El presidente ruso, Vladimir Putin, aprobó el miércoles una propuesta del gobierno para realizar un paro laboral de una semana a principios de noviembre, con el fin de combatir el fuerte aumento de casos y muertes por COVID-19.
Las muertes relacionadas con el coronavirus en toda Rusia en las últimas 24 horas alcanzaron otro récord diario, con 1.028, y 34.073 nuevas infecciones.
En una reunión televisada con funcionarios del gobierno, Putin dijo que los "días no laborables" del 30 de octubre al 7 de noviembre, durante los cuales la gente seguiría recibiendo sus salarios, podrían comenzar antes o extenderse para ciertas regiones.
"La situación epidemiológica se desarrolla de forma diferente en cada región", dijo Putin. "En vista de ello, los jefes de las regiones tienen derecho a imponer medidas adicionales".
Las autoridades han intensificado la urgencia de sus esfuerzos para frenar la pandemia al enfrentarse a la reticencia generalizada de la población a inyectarse la vacuna Sputnik V, de fabricación rusa. El alcalde de Moscú anunció el martes cuatro meses de restricciones de permanencia en casa para los mayores de 60 años no vacunados.
La alcaldía pretendía obligar a los centros comerciales a conectar sus cámaras de seguridad a un sistema centralizado de reconocimiento facial que permitiera a las autoridades imponer el uso de mascarillas en público, informó el diario Kommersant.
La mitad de los 600 centros comerciales de Moscú no se han conectado al sistema, según el presidente de la Unión de Centros Comerciales, Bulat Shakirov.
"Pero ahora, debido a las crecientes infecciones, las autoridades han decidido reforzar el control", dijo, añadiendo que los centros comerciales que no cumplan la normativa podrían ser obligados a cerrar.
Con información de Reuters