El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, nominó hoy a la jueza Ketanji Brown Jackson, de 51 años, como candidata a convertirse en la primera magistrada negra de la Corte Suprema del país, una decisión histórica prometida por el mandatario durante la campaña electoral que, sin embargo, podría tambalearse en el Senado ante la fragilidad de la mayoría demócrata.
"Es una de las mentes jurídicas más brillantes de nuestra nación y será una jueza excepcional", tuiteó Biden, quien presentará formalmente a la magistrada esta tarde durante una ceremonia en la Casa Blanca.
La relevancia de este nombramiento vitalicio, el primero realizado por Biden, es clave para que el oficialismo pueda garantizar un cierto equilibrio de poder en la Corte Suprema, que se vio alterado en la presidencia del republicano Donald Trump (2016-2020) cuando pasó a tener una mayoría conservadora de seis de los nueves jueces que la integran.
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El máximo tribunal ejerce de árbitro en muchos debates sociales importantes en el país y este año deberá definir si mantiene el derecho al aborto, si extiende el derecho a portar armas o si desmantela ciertas regulaciones ambientales.
Jackson fue designada para reemplazar al juez progresista Stephen Breyer, de 83 años, quien a fines de enero anunció su jubilación para mediados de este año.
El magistrado, nombrado en 1994, dio el paso tras meses de una intensa campaña que exigía su renuncia antes de los comicios legislativos de noviembre, cuando el oficialismo podría perder el control de la Cámara alta -encargada de validar los nombramientos- y, en consecuencia, la oportunidad de nombrar otro juez progresista.
Jackson fue una de las tres finalistas elegidas según criterios estrictos para evitar sorpresas desagradables durante la fase de confirmación en el Senado, que se anuncia tormentosa y en la que es muy probable que los republicanos atosiguen a preguntas a la magistrada elegida por los demócratas.
En un Senado compuesto por 50 demócratas y 50 republicanos, la vicepresidenta Kamala Harris daría el voto diferencial que permitiría validar el nombramiento, pero para ello el oficialismo debe votar en bloque y sin ausencias.
De ahí el interés de Biden, quien se implicó personalmente en la selección, en nombrar una candidata que pueda generar consenso entre los opositores moderados.
Jackson es magistrada de la Corte Federal de Apelaciones de la ciudad de Washington, considerado el segundo tribunal más importante del país y una plataforma para ascender al Supremo.
La jueza, una graduada de Harvard que trabajó para Breyer y se desempeñó como asistente del defensor público federal, fue nominada el año pasado a su actual cargo por el propio Biden y consiguió su nombramiento con el respaldo de tres senadores republicanos.
Según expertos consultados por la cadena CNN, su nominación no debería ser bloqueada.
En su audiencia más reciente en el Senado, los republicanos dedicaron más tiempo a atacar al presidente demócrata que a Jackson, hasta el punto que el senador republicano por Texas John Cornyn llegó a aplaudir los "impresionantes" antecedentes exhibidos por la ahora nominada por Biden.
Con información de Télam