Los festejos en el búnker del PT en San Pablo estallaron cuando se confirmó la victoria de Luiz Inácio Lula da Silva frente al presidente Jair Bolsonaro en las elecciones de Brasil. "Olé, olé, olé, olá, Lula, Lula", comenzaron a corear los militantes petistas alrededor de las 20:30 de la noche, al revelarse que la ventaja del exmandatario entre 2003 y 2010 era irreversible.
Los festejos, en verdad, comenzaron un rato antes, alrededor de las 18:45, cuando Lula pasó a estar al frente de la elección que hasta ese momento tenía a Bolsonaro como ganador. Al igual que en la primera vuelta, los votos del Nordeste, un bastión del PT, tardaron más en cargarse y le pusieron suspenso a la definición. "Virou, virou" ("cambió, cambió), comenzaron a gritar los lulistas en las calles.
Pocos minutos después, la avenida Paulista, una de las más icónicas de San Pablo y en la que Lula había cerrado su campaña el sábado, se llenó de rojo ante el festejo de militantes y simpatizantes del PT, que se desahogaron finalmente tras seis años de persecución judicial, encarcelamientos y gobiernos de derecha. "¡Lo conseguimos!", gritaban los manifestantes entre saltos, llantos, abrazos, bailes y fuegos artificiales que inundaron el lugar.
Los festejos fueron especialmente efusivos en Salvador, principal ciudad del Nordeste. El largo de Dinha, en el barrio Rio Vermelho de esa ciudad, explotaba en colores, música, abrazos, cerveza y alegría por la victoria de Lula y por el hecho de que la capital del estado de Bahía es la cabecera nacional que más votos dio a quien será por tercera vez presidente de Brasil: 71 por ciento, según recogió la agencia Télam.
Las lágrimas del bolsonarismo en Río de Janeiro
Al contrario, el clima que se vivía entre seguidores del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, que se reunieron en la tarde de este domingo en Barra da Tijuca, Río de Janeiro, la cuna política del excapitán del Ejército, cambió mientras avanzaba el recuento del balotaje y le daba ventaja al líder opositor.
En un primer momento, mientras los resultados que iba actualizando el tribunal electoral mostraban a Bolsonaro en la delantera, el ambiente en uno de los barrios más privilegiados de Río de Janeiro era de festejo.
En torno a las 18.45, Lula pasó al frente con el 50,01 % de los votos frente al 49,99 % de Bolsonaro y el 67% de votos escrutados y la atmósfera cambió. Desde el camión, quien animaba la convocatoria pidió que todos se tomarán de las manos y dijeran "va a salir bien".
También se tranquilizaban con frases como "ya terminó el recuento en el nordeste", región con mayoría a favor del Partido de los Trabajadores (PT), como insinuando que el espacio de Lula ya no podía aumentar su caudal de votos. Los seguidores insistían con la idea de "fraude" antes de ver consolidada la tendencia. Con lágrimas en los ojos escuchaban los mensajes de consuelo.