Las elecciones en Guatemala se dieron en un escenario atravesado por el uso político de la Justicia, la proscripción de candidatos y candidatas y la denuncia constante contra lo que popularmente se conoce como "pacto de corruptos". En medio de ese lodo, Bernardo Arévalo, del Movimiento Semilla; y su compañera de fórmula, Karin Herrera Aguilar, trazaron su camino hacia la presidencia y el pasado 20 de agosto se consolidaron con el 58% de los votos, sobre el 37% de la exprimera dama Sandra Torres, de Unidad Nacional de la Esperanza (UNE). Sin embargo, el camino hacia el Palacio Nacional no está sencillo, advirtió en entrevista con El Destape, Mario Polanco, director del Grupo de Apoyo Mutuo (GAM). "Me preocupa la reacción de los grupos pro-impunidad", dijo y marcó que el desafío para Arévalo, una vez en el Ejecutivo, será pivotear negociaciones con "los poderes fácticos" sin desencantar ni polarizar a la población.
Polanco llegó a Buenos Aires para recibir el Premio Graciela Fernández Meijide, promovido por el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL). La organización que lidera desde 1984, con los años, se convirtió en emblema para la defensa de los derechos humanos en su país por su trabajo por las personas detenidas ilegalmente y desaparecidas forzadamente durante el conflicto armado interno, entre 1960 y 1996. Desde allí, además, elaboran informes temáticos relacionados a los índices de violencia actuales y llevan a cabo un monitoreo sobre seguridad y justicia.
Por ese mismo derrotero, Polanco, que también es doctor en Seguridad Estratégica por la Universidad de San Carlos (USAC), conoce en carne propia la persecución de esos grupos que catalogó como "pro-impunidad", cuya dinámica de acción describió para la "instalación del odio". A todo eso, la población guatemalteca pareciera querer ponerle un punto final. Polanco, con tono suave y lento, explicó que fue el "hartazgo" y, al mismo tiempo que en su país Arévalo y Herrera recibían una medida cautelar de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por las amenazas contra sus vidas, llamó la atención sobre lo que puede llegar a pasar desde ahora hasta el 14 de enero -cuando debieran asumir las nuevas autoridades-. Además, analizó los distintos puntos de negociación que el próximo mandatario deberá emprender y sostuvo que "depende de eso si va a haber encanto o desencanto. Oposición o no".
Las elecciones se dieron en un contexto particular, que trascendió al ámbito internacional por las denuncias de proscripción de candidatos y contra lo que en Guatemala denominan “el pacto de corruptos”, ¿cuál es el escenario de ahora en adelante?
Lo que ha ocurrido con estas elecciones es que la población llegó a un nivel de hartazgo, de cansancio, que decidió votar por el que consideran que puede llegar a ayudar a sacar al país de esta crisis. De 22 o 24 candidatos que se presentaron, diría que 23 tienen muy dudosos antecedentes. Ahora, me preocupa la reacción que han tenido los grupos oscuros, esos que se van a ver afectados si hay un combate a la corrupción, que han desencadenado todas sus armas, sus baterías, para destruir al candidato ahora presidente y a su partido político. Hay casi cinco meses entre las elecciones y la toma de posesión, entonces creo que este periodo de tiempo va a permitirle a los enemigos de la democracia y de la justicia intentar establecer mecanismos para evitar que tome posesión. En Guatemala se está judicializando todo. De hecho, el nuevo presidente ya tiene muchas denuncias por parte de la Fundación contra el Terrorismo, que promueve la impunidad. Y hay que dejar en claro, que a partir del 1 de noviembre las condiciones del país se verán afectadas, porque el partido electo cuenta con un amparo que pierde efecto el 31 de octubre y el 1 de noviembre amanecerá sin él. Ahí es donde creo que van a interponer cualquier tipo de acción contra ellos y van a buscar la manera de hacerles desaparecer el partido antes del 14 de enero.
¿Qué es esa fundación y que rol tiene?
Luego de iniciarse todo el proceso de investigaciones contra violadores de los derechos humanos (N de R: tras casi 30 años de conflicto armado interno que se cerraron con los Acuerdos de Paz, en 1996), contra narcotraficantes y corruptos, ellos mismos decidieron armar organizaciones pro-impunidad. Lo que pienso es que, quizá a la larga, no está tan mal porque antes lo que hacían era matar y ahora se organizaron contra nosotros para atacarnos y abrirnos procesos penales a quienes trabajamos en favor de la verdad y la justicia. Crearon 32 organizaciones y cualquier persona acusada por violaciones a los derechos humanos, corrupción o narcotráfico es defendida por ellos. De todas de las organizaciones que tienen, no todas siguen funcionando, la Fundación contra el Terrorismo es las más conocidas y la más emblemática. Quienes les dan financiamiento son narcotraficantes, el Gobierno y los empresarios. Por poner ejemplos, la fiscal general Consuelo Porras, tiene amistad con el director de la Fundaterror -como le llamamos nosotros a la Fundación-, la presidenta de la Corte Suprema de Justicia comparte y le da me gusta a todas las publicaciones del director y de la Fundación. Lo que hacen es promover el odio, se dedican a atacar durante largos periodos de tiempo a las personas como una forma de desgastar. Nos abren juicios, nos tratan de delincuentes y vividores y eso se introyecta en determinados sectores de la población que ya no ven la lucha que desarrollamos como una lucha justa, sino como una lucha sesgada porque ellos así lo hacen ver. Son organizaciones que no tienen base social ni presencia, son dos o tres personas con un gran staff, periodistas, abogados y se manejan en redes sociales fundamentalmente. Ahora, Estados Unidos emite tres listados (N de R: listas internacionales en donde el país señala hechos de corrupción, entre otros) y los integrantes de estas organizaciones siempre están en algunas de ellas, ya sea por lavado de dinero, por corruptos o por violaciones a los derechos humanos.
