Sleepy Donald: el karma que acecha a Trump

Donald Trump vuelve a ser blanco de críticas por recientes confusiones en sus discursos, reavivando el debate sobre su edad, un tema que ya golpeó a Joe Biden. Sin embargo, sigue firme en las encuestas y no hay indicios de que abandone la carrera presidencial.

12 de octubre, 2024 | 00.05

Tras burlarse de Joe Biden por sus gaffes, ahora es el propio Donald Trump el que está en la mira por sus confusiones. En los últimos discursos y entrevistas dijo que estuvo en Gaza cuando no hay pruebas de eso, confundió ciudades, hizo referencia al público que asistió al debate cuando no había espectadores, entre otros momentos, que generaron que los cuestionamientos por la edad volvieran a ser tema de campaña. Sin embargo, nada parece indicar que el ex mandatario, que ahora con 78 años se convirtió en el candidato presidencial más longevo, pueda seguir los pasos del presidente actual y retirarse, y tampoco los números en las encuestas lo desfavorecen, pero sí el tema de la edad volvió a la campaña.

“Tu sabes, he estado ahí y es áspero, duro”, afirmó el republicano al hablar de Gaza en una entrevista que dio esta semana, lo que generó la incertidumbre de varios medios de comunicación acerca de cuándo Trump visitó ese territorio palestino. Desde la campaña del ex mandatario tuvieron distintas versiones, una de ellas es que hizo el viaje antes de ser Presidente. Varios periodistas intentaron dar con alguna información que compruebe que el candidato visitó efectivamente como dijo, pero no encontraron nada. Tampoco sería la primera vez que dice algo que no es cierto, pero lo que llamó la atención es que acá no pareciera haber sido una mentira planificada sino más bien una confusión.

En las últimas semanas, en Luisiana en un mitín confundió a ese estado con Nevada en pleno acto de campaña, algo que podría adjudicarse a una cansancio electoral, pero también confundió Alaska con Afganistán y llegó a decir que Corea del Norte lo quiere matar cuando antes había dicho que era la República Islámica de Irán el país que estaba detrás de los dos intentos de asesinato que sufrió este año. La mayoría de estos furcios fueron noticia mediática y recuerda a lo que sucedió durante este 2024 con los discursos de Biden y sus confusiones al hablar, que lo llevaron a abandonar la carrera en julio pasado.

Un artículo del New York Times de esta semana recuerda varias de las equivocaciones de Trump y analizaron que los discursos que da el candidato duran en promedio 82 minutos, contra los 45 que duraban en el 2016. También señalan que usa términos más categóricos como siempre o nunca, que usa más “malas palabras” y que recurre más a tiempos pasados cuando era más joven y habla de películas filmadas décadas atrás en las cuales confunde el nombre, o habla de actores que ya están muertos como si estuvieran vivos, algo que podría hablar del paso del tiempo.

Kamala Harris y Donald Trump se enfrentan en las elecciones de Estados Unidos 2024.

Liderazgos grandes

“Efectivamente hay un poco de ruido en los discursos de Trump. Él se ve asimismo como una persona disruptiva, que conecta mejor con el electorado y le fue bien improvisando, tocando una fibra más sensible. Creo que el Trump de 2016 también lo hacía, tenía esa capacidad, venía de afuera de la política, era más joven. En este caso que creo que hay algo de eso de que puede hacerlo porque le sale bien, pero es cierto que hay una discusión en los discursos donde empieza a perder el hilo, un Trump resentido con una actividad más negativa, subrayando el hecho de la elección robada de 2020 según él”, explica a El Destape, el doctor y Máster en Ciencia Política por la University of Pittsburgh, Estados Unidos, y director carreras de Ciencia Política y Estudios Internacionales de la Universidad Di Tella, Juan Negri

Cuando se conoció que Kamala Harris sería la sucesora se publicaron varios artículos en los cuales se analizaba cuál debería ser la estrategia comunicacional de la vicepresidenta frente a un discurso más agresivo y negativo por parte de Trump con respecto a la supuesta elección robada y expresiones de que son comunistas o de la izquierda radical, entre otros. De hecho, al principio cuando la candidata fue nominada, al ex mandatario le costó discursivamente salir de los ataques que ya tenía planificado hacia Biden y durante días se lo criticó por seguir hablándole al Presidente actual.

