Los vicepresidentes en Estados Unidos suelen encargarse de misiones internacionales de los presidentes. Kamala Harris viajó varias veces a Centroamérica durante los primeros tiempos de Joe Biden para intentar negociar acuerdos para frenar las multitudinarias caravanas de inmigrantes que se agolpaban en la frontera sur estadounidense; el propio Biden fue un recurrente enviado de Barack Obama a Medio Oriente y Ucrania durante sus dos mandatos, y el ex vice de Donald Trump, Mike Pence, también recorrió América Latina y Asia en nombre de su jefe. Por eso, cuando Trump, hoy de nuevo candidato presidencial, eligió al joven senador de Ohio J. D. Vance como su compañero de fórmula, un análisis obligatorio era comprender sus ideas en materia de política exterior y, principalmente para la región. Como la mayoría de la dirigencia norteamericana, no la tiene en la mira de su radar, pero hace un año sí lanzó una peligrosa propuesta: desplegar militares norteamericanos para combatir al narco en los países vecinos.
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En una entrevista hecha en julio de 2023 con la cadena de noticias NBC, el entonces flamante senador republicano está discutiendo la crisis de fentanilo y por los opiáceos que sufre Estados Unidos, y como la gran mayoría de la dirigencia de su país pone únicamente el foco en los carteles del narcotráfico en el exterior, en este caso, en México. El periodista recordó que él proponía "tratar a estos cárteles como organizaciones terroristas" en vez de "simples" organizaciones criminales y el legislador le retrucó: "Yo le daría poder al presidente de Estados Unidos, sea demócrata o republicano, para que utilice a los militares para ir detrás de esos carteles del narcotráfico". "¿Algo similar a lo que hicimos en Colombia?", le preguntó el periodista y el ex marine devenido en ex inversionista de Silicon Valley contestó: "Si es lo que se necesita, absolutamente".
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Desde que ingresó a la política, allá por 2021, cuando decidió por primera vez presentarse a una elección -la de medio mandato legislativa de 2022-, Vance ha hecho pública muchas opiniones sobre política exterior. Como ex combatiente en la ocupación de Irak, fue muy crítico de esa invasión y de los ocho años de guerra que encabezó Estados Unidos. En una entrevista, sostuvo que hicieron las cosas tan mal, que Washington "creó un proxy de Irán allí en Medio Oriente". En otras palabras, convirtió a un enemigo declarado de la República Islámica de Irán (el Gobierno de Saddam Hussein) en un país políticamente frágil con una enorme influencia de las milicias pro iraníes, como reconocen hoy la mayoría de los analistas de la región y del mundo.
Más recientemente, en una charla en el Quincy Institute, un centro de pensamiento especializado en política exterior, Vance defendió su posición en el Senado y rechazó continuar enviando millones de dólares en ayuda militar y financiera a Ucrania para pelear contra Rusia, a más de dos de la invasión ordenada por Vladimir Putin. "Definitivamente admiro a los ucranianos que están peleando contra Rusia, pero no creo que sea un interés nacional de Estados Unidos seguir financiando una guerra, que en los hechos, no tiene fin en Ucrania", sostuvo y explicó que esos mismos fondos deberían dirigirse a extender el muro fronterizo con México y militarizar aún más la zona, y a enfrentar a China en su patio trasero asiático. Ambas prioridades son compartidas en un 100% por Trump.
Cuando le consultaron si Estados Unidos también tenía que limitar el apoyo financiero y militar a Israel, cambió su discurso. "No es lo mismo", afirmó, tajante, y pidió garantizar todo el apoyo necesario para que Israel "pueda terminar el trabajo con Hamas", lo que en las palabras del primer ministro Benjamin Netanyahu significa destruir al movimiento islamista que controla, primero electoralmente y luego de hecho, la Franja de Gaza desde 2006 y que es desde hace años una de las principales fuerzas políticas de los palestinos.
Para Vance, como para Trump, el freno a la inmigración es una misión. Públicamente siempre se refieren a "los ilegales", es decir, los que llegan sin la documentación requerida al territorio, muchas veces poniendo en riesgo su vida en la frontera sur del país, en un claro acto de desesperación que incluye a familias enteras. Sin embargo, su discurso busca responsabilizar de todos los males, especialmente los económicos, a todos los inmigrantes (pese a que sus suegros son ambos originarios de India). Prueba de ello es que en julio pasado, presentó un proyecto de ley como senador conocido como Ley de Salida que exigía a todo aquel extranjero que ingresaba legalmente al país con visas temporales que pagaran un seguro de caución de entre 5.000 y 15.000 dólares al Estado.
El argumento del republicano era que funcionaba como una fianza por si, eventualmente, incumplían su estadía y se quedaban más tiempo. Pero en los hechos hubiese significado una barrera infranqueable en uno de los pocos canales de inmigración legal que aún quedan para la mayoría de las personas que no tienen ese dinero. O, en otras palabras, instalar extraoficialmente una política de inmigración calificada.
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