Las autoridades de Texas comenzaron hoy a instalar una cadena de boyas gigantes en el río Bravo, que divide Estados Unidos y México, con el objetivo de intentar impedir la entrada de migrantes desde el sur de la frontera, aunque las ONG apuntan que esta medida suma más riesgos de heridos y muertes en el cruce.
"Las boyas llegaron y la instalación de la barrera marina comienza hoy mismo", informó en Twitter el Departamento de Seguridad Pública de Texas, que mencionó el nombre de la iniciativa, Operación Lone Star, en referencia a la bandera del estado comandado por el Partido Republicano.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, había anunciado la instalación de la barrera móvil para evitar que los migrantes cruzaran el río en los tramos más concurridos.
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"Estamos garantizando la seguridad de la frontera en la frontera. Estas boyas nos permitirán impedir que la gente llegue siquiera a la frontera", argumentó Abbott el jueves pasado tras promulgar hasta seis leyes diferentes sobre inmigración, incluida una que designa a los cárteles mexicanos como "grupos terroristas extranjeros".
Las boyas tienen diferentes alturas, pero la mayoría son de unos 1,2 metros, y van ancladas al fondo del río.
El director del Departamento de Seguridad Pública de Texas, Steven McCraw, destacó que se evaluó el posible riesgo con la instalación de estas boyas: "Queremos evitar que la gente resulte herida, evitar que haya ahogamientos".
Pero la presidenta de la ONG Proyecto Derechos Civiles de Texas, Rochelle Garza, alertó que esta medida solo suma un riesgo más al cruce.
"El gobernador Abbott sigue saliéndose de sus competencias e incumpliendo la Constitución al interferir en inmigración y fronteras. El Gobierno federal debe garantizar que quienes buscan la seguridad de nuestro país sean bienvenidos con dignidad", manifestó, citada por la agencia de noticias Europa Press.
"La gente ya corre el riesgo de ahogarse en el río Grande por las plantas, los restos y una corriente impredecible. Estas barreras solo suman nuevos riesgos a los que ya tienen que afrontar", apuntó.
El 4 de julio pasado cuatro personas murieron ahogadas, incluido un bebé, cuando intentaban cruzar el río a la altura de la localidad texana de Eagle Pass.
Con información de Télam