsificación de firmas. Lo que muchos vieron como un triunfo de los sectores que querían modificar el balotaje, terminó siendo una victoria pírrica que aceleró la crisis electoral hasta forzar una decisión final de la Corte Constitucional en apenas unas horas. El balotaje se hará y Arévalo participará.

En un escenario marcado por los golpes y contragolpes de los partidos y agrupaciones, con los aparatos jurídico y mediático como herramienta a su disposición y con la participación activa de actores extranjeros, se desarrolla esta segunda vuelta presidencial. Lo que la prensa instala sobre la supuesta tendencia antisistema del pueblo guatemalteco podría más bien leerse como la exigencia de ese pueblo, de calidad democrática. Lo que incluye, desde el acceso a bienes básicos como la salud, el agua potable o la educación, hasta la posibilidad de participar libremente en las elecciones. Nada de ello está garantizado hoy en la nación centroamericana. 

¿Algo podría cambiar en Guatemala en una situación en la que no dejan de reproducirse escenas de una guerra multidimensional, donde todas las armas son válidas para atacar los procesos políticos que incomodan a los conservadores del orden que los favorece? El pueblo trabajador, indígena y campesino guatemalteco ya manifestó su voluntad, a pesar de la desconfianza generalizada. El próximo 20 de agosto una fuerza tendrá la victoria electoral, que en el mejor de los casos será producto de una victoria política sobre la cual pararse para gobernar en tiempos difíciles.