Sarkozy fue condenado a tres años de prisión por corrupción y tráfico de influencias

El máximo tribunal francés confirmó la condena contra el expresidente en el juicio conocido como “el caso de las escuchas” o el “caso Bismuth”.

18 de diciembre, 2024 | 17.58

La Corte de Casación, el máximo tribunal de Francia, confirmó la condena contra el expresidente Nicolás Sarkozy por corrupción y tráfico de influencias en el caso conocido como "las escuchas" por intentar sobornar a un juez y de tráfico de influencias a cambio de información confidencial sobre una investigación de las finanzas de su campaña en 2007. Por esta decisión se convirtió en el primer exmandatario de su país que deberá cumplir una sentencia: deberá usar un brazalete electrónico durante un año. Se espera la apelación por parte de la defensa, aunque eso no suspenderá la condena.

Sarkozy había recurrido la condena de 2021, en la que se le había impuesto una pena de tres años de prisión. Dos de los años fueron suspendidos y Sarkozy ahora deberá llevar un brazalete de vigilancia electrónica en lugar de ingresar en prisión durante el último año.

Patrice Spinosi, abogado de Sarkozy, dijo que el expresidente recurriría la sentencia ante el Tribunal Europeo de Derechos Humano y añadió que el ex mandatario acatará lo determinado por la Justicia, pero que "seguiría utilizando todos los medios legales a su alcance para demostrar su inocencia".

Sarkozy, un conservador que sigue siendo una figura importante en la política francesa incluso después de dejar el cargo en 2012, había sido declarado culpable por un tribunal de primera instancia en el caso también conocido en Francia como el 'caso Bismuth', en referencia al nombre falso que eligió Sarkozy para abrir una línea telefónica secundaria.

El tribunal determinó que bajo ese pseudónimo conspiró para conseguir un puesto de trabajo en Mónaco para un juez a cambio de información privilegiada sobre una investigación acerca de las acusaciones de que había aceptado pagos ilegales de la heredera de L'Oreal, Liliane Bettencourt. La investigación había comenzado cuando los investigadores, que tenían bajo escucha los teléfonos de Sarkozy en 2014 en el marco de otro caso, descubrieron que su abogado le había abierto una línea secundaria con la que mantenían comunicaciones y que también fue pinchado. En las escuchas descubrieron conversaciones que apuntaban a este caso.

El juez, Gilbert Azibert, también fue condenado por corrupción y tráfico de influencias.

El ex mandatario continuará bajo el ojo de la Justicia 

Sarkozy tiene por delante un largo rosario de cuentas pendientes con la justicia. La más inmediata llegará el próximo 6 de enero, cuando se abra el juicio por la presunta financiación ilegal de su campaña de 2007 con dinero del régimen libio de Muamar Gadafi, un proceso al que podría acudir ya con el brazalete electrónico. Aunque él niega los cargos.

Para esa ocasión, enfrenta una posible pena de hasta diez años de cárcel. 

Otro hecho que se investiga, también tiene que ver con el financiamiento ilegal de su campaña, pero en 2012 cuando quedó fuera del Palacio Eliseo por la derrota que sufrió ante el socialista Francois Hollande. En febrero pasado fue condenado en apelación a un año de cárcel, de los cuales sólo la mitad con cumplimiento y también con un brazalete electrónico, que el presidente no lo lleva aun porque recurrió también ante el Supremo, que no se pronunciará hasta el segundo semestre de 2025.

El predecesor de Sarkozy, Jacques Chirac, también conservador, es el único otro presidente de la historia moderna de Francia que ha sido condenado por un tribunal. Chirac fue declarado culpable de corrupción en 2011, cuatro años después de dejar el cargo.

Con información de Reuters