(Agrega contexto y posibles decisiones de la corte)
La Corte Suprema de Estados Unidos tenía previsto pronunciarse hoy sobre restricciones al uso de una píldora que es el método de interrupción del embarazo más común del país, mientras sigue adelante una demanda para prohibirla del todo.
El caso, toda una saga legal, se originó por una demanda presentada ante tribunales del sureño estado de Texas para revertir la aprobación de la mifepristona por parte de la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de Estados Unidos.
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Un juez de primera instancia prohibió en la práctica el uso del medicamento, pero una corte de apelaciones modificó el fallo y permitió que el medicamento se siguiera utilizando, pero con límites que son rechazados por el Gobierno, su fabricante y grupos proaborto.
El fármaco obtuvo la aprobación de la FDA por primera vez en 2000, y las condiciones de su uso se han flexibilizado en los últimos años, incluida la disponibilidad por correo en los estados que permiten el acceso.
El Gobierno del presidente Joe Biden y Danco Laboratories, el fabricante de la droga, quieren que la Corte Suprema rechace los límites al uso de la mifepristona impuestos por los tribunales inferiores, al menos mientras el caso legal se resuelve en esos tribunales.
La Corte Suprema, que tiene una mayoría conservadora de 6-3, podría decidir el restablecimiento de las restricciones instauradas a nivel de apelación, la prohibición total o alguna otra configuración.
El Gobierno demócrata y el laboratorio dicen que las mujeres que quieren el medicamento y los proveedores que lo dispensan se enfrentarán a un caos si los límites del medicamento entran en vigor.
Además, hay temores de que estas demandas allanen el camino para que los tribunales impugnen otros medicamentos.
"No es exagerado decir que un juez puede levantarse por la mañana y decidir que quiere retirar del mercado un determinado medicamento", incluidas vacunas o antidepresivos, dijo hoy Josh Sharfstein, ex comisionado adjunto principal de la FDA, a la cadena ABC.
Alliance Defending Freedom, que representa a médicos y grupos médicos antiaborto, defiende los fallos de los tribunales inferiores y pide a la Corte Suprema que permita que las restricciones entren en vigencia ya.
"La mifepristona provocará más complicaciones físicas, trauma emocional e incluso la muerte de las mujeres. También perjudicará a los demandantes al obligarlos a realizar abortos que violan su conciencia", dijo la organización en sus argumentación legal.
De su lado, el Departamento de Justicia sostuvo que el fallo judicial inicial se basó en una "evaluación profundamente equivocada" de la seguridad de la píldora y también cuestionó la decisión del tribunal de apelaciones.
El caso llega al máximo tribunal menos de un año después de que su mayoría de jueces conservadores revocaran un fallo de la Corte Suprema de 1973 que tutelaba el derecho al aborto en todo el territorio de Estados Unidos.
La decisión dejó el tema del aborto en manos de los estados, y más de diez de los 50 del país prohibieron el aborto por completo.
Opositores al aborto presentaron una demanda en noviembre en Amarillo, Texas.
El caso llegó rápidamente a la Corte Suprema después de que el juez federal que entendió en la demanda emitiera un fallo el 7 de abril que revocaba la aprobación de la FDA de la mifepristona.
Menos de una semana después, un tribunal federal de apelaciones modificó el fallo para que la mifepristona siguiera disponible mientras el caso continúa, pero con límites.
La corte de apelaciones dijo que el medicamento no se puede enviar por correo ni distribuir como genérico y que los pacientes que lo buscan deben hacer tres visitas en persona con un médico, entre otras cosas.
El tribunal también dijo que el medicamento solo debería aprobarse hasta las siete semanas de embarazo por ahora, aunque la FDA desde 2016 ha respaldado su uso hasta las 10 semanas de embarazo.
Para complicar la situación, un juez federal en Washington ordenó a la FDA preservar el acceso a la mifepristona bajo las reglas actuales en 17 estados liderados por demócratas y el Distrito de Columbia, que presentó una demanda por separado.
El Gobierno Biden dice que los fallos entran en conflicto y crean una situación insostenible para la FDA.
En una orden emitida el viernes pasado por el juez Samuel Alito, la Corte Suprema suspendió las restricciones hasta hoy para darle tiempo a la corte para considerar la apelación de emergencia.
Si los jueces no se inclinan a impedir que el fallo entre en vigor por ahora, el Gobierno y Danco adelantaron que le pedirán a la Corte Suprema que tome el caso de desafío a la mifepristona, escuche los argumentos y decida si puede usarse o no este mismo año.
La mifepristona ha estado disponible para su uso en abortos con medicamentos en los Estados Unidos desde que la FDA otorgó la aprobación en el año 2000.
Desde entonces, más de 5 millones de mujeres la han usado, junto con otro fármaco, el misoprostol, para inducir abortos.
Los fallos judiciales de varios niveles y las suspensiones temporales han generado una gran incertidumbre.
La nueva batalla por la mifepristona se ha convertido en un "ping pong judicial" que está "causando caos y confusión", según Carrie Flaxman, de la organización de defensa de los derechos reproductivos Planned Parenthood.
Ushma Upadhyay, experta en salud pública de la Universidad de California en San Francisco, consideró "insostenible" que los proveedores y los pacientes vivan "bajo estas reglas e interpretaciones en constante cambio".
Las encuestas muestran que una clara mayoría de estadounidenses apoya un acceso continuado al aborto seguro, incluso cuando los grupos conservadores presionan para limitar el procedimiento o prohibirlo por completo.
Según los estudios, los embarazos se interrumpen con éxito en más del 95% de los casos en los que se usa mifepristona. Las complicaciones graves (sangrado excesivo, fiebre, infección o reacción alérgica) que requieren una consulta médica son raras.
Sin embargo, 150 legisladores del opositor y conservador Partido Republicano presentaron un escrito a la Corte Suprema en el que aseguraron que "las drogas químicas para el aborto plantean graves riesgos para la salud y la seguridad de las mujeres y las niñas".
Con información de Télam