Por la posición de Argentina, XXIX Cumbre Iberoamericana de Ecuador cerró sin consenso

La comitiva argentina rechazó incluir en el documento final los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, las políticas públicas en materia de equidad de género y contra el cambio climático. Por su parte, 18 suscribieron un documento extraoficial denominado ‘Declaratoria de Cuenca’. 

16 de noviembre, 2024 | 17.17

La Cumbre Iberoamericana de Ecuador cerró este viernes en ausencia de sus principales líderes y sin una declaración oficial por falta de consenso, aunque con promesas de luchar contra las catástrofes climáticas y ayudar a Haití. El freno lo puso la delegación argentina, cuya política exterior está en manos del flamante canciller, Gerardo Werthein, con quien inició un camino de aún más retroceso en materia de política exterior con el rechazo de posturas históricas en favor de los derechos de las mujeres, el desarrollo sostenible y en la lucha contra el cambio climático

Según informó la agencia de noticias EFE, todos los países, excepto Argentina, estaban de acuerdo en respaldar un documento que incluyera el apoyo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, y las políticas públicas en materia de equidad de género y lucha contra el cambio climático, entre otros asuntos.

En tanto, la delegación cubana se opuso a aprobar una declaración que no contuviese una condena explícita al bloqueo de Estados Unidos -última aprobación que dio la Argentina en la Asamblea de las Naciones Unidas bajo la gestión de la excanciller Diana Mondino- a la isla, como pretendía la representación de Argentina.

En contrapartida, el resto de todas las delegaciones, excepto Argentina, suscribieron un documento extraoficial denominado Declaratoria de Cuenca, en un intento por salvar el borrador trabajado durante la cita.

"No hubo ese consenso en el caso de lo que podríamos denominar la declaración más bien política y, en consecuencia, los países hicieron una declaración en el margen de la cumbre", explicó el secretario iberoamericano, Andrés Allamand, en una rueda de prensa. A la vez, aclaró que "hubo unas posiciones radicales entre algunos países", pero la mayoría se unieron "para salvar la declaración", argumentó la canciller anfitriona, Gabriela Sommerfeld.

Ese documento incluye 25 "comunicados especiales", que impulsan la cooperación de Iberoamérica en el combate al crimen trasnacional, la promoción del empleo juvenil, la erradicación de la desnutrición o lucha contra el cambio climático, entre otros temas.

La XXIX Cumbre Iberoamericana había empezado la víspera deslucida por protestas de sectores sociales en una "contracumbre" y una demoledora ausencia de sus máximos líderes. De 22 jefes de Estado y de Gobierno convocados, sólo participaron en la sesión final de alto nivel el rey español Felipe VI y los presidentes Marcelo Rebelo de Sousa (Portugal) y Xavier Espot Zamora (Andorra), además del local, Daniel Noboa, el único latinoamericano.

Las otras 15 delegaciones asistieron con funcionarios de menor rango. La andina Cuenca quedó eclipsada por otras citas internacionales cercanas, como la de la APEC o el G20.

La "estratégica" y "fundamental" cita iberoamericana

Ante los cuestionamientos que aparecieron sobre su valor regional, varios de los representantes defendieron la cita iberoamericana como un escenario "estratégico" y "fundamental". Uno de los temas transversales de la sesión final fue la grave situación política y social en Haití, donde la violencia pandillera tiene en jaque al Gobierno y sumió al país en una crisis humanitaria.

La cuestionada reelección del gobernante venezolano Nicolás Maduro también permeó el debate, con varios llamados a la transparencia y a la presentación de los resultados detallados de los comicios. "Todos sabemos lo que ocurrió en (las elecciones presidenciales de) julio en Venezuela. Es fundamental hacer énfasis en una solución democrática y efectiva", pidió el canciller panameño, Javier Martínez-Acha. "No hacerlo va a provocar más inmigración, más violaciones a los derechos humanos y no hacerlo incrementará la inseguridad en nuestra región", lanzó.

El toque picante de la reunión lo pusieron los representantes de Argentina y Cuba, que se enfrascaron en reclamos sobre "respetar los derechos humanos", por un lado, y "privilegiar la democracia", del otro.

Ecuador logró mantener al margen de la cumbre la violencia del narcotráfico y una grave crisis energética que azotan al país. En la última jornada Noboa hizo un llamado a la acción al alertar sobre los "momentos duros" que vive Iberoamérica. "Una región que está afectada" por "el cambio climático, por sequías significativas y también por el abandono", dijo Martínez-Acha.

Las catastróficas inundaciones recientes en España y Colombia, el paso de dos huracanes por Cuba o las sequías extendidas en toda la región provocaron mensajes de apoyo de los líderes. "No están siendo días fáciles en España. Acabamos de vivir un desastre natural que ha dejado más de 220 fallecidos, muchos miles de afectados y cuantiosos daños materiales", lamentó el rey de España, Felipe VI, sobre los mortales desbordamientos en Valencia.

Andorra pidió compromiso con la Carta Medioambiental adoptada en la anterior cumbre de 2023 en Santo Domingo y Portugal solicitó apoyo para su propuesta de crear un sistema iberoamericano de respuesta ante catástrofes graves.

Luego de cerrada la discusión de alto nivel, Ecuador traspasó oficialmente la Presidencia "pro tempore" de la XXX Cumbre Iberoamericana a España, que volverá a ese país en 2026 por cuarta vez en 33 años de historia de la cita.

Con información de la Agencia Deutsche Welle.