El presidente estadounidense, Joe Biden, llamó a unirse contra Rusia y China, en el marco de la segunda edición Cumbre por la Democracia, que convocó y copreside junto a Costa Rica, Países Bajos, Corea del Sur y Zambia. El mandatario, además, prometió inyectar casi 700 millones de dólares para "detener el retroceso mundial del pluralismo" en el encuentro en el que participan unos 121 líderes de todo el mundo, ocho más que en 2021, incluidos los primeros ministros de Israel e India pese a las acusaciones de creciente autoritarismo que pesan sobre ellos. Las medidas tomadas contra el gigante asiático.
El encuentro fue concebido por Biden como una forma de restaurar la credibilidad de EEUU después de la presidencia del republicano Donald Trump (2017-2021) y de la violenta invasión del Congreso en enero de 2021. Este año, además de renovarse el desafío cómo responder a la ofensiva diplomática china, se suma, también, la invasión rusa de Ucrania.
La instancia trabajará para "hacer que Rusia rinda cuentas por su guerra injusta y no provocada contra Ucrania, mostrando que las democracias son fuertes", dijo Biden durante la apertura del encuentro. Se trata, para él, de "fortalecer la gobernanza transparente y responsable basada en el consentimiento de los gobernados", lo que consideró un "imperativo fundamental" de este tiempo".
Su homólogo de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, en ese sentido lo secundó y dijo que la democracia estaba "bajo ataque". Por eso, el mandatario estadounidense propuso crear un fondo de 690 millones de dólares para promover la democracia en el extranjero, informó un funcionario estadounidense a periodistas antes de la intervención del mandatario -en la primera cumbre, Biden prometió 424 millones-. El dinero se destinará a financiar elecciones libres, promover medios de comunicación independientes y fortalecer la acción contra la corrupción, agregó el funcionario, que pidió no ser identificado, informó la agencia de noticias AFP.
La administración estadounidense también anunciará una iniciativa con alrededor de diez aliados para contrarrestar el uso indebido y la proliferación de programas espía (spyware), que EEUU teme que se han convertido en un instrumento de China a medida que aumenta su influencia tecnológica. De hecho, hace dos días, Biden restringió al Gobierno de Estados Unidos el uso de spyware comercial y los republicanos se proponen en el Congreso prohibir TikTok, la aplicación para compartir videos subsidiaria de la compañía china ByteDance.
En tanto, este martes, Biden se manifestó preocupado por Israel, cuyo primer ministro, Benjamin Netanyahu, quiere llevar a cabo una reforma judicial pese a las críticas de que socavaría la democracia. El primer ministro israelí, que suspendió, al menos temporalmente, las medidas debido a fuertes protestas, estimó en la cumbre que la alianza con EEUU es "inquebrantable" y dijo que Biden era "un amigo desde hace 40 años".
En tanto que el primer ministro indio, Narendra Modi, a quien EEUU considera un baluarte ante China, también ensalzó las virtudes de la democracia días después de que el jefe de la oposición fuera expulsado del Parlamento por una condena por difamar al líder derechista. India es la "madre de la democracia", afirmó Modi, a cuyo Gobierno también se acusa de una creciente represión de los medios.
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Biden se negó a invitar a algunos gobernantes, como el turco Recep Tayyip Erdogan, que se presenta a la reelección en mayo después de dos décadas en el poder, y al primer ministro húngaro Viktor Orban, un crítico de los valores liberales. Tampoco invitó a algunos de sus aliados cercanos como Bangladesh, Singapur y Tailandia.
En ese aspecto, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió sin rodeos que el mundo atraviesa una "conmoción dramática" en la que los valores democráticos están "bajo ataque", y puso como ejemplo las restricciones a los medios y los defensores de los derechos humanos. En ese camino, Estados Unidos identificó a China como el único adversario a largo plazo del orden internacional liberal liderado por Washington e invitó a Taiwán a la cumbre, a pesar de no reconocer a esta democracia autónoma.
La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Mao Ning, consideró por su parte que la cumbre "aumenta la confrontación" y "avivará la división en nombre de la democracia". El embajador ruso en Washington, Anatoly Antonov, acusó a EEUU de hipocresía y resaltó los problemas de "racismo, violencia armada, corrupción y desigualdad social" en el país norteamericano: "Hemos visto las desastrosas consecuencias de los intentos de exportar por la fuerza la democracia estadounidense a Irak, Libia y Afganistán", declaró.
Con información de Télam