En ese escenario, en donde pareciera que ellos tenían toda una maquinaria para evitar que ganara Semilla, ¿cómo es que, finalmente, se impone en los resultados?
Creo que cometieron un error los mismos grupos pro-impunidad y la otra candidata, Sandra Torres, que le hicieron publicidad atacándolo. Como Guatemala es un país muy conservador, decían que él iba a legalizar el matrimonio igualitario y el aborto. Lo atacaron tanto que la gente dijo: “Hay que votarlo a él”, como una suerte de psicología inversa. Creo que ese fue un factor que desencadenó que tuviera votos, pero también hay que ver el segmento de la población que votó por Bernardo: la juventud. Como dije, Guatemala es un país muy conservador, pero también éste podría ser el inicio de una transición a que seamos un poquito más liberales. Hay dos países en el continente que son conservadores y que tienen características muy similares y los dos votaron a la izquierda en sus últimos procesos eleccionarios: Colombia y Guatemala. Eso es curioso. Ojalá no se desencante la población.
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Mencionó ya los escollos que le tocará atravesar a Arévalo en estos meses antes de asumir. Ahora, ¿cuáles son los desafíos una vez en el Gobierno?
Creo que el gran reto que tiene para gobernar es negociar con los poderes fácticos y tomar decisiones en función de ello. Depende de eso sí va a haber encanto o desencanto. Oposición o no. Ahí, el partido Semilla la tiene más difícil, porque ha atacado a todos los demás. Ha señalado a todos. Habrá que ver qué capacidad tiene Bernardo de tender puentes hacia todos para la gobernabilidad, lo que podría implicar no investigar algunas cosas. Sobre la justicia, la expectativa es ver en la cárcel al actual presidente (N de R: Alejandro Giammattei, con varias investigaciones por corrupción en su haber, como haber recibido sobornos de empresarios rusos para la recibir la concesión de un puerto en la frontera con Honduras, por ejemplo), a su pareja y a otros, que han hecho tanto daño. ¿Qué va a pasar si no lo hace? Porque eso de tender puentes para la gobernabilidad podría implicar dialogar con Vamos, el partido que todavía está en el Gobierno. Tiene que tender puentes con el sector empresarial también porque si no podría desencadenar una crisis económica en el país. Tiene que buscar la manera de co-gobernar con algunos de ellos en algunos ministerios. Todo ello puede ser cuestionado por parte de la población y de los votantes. Ahora, Bernardo, una vez que asume, se convierte en el comandante general del Ejército, y en Guatemala tiene que ser un militar el ministro de la Defensa, porque así lo establece la Constitución. ¿A quién va a poner? Él es experto en temas de seguridad y defensa, seguramente conoce a quién puede poner, pero hay expectativas sobre cómo irá a hacerlo teniendo en cuenta que en función del lugar que ocupa la persona a la que elija, implicará descartar a toda la escala para arriba. Sería curioso ver que ponga a un coronel o teniente coronel para cambiar la estructura del Ejército. Y no creo que haya problema que empujen hasta el 100, porque no es un Ejército golpista, pero hay otro poder fáctico que es el empresarial, con el que tiene que tener cuidado. Otro poder fáctico que es muy importante: el internacional, fundamentalmente los gringos, de quienes tiene el respaldo. Creo que todos estos factores van a contribuir a que haya una buena gobernabilidad, que puede generar confianza y permitir que Bernardo, en sus primeras decisiones, empiece a actuar fortalecidamente. Pero en algunas de esas negociaciones y decisiones, en algunos momentos tendrá que ceder.
Justamente, entre las propuestas para los primeros cien días de Gobierno, Arévalo hizo eje en niñez y salud, “limpiar las cuentas” y hacer un llamado al diálogo nacional…
El diálogo tampoco es tan nuevo que lo proponga un presidente, el asunto va a ser si las decisiones van a ser vinculantes, cómo va a ser, quiénes van a ir al diálogo, ver si será posible incluir a todos y que, en un plazo corto, haya resultados significativos... Creo que es muy bueno pensar trabajar por la niñez, la salud, abastecer a los hospitales y, ojalá, haya algunos mecanismos para tratar de combatir la corrupción. El problema es que los pueblos muchas veces quieren que rueden cabezas y no sé hasta dónde el Gobierno de Bernardo querrá exponerlos públicamente, porque eso puede generar mayor polarización y que algunos sectores se sientan fortalecidos o que los empresarios que se sientan afectados le introduzcan dinero a Fundaterror. El tema es cómo establecer algunas acciones sin polarizar a la sociedad, ese también debe ser uno de los retos de Bernardo.