Elecciones en Uruguay: cómo le impacta a Argentina si gana Álvaro Delgado

La disputa electoral en el país vecino se definirá el nuevo presidente y, con ello, la posibilidad de inclinar o no para un lado o no la balanza en el mapa regional sudamericano. El Mercosur, los TLC y la relación bilateral ante un triunfo de Delgado y los socios del Partido Nacional.

20 de octubre, 2024 | 00.05

El 27 de octubre Uruguay irá a las urnas para definir a su próximo presidente por los siguientes 5 años. Son 11 las listas que disputarán la elección, pero las encuestas avizoran una contienda cerrada entre: Yamandú Orsi, que se juega el regreso del izquierdista Frente Amplio (FA); y Álvaro Delgado, que apuesta a la continuidad del Partido Nacional (PN) y sus aliados en un Gobierno que mostró buenas migas con la gestión de Javier Milei. ¿Cómo impactaría en el país esa posible reelección? ¿Cuál es la visión del mundo de Delgado?

La posibilidad de un triunfo de Delgado, ex ministro de Gobierno, mano derecha y delfín del presidente, Luis Lacalle Pou, podría abrirse en caso de que el FA no llegue a cosechar más del 50%+1 de los votos necesarios. De esa manera, iría al balotaje el 24 de noviembre, en donde podría contar con el espaldarazo de diversos aliados. La estrategia en ese caso sería similar a la que se puso en práctica en 2019, cuando después de la primera vuelta, el PN impulsó la creación de la Coalición Multicolor -hoy Coalición Republicana- y estrechó lazos con el Partido Colorado, el partido militar Cabildo Abierto, el Partido Independiente y el de La Gente, que por el momento van separados.

Algunas pistas en la gestión de Lacalle Pou

Desde el inicio de la gestión de Milei, él y su par uruguayo mostraron una buena relación, pero tampoco faltaron los puntos de desencuentro. A pocos meses de iniciada la gestión mileista, el mandatario argentino hizo un fuerte gesto: avaló el acuerdo por el dragado del canal de acceso al Puerto de Montevideo, una pelea bilateral que se extendió por diez años y que va en detrimento de la soberanía nacional y frena las obras de construcción del canal de Magdalena en la provincia de Buenos Aires, como El Destape contó en esta nota.

Ese punto, así como la relación y política fronteriza, para el docente e investigador del Programa de Estudios Internacionales de la Universidad de la República (Udelar), Damián Rodríguez, en diálogo con este medio apuntó que serán claves también en el vínculo entre los dos países y ambos jefes de Estado.

En contrapartida, los presidentes mostraron disidencias en su visión del Estado: “Tenemos que tener un Estado fuerte para que el individuo pueda gozar de la libertad”, dijo Lacalle Pou en el encuentro de la Fundación Libertad de este año delante de Milei, que se considera un “topo” que busca destruirlo. En tanto, aunque comparten la idea sobre la “flexibilización” del Mercosur, el uruguayo hizo evidente sus molestias con Milei por el faltazo en la cumbre de presidentes del bloque sudamericano: “Acá deberíamos estar todos los presidentes”, dijo sin mencionarlo en plena reunión ante sus pares.

Política y economía, asuntos separados

Camilo López Burian es profesor de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Udelar, en entrevista con El Destape caracterizó la perspectiva sobre política exterior del PN: “Una de las nociones muy discutibles desde el punto de vista académico es que sostiene como estrategia dividir los asuntos políticos de los asuntos económicos.  Por lo tanto, si uno observa la visión de inserción económica internacional, tanto de este Gobierno como la que se propone para el próximo, en caso de que triunfe Delgado, tiene como idea central que Uruguay debe comerciar y debe abrirse con todos. Allí hay una entonación que es convergente con la visión del gobierno Milei”, destacó el analista internacional.

Más allá de la puesta en práctica o no de ese discurso por parte de la gestión de Milei a lo largo de estos meses, López señaló mirada liberal que comparten ambos dirigentes, de apertura económica, en el caso de Uruguay, centrado en commodities de origen rural.

