Quién es Kamala Harris, la primera vicepresidenta de Estados Unidos

Junto a Biden logró derrotar a Donald Trump en una elección histórica.

07 de noviembre, 2020 | 16.52

Kamala Harris ya había hecho historia antes de ganar la elección junto a Joe Biden: fue la primera mujer afrodescendiente y la primera persona de raíces asiáticas que tuvo lugar en una boleta presidencial de Estados Unidos. Ahora la historia se reformula y la convierte en la primera mujer en ser electa vicepresidenta de aquel país. Feminista, severa y militante contra el racismo, quién es Kamala Harris

Nació en 1964, es hija de inmigrantes, fue formada en Derecho y dueña de un discurso difícil de encasillar. Tras el divorcio de sus padres -un profesor de Economía de Jamaica y una médica endocrinóloga y nutricionista de India-, Harris y su hermana Maya fueron criadas en los años 60 y 70 rodeadas de académicas exitosas amigas de su madre y de voces feministas y progresistas del movimiento negro.

Esto les imprimió a ambas una mirada del racismo, la justicia social y el sistema penal. Sin embargo su imagen no es la mejor entre la población negra debido a que como fiscal la acusan de haber perseguido delitos de baja escala, cometidos en gran parte por negros y latinos pobres. 

En 1990, con solo 25 años, Harris asumió como vicefiscal general de Oakland, su ciudad natal en California, en momentos en que el entonces presidente, el demócrata Bill Clinton, pedía mano dura para frenar a las pandillas y dar pelea en la guerra contra las drogas. Ocho años después, Harris asumió el mismo cargo en la ciudad vecina de San Francisco y, en 2003, tras chocar con la gestión que quería que los menores de edad fueran juzgados por cortes ordinarias, sorprendió a todos y desafió a su jefe en las urnas.

Harris ganó pese a no tener grandes conexiones partidarias y se convirtió en la primera fiscal general de distrito mujer de San Francisco en un momento en que el 95% de las personas que ocupaban ese cargo en el país eran blancas y el 83%, hombres, según reseñó en aquel momento la revista San Francisco Magazine. Ocupó ese cargo electivo durante seis años y en ese período consiguió tanto aliados como detractores.

De acuerdo a la agencia Télam, víctimas de abusos sexuales cometidos por la Iglesia Católica la acusaron de ignorarlos y los sindicatos de policías le declararon la guerra luego de que se negara a pedir la pena de muerte al asesino de un oficial de 29 años. Desde esta época, el mantra de Harris ha sido "una política inteligente" contra el crimen en vez de mano dura, según recordó hace unos años The New York Times.


Su pragmatismo y su fama de jefa severa pero comprometida le permitieron comenzar a cosechar importantes aliados en el Partido Demócrata y en 2010 se animó a dar un nuevo salto inédito y ganó la elección de fiscal general de California. En esa elección, solo uno de las decenas de sindicatos de policías la apoyó. Cuatro años más tarde, cuando fue reelecta, la apoyaron casi 50 sindicatos de la fuerza.

Mientras Harris se hacía más fuerte en California y ampliaba su base de apoyo, aún entre las fuerzas de seguridad, también crecía en las filas del Partido Demócrata como una nueva voz progresista y feminista. El salto a la escena nacional lo dio en 2016 cuando se convirtió en una de las pocas senadoras negras del país y, rápidamente, en una de las dirigentes más articuladas e implacables frente a la misoginia, el racismo y las políticas económicas del Gobierno de Donald Trump.