Reino Unido anunció hoy su intención de poner fin a todas las restricciones en Inglaterra desde fines de febrero, en medio del debate de tratar a la Covid-19 como una enfermedad endémica en lugar de pandémica, una posición que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera prematura ante la brecha en el acceso a vacunas que puede favorecer la aparición de variantes más contagiosas.
El primer ministro británico, Boris Johnson, informó hoy que prevé levantar a fin de mes el requisito de aislamiento para las personas que den positivo al coronavirus, después de que Inglaterra haya abandonado ya la mayoría de restricciones.
El líder conservador, que busca reimpulsar su Gobierno, cuestionado tanto por opositores como oficialistas, afirmó que el 21 de febrero acudirá al Parlamento para presentar "la estrategia para vivir con la Covid-19".
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De esta forma, se sumó a otros países europeos que empiezan a ver al coronavirus ya no como una pandemia sino como una enfermedad endémica, escenario que no significa el fin del virus sino que persiste de una forma continuada o episódica en una zona determinada.
La OMS, por su parte, alertó contra esta idea que, en los papeles, implica eliminar restricciones y modificar la forma en que se gestionan los casos, aislamientos y contactos estrechos.
"Si bien es posible que el virus pase a ser endémico, creemos que esto va a llevar algunos años", explicó hoy Clarisse Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), ante una pregunta de Télam durante la conferencia de prensa semanal para actualizar el balance de la región.
"La característica principal de esta pandemia sigue siendo la incertidumbre de su evolución y esto requiere precaución. Nuevas variantes de preocupación pueden surgir y cambiar completamente el perfil del virus, algo que ya vimos", añadió.
La variante Ómicron multiplicó los casos como no había ocurrido antes, pero las muertes y hospitalizaciones no aumentaron al mismo ritmo, lo que llevó a muchos gobiernos a cambiar su enfoque y suavizar restricciones al considerar la inmunidad generada por los pacientes que tuvieron cuadros leves.
Esa mirada se profundizó con la caída también de la curva de positivos que vienen registrando varios países y que a nivel global fue del 17% en los últimos siete días, según el último informe de la OMS.
Reino Unido es uno de los ejemplos paradigmáticos de esta situación: uno de los países más castigados de Europa por la pandemia, con casi 159.000 muertes, registró una ola de Ómicron a principios de año con un récord de infecciones diarias que superaba las 200.000, pero esta cifra empezó descender hasta llegar a los 68.000 en el balance reportado hoy.
Con la misma mirada, Francia, uno de los países que más endureció en su momento el requisito del pasaporte de vacunación, adelantó hoy que podría poner fin a esta medida para "finales de marzo o inicios de abril".
"Hay motivos para esperar que para entonces la situación haya mejorado lo suficiente como para poder levantar sus últimas medidas", dijo el vocero gubernamental Gabriel Attal, informó la agencia de noticias AFP.
En sintonía, Suecia eliminó hoy la mayoría de las restricciones vigentes por la pandemia y detuvo las pruebas a gran escala, incluso entre personas con síntomas, debido al alto porcentaje de población vacunada y el menor impacto de la variante Ómicron.
"Llegamos a un punto en el que el costo y la relevancia de las pruebas ya no son justificables", argumentó la jefa de la Agencia de Salud Pública de Suecia, Karin Tegmark Wisell, al canal SVT.
En consecuencia, solo los trabajadores de la salud, de atención a personas mayores y los más vulnerables tendrán derecho a la prueba PCR gratuita si son sintomáticos, mientras que al resto de la población simplemente se le pedirá que se quede en su casa si presenta síntomas consistentes con el coronavirus.
Fuera de Europa y en países con alta cobertura de vacunación como es el caso de Argentina, la mirada de empezar a tratar a la Covid-19 cono una endemia todavía se maneja con mayor cautela.
"Estamos en un momento en el que la hipótesis más fuerte es que podría suceder con esta variante (Ómicron) por la cantidad de personas que desarrollan inmunidad por el virus, reinfecciones más la vacunación; la duda es que pueda emerger una nueva variante que nos complique", sentenció hace tres semanas la ministra de Salud, Carla Vizzotti.
Esta última cuestión también la plantea la OMS, que desde hace meses insiste en que la brecha global en la inmunización favorece la aparición de variantes más peligrosas que pueden generar nuevos repuntes de casos, hospitalizaciones y muertes.
En los países de bajos ingresos sólo un 10% de la población está vacunada, y el acceso a diagnósticos es aún menor: de los 4.700 millones de test realizados en el mundo, sólo 22 millones, un 0,4%, se practicaron en esas economías más pobres.
En ese marco, es que el director general de la agencia sanitaria de la ONU, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que "la pandemia no terminó", al solicitar hoy a los países más desarrollados a que aporten 23.000 millones de dólares a la lucha global contra el virus.
Pero aunque la Covid-19 sea considerada endémica, la OMS precisó que esto no la hace menos peligrosa.
"La gente opone la pandemia con la endemia, pero la malaria endémica mata a cientos de miles de personas, el VIH es endémico, la violencia es endémica en nuestras ciudades", graficó Michael Ryan, responsable de emergencias de la agencia.
"Endémico en sí mismo no significa que sea bueno, endémico solo significa que está ahí siempre", aclaró.
Con información de Télam