Esta posición del PN, de hecho, está manifiesta en el programa de Delgado, en donde propuso alterar el orden de los factores de la Cancillería, que pasaría a llamarse Ministerio de Comercio y Relaciones Exteriores. Esa definición le valió las críticas del expresidente del Partido Colorado –uno de sus aliados en la actualidad- Julio María Sanguinetti: "El comercio no funciona sin la política. Y lo fundamental para un país como nosotros es tener una política exterior universal, inteligente, eficaz y adecuada", dijo.

La visión sobre el Mercosur

Delgado no se aleja mucho de las miradas de su jefe político. En su programa de gobierno propone impulsar una estrategia de “sinceramiento y modernización del Mercosur”, considera que se trata de una zona de libre comercio “imperfecta” y planea “instar” al bloque “acuerdos con terceros países”, como ya hizo Lacalle Pou con China. También propone “mejorar las condiciones para el comercio” entre los países, fortalecer los proyectos de infraestructura y conectividad regional.

A los ojos de Rodriguez, consultado por El Destape, “hay una visión compartida entre el candidato del FA como del PN respecto a la necesidad de avanzar en una flexibilización” del bloque sudamericano. “Orsi comparte el diagnóstico del candidato del oficialismo de que el bloque funciona mal y que necesita mejorarse. Incluso afirmó que, si bien es impensable pensarse fuera de la región, lo cierto es que el bloque actualmente le genera rigidez al Uruguay”, destacó.

Uruguay en el mundo

“Promover nuestra participación en los organismos del multilateralismo tradicional”, está entre las iniciativas de Delgado, en donde destacó a las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Organización Mundial del Comercio (OMC). Allí habla de fortalecer el “soft power” de Uruguay a partir del “prestigio como país estable, democrático, con reglas claras y presencia continuada y consistente”.

Además, dice que centrarán su posicionamiento internacional “en los factores ESG (sigla que en inglés que hace referencia a: Environmental (medio ambiente), Social (sociedad) y Governance (gobierno corporativo)): Uruguay tiene indicadores ambientales, sociales y de gobernanza que lo distinguen en el mundo, y constituyen un diferencial estratégico en los ámbitos económico, financiero y político”, todos ellos puntos por fuera de la agenda del mandatario argentino.

Las alianzas internas

En su análisis, López también hizo referencia a las posibles alianzas que establezca el Partido Nacional en caso de triunfar en las elecciones. Para el internacionalista será necesario ver el resultado en el Congreso -que renovará 30 miembros de la Cámara de Senadores, donde quien obtenga 16 bancas tendrá la mayoría absoluta; y 99 de la Cámara de Representantes, que requerirá de 50 bancas necesarias para la mayoría absoluta- y la posibilidad de acceder a mayorías parlamentarias “en una coalición de gobierno con el resto de los partidos que se ubican en el espacio de la centro-derecha hacia la derecha, con distintos actores”.  

“Hay que ver los pesos legislativos de estos actores para ver cómo esos contrapesos pueden ocurrir. Se espera una baja votación de Cabildo Abierto, que es el partido más a la derecha del sistema político uruguayo, pero que tiene una posición regionalista muy fuerte en las preferencias de sus legisladores. Y eso puede llevar a matizar algunas posiciones aperturistas del gobierno si este partido tuviera peso, pero lo más probable es que no lo tenga”, avizoró.

El segundo partido más importante de la coalición actual es el Partido Colorado, si se da uno de los escenarios que prevén las encuestas –que es que salga en tercer lugar- aquí también “hay una posición aperturista, liberalizante, muy marcada, pero diría más que nada en esa entonación de la derecha liberal tradicional que en Argentina podría ser comparada con el macrismo”, señaló. El punto de contacto, indicó López, está “en la impugnación de la integración regional” con derechas mucho más radicalizadas en sus discursos y en sus acciones como es el caso del Gobierno del presidente Milei”.