La quema de un Corán por parte de un migrante iraquí en la puerta de una mezquita en Suecia llegó al máximo órgano sobre derechos humanos a nivel mundial. Allí, por pedido de la Conferencia Islámica las y los representantes de los 47 países que forman parte del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas llevaron la discusión y resolvieron, por mayoría, exhortar a los Estados a examinar sus leyes y políticas sobre el tema. Argentina acompañó la preocupación del mundo islámico, mientras que la Unión Europea y Estados Unidos votaron en contra por considerar que atentaba contra la libertad de expresión.
El encargado de abrir la sesión urgente en Ginebra fue el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Volker Türk: “Este debate urgente fue provocado por los recientes incidentes de quema del Corán, que es el núcleo de la fe de más de mil millones de personas. Estos y otros incidentes parecían haber sido fabricados para expresar desprecio e inflamar la ira; abrir cuñas entre las personas; y provocar, transformando las diferencias de perspectiva en odio y, tal vez, en violencia”, alertó. La quema, según informó Euronews, fue autorizada por la policía sueca en el mismo momento que se celebraba Eid Al-Adha, la fiesta musulmana del sacrificio del cordero.
Para Türk, los actos incendiarios contra los musulmanes, así como contra otras religiones o minorías, son "ofensivos, irresponsables e incorrectos". Y, a la vez, que “el abuso o la destrucción de las manifestaciones de las creencias más íntimas podría polarizar las sociedades y agravar las tensiones”.
La votación de la resolución
Pero la condena verbal de las autoridades de la Unión Europea y la ONU no alcanzaron para frenar las protestas que se multiplicaron por el mundo islámico. Por eso, Pakistán, uno de los Estados musulmanes miembro del Consejo -la membresía es rotatoria y dura tres años- presentó un proyecto de resolución en nombre de los 57 Estados de la Organización de la Conferencia Islámica.
La moción fue aprobada este miércoles con los votos a favor de 28 de los 47 miembros y siete abstenciones. De los 12 Estados que votaron a contra, solo uno, Costa Rica, no es parte del Hemisferio Norte. El resto son Estados Unidos y 10 países europeos; nueve miembros de la UE y el restante, Montenegro, candidato a la adhesión.
A la hora de argumentar su voto, la embajadora de Francia puntualizó que los derechos humanos consisten en proteger a las personas, no a las religiones y sus símbolos. La resolución sostenía que prender fuego a un Corán atenta contra esos derechos. “No nos gusta el texto”, zanjó un diplomático occidental en declaraciones a Reuters para explicar el rechazo masivo de Estados Unidos y Europa.
En cambio, el ministro de Relaciones Exteriores de Pakistán, Bilawal Bhutto Zardari, defendió la propuesta dijo a través de un video el martes: “Debemos ver esto claramente por lo que es: incitación al odio religioso, discriminación e intentos de provocar violencia”. Además, remarcó que los actos ocurrieron bajo "sanción del gobierno y con la sensación de impunidad". Esos dichos fueron repetidos por ministros de Irán, Arabia Saudita e Indonesia. “Dejen de abusar de la libertad de expresión”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Indonesia, Retno Marsudi. “Silencio es complicidad”.
La posición argentina
En tanto, fuentes de la Cancillería argentina explicaron su posición ante este medio: “Se votó a favor, sin perjuicio de que la resolución tenía cosas mejorables, sobre todo la definición de qué implica la quema del Corán -si se trata de una violación a la Derecho Internacional de los derechos humanos- y sobre todo teniendo en cuenta que en Argentina el derecho a profesar una religión se encuentra en la Constitución y que está consagrado a las personas, no a la protección de la religión en sí, sino a las personas”.
Qué establece la resolución aprobada
La resolución A/HRC/53/L.23 de dos páginas bajo el título “Lucha contra el odio religioso que constituya incitación a la discriminación, la hostilidad o la violencia” se basa en la Declaración de los Derechos Humanos, en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial y en la Declaración sobre la Eliminación de Todas las Formas de Intolerancia y de Discriminación basada en Religión o Creencia. Sobre ellos reconoce con “profunda preocupación” lo que consideró “crecientes incidentes” de profanación de libros sagrados, lugares de culto y símbolos religiosos, “lo que constituye incitación a la violencia”.
En ese sentido, estableció siete puntos. El punto fundamental que despertó el rechazo de la UE y Estados Unidos, es el segundo: "Exhorta a los Estados a que examinen sus leyes, políticas y marcos de aplicación de la ley nacionales con miras a identificar lagunas que puedan impedir la prevención y el enjuiciamiento de actos y la apología del odio religioso que constituyan incitación a la discriminación, la hostilidad y la violencia, y a que adopten medidas inmediatas pasos para llenar esos vacíos".
Además, condena y rechaza esos actos, subraya la necesidad de que los autores de odio religioso rindan cuentas de conformidad con las obligaciones de los Estados derivadas del derecho internacional derecho de los derechos humanos. También, insta a la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los DDHH y a todos los procedimientos especiales pertinentes del Consejo de Derechos Humanos a pronunciarse contra la apología del odio religioso y a contribuir al proceso de examen de las lagunas en las leyes, políticas y prácticas nacionales y recomendar medidas de reparación.
En ese marco, también, resolvieron organizar una mesa redonda interactiva de expertos -cuyos resultados serán presentados en el 55° periodo de sesiones- para determinar los factores que impulsan y las manifestaciones del odio religioso contra las personas por motivos de su religión o creencia, personalidades veneradas, libros sagrados, símbolos religiosos y lugares de adoración para delinear las brechas existentes en las leyes, políticas, prácticas y aplicación de la ley que impedir la prevención y persecución de actos públicos y premeditados, y proponer disuasión normativa, legal, política y administrativa, tanto fuera de línea como en línea, “para contrarrestar actos de odio religioso que constituyan incitación a la discriminación, el odio o la violencia contra las personas en razón de su religión o creencias”.
La reacción en los países musulmanes tras la quema del Corán
Desde el día de la quema del Corán, las protestas de los gobiernos y las manifestaciones contra Suecia recorrió los países musulmanes. En Irak hubo disturbios, en Marruecos la respuesta fue diplomática: el Gobierno de Rabat mantiene retirado “por tiempo indefinido” a su embajador en Estocolmo, quien fue llamado a consultas siguiendo las “altas instrucciones” del rey Mohamed VI, informa desde Rabat Juan Carlos Sanz. Este martes el Gobierno de los talibanes en Afganistán a prohibió todas “las actividades suecas en Afganistán”, pese a que Suecia cerró su embajada en Kabul tras la toma del poder por los fundamentalistas, el 15 de agosto de 2021, y las únicas actividades “suecas” en Afganistán son los programas de asistencia humanitaria de ONG de esa nacionalidad.
La votación de cada país
A favor: Argelia; Argentina; Bangladés; Bolivia; Camerún; Porcelana; Cuba; Eritrea; Gabón; Gambia; India; Costa de Marfil; Kazajstán; Kirguistán; Malaui; Malasia; Maldivas; Marruecos; Pakistán; Katar; Senegal; Somalia; Sudáfrica; Sudán; Ucrania; Emiratos Árabes Unidos; Uzbekistán; Vietnam.
En contra: Bélgica; Costa Rica; República Checa; Finlandia; Francia; Alemania; Lituania; Luxemburgo; Montenegro; Rumania; Reino Unido, Estados Unidos.
Abstención: Benín; Chile; Georgia; Honduras; México; Nepal; Paraguay.