“Tómalo de un viejo a otro: la edad es solo un número”, le escribió Biden a Trump el pasado 14 de junio para saludarlo por su cumpleaños y remarcar que si bien el actual presidente es cuestionado por su edad, 81, el ex mandatario tampoco es tanto más joven, ya que tiene apenas 3 años menos. Más allá de los análisis que se hicieron de si las confusiones propia de su edad, o la salud, lo que prevaleció de fondo en ese debate es la falta de construcción de nuevos liderazgos. Cuando el mandatario abandonó la carrera, “el viejo” pasó a ser el republicano frente a una Kamala de 59 años. De hecho el ex mandatario ya se convirtió en el candidato más longevo y sería el presidente más grande si gana, por lo que le quitaría esos puestos al demócrata.

“Si hubo un Biden muy anciano y ahora un Trump muy anciano subraya también, tal vez, la incapacidad de la dirigencia estadounidense o de los dos partidos de ir creando nuevas alternativas. El Partido Demócrata un poco que lo tuvo que hacer a la fuerza porque ya estaba en una situación crítica en cuanto apoyo social, aporte de campaña, encuestas, pero ahora vemos que sigue siendo un tema nuevamente”, agregó Negri sobre la discusión de la falta de liderazgos nuevos.

La dirigencia de avanzada edad no es solo en los candidatos, si se mira los casos de quien fue hasta hace poco presidenta de la Cámara de Representantes y una figura clave aún de los demócratas, Nancy Pelosi, tiene 84 años, o el líder en el Senado de los republicanos, Mitch Mcconnell, de 82, que también fue cuestionado por haberse desorientado en apariciones públicas. No significa que por tener cierta edad no puedan acceder ya a puestos relevantes, pero lo que llama la atención es la poca renovación por la cual gran parte de la dirigencia con altas funciones están en torno o arriba de los 80 años, lo cual habla de una poca renovación política.

Con respecto a Trump, Negri agrega: “Hay un tema por donde está pasando la sucesión política en Estados Unidos, que hay incapacidad de generar liderazgos nuevos. Creo que Trump jugó un poco ese rol, dominando la escena y no dando lugar a nuevos sucesores además él fue muy crítico con cualquier que le amanece su liderazgo. El Partido Demócrata también, pero fue una coyuntura bastante particular”.

¿Se puede bajar?

Nada indica que los cuestionamientos a la edad de Trump o sus furcios puedan generar algo similar a lo que sucedió con el mandatario actual. De hecho, tras semanas donde Kamala no hizo más que posicionarse cómodamente en los sondeos, en los últimos días se empezó a ver una mejoría del ex mandatario. A nivel nacional, en los promedios de encuestas lidera generalmente la demócrata por dos puntos, es decir, dentro del margen de error y si se mira los siete estados pendulares que son los que definen la elección, la diferencia es menor, por lo que hasta el momento se espera una elección muy reñida el 5 de noviembre.

Salvo que los cuestionamientos a su edad o sus confusiones vayan en aumento, nada pareciera cambiar el apoyo de los seguidores de Trump. Sí llamó la atención que esta semana rechazó, pese a haber dicho en un comienzo que iba a asistir, al programa 60 minutes, que es un clásico al que asisten los candidatos para ser entrevistados antes de la elección. Kamala fue, en medio de las críticas también por las pocas entrevistas que ha dado, algo que empezó a hacer en estos últimos días, mientras el ex presidente solo asistió a medios que le son más favorables.

Ante los cuestionamientos por sus confusiones, Trump hizo referencia en unos de sus mítines y su argumento fue que habla dos horas sin teleprompter y que cuando “ligeramente” confunde una palabra, enseguida comienzan hablar de problemas cognitivos. Algo muy similar a lo que pasó con Biden, y que el republicano supo explotar al máximo incluso con la burla a través de memes que lo mostraban al Presidente como un títere o incluso un casi muerto en vida. Es válido recordar que el republicano fue el candidato de las últimas tres elecciones presidenciales. Más allá de posibles miramientos personales, estos cuestionamientos dejan a las claras la falta de nuevos liderazgos en la política estadounidense, en medio de una campaña en la que no faltó ningún condimento.