La policía canadiense reanudó hoy un operativo para desalojar y arrestar a camioneros que desde hace días bloquean el puente Abassador, un paso fronterizo clave entre Estados Unidos y Canadá, en un nuevo intento de poner fin a una protesta contra las restricciones por el coronavirus que se ha extendido a otros países.
La policía indicó por Twitter que empezó a arrestar a manifestantes y a remolcar vehículos cerca del puente Ambassador, que une la ciudad canadiense de Windsor, provincia de Ontario, con la estadounidense de Detroit, estado de Michigan, el cruce fronterizo más transitado hacia Estados Unidos.
Más de 40.000 viajeros y camiones con mercancía valorada en 323 millones de dólares en promedio para por ese puente todos los días.
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El operativo comenzó ayer por la mañana. La policía antidisturbios hizo retroceder a una parte de quienes ocupaban el cruce fronterizo y despejó un tramo del puente, pero no lo suficiente para que el tráfico fuera restablecido.
Solo dos camionetas y menos de una decena de manifestantes bloqueaban el camino hacia el puente antes de que la policía volviera hoy a intervenir, informó la cadena de noticias pública canadiense CBC.
No quedó inmediatamente claro cuándo podrá reabrir el puente, agregó CBC.
Ayer, la policía había persuadido a los manifestantes para que movieran sus camionetas y otros autos que usaban en la entrada del cruce.
El cierre de este puente ha causado trastornos en la industria automotriz en ambos lados de la frontera. Más del 25% de las mercancías comercializadas entre Estados Unidos y Canadá transitan por allí.
La protesta en Canadá comenzó a fines del mes pasado en Ottawa, la capital, y está motorizada por camioneros que se oponen a tener que vacunarse contra la Covid-19, testearse o aislarse para poder cruzar la frontera con Estados Unidos.
La policía dijo ayer que el número de manifestantes en Ottawa aumentó a 4.000.
Los fines de semana pasados, Ottawa se vio repleta de manifestantes antivacunas que se paseaban por el centro y que desde el inicio de las protestas acampan por las inmediaciones de la ciudad.
Las protestas en el puente y en otros lugares repercutieron fuera del país, con caravanas similares en Francia, Nueva Zelanda y los Países Bajos.
El Departamento de Seguridad Nacional estadounidense advirtió que es posible que se estén preparando manifestaciones similares en Estados Unidos.
Hasta el momento, el primer ministro canadiente, Justin Trudeau, rechazó los llamados a usar el Ejército, pero dijo que todas las opciones están sobre la mesa para poner fin a las protestas que han afectado la economía en ambos lados de la frontera.
La policía de Ottawa informó anoche a través de un comunicado que se estableció un centro de comando conjunto junto con la Policía Provincial de Ontario y la Real Policía Montada de Canadá con el fin de reforzar las capacidades de actuación.
Anteriormente, la policía emitió un comunicado que calificaba de ilegal la protesta y anunciaba que estaban esperando refuerzos antes de implementar un plan para poner fin a las manifestaciones.
El alcalde de Ottawa, Jim Watson, declaró el estado de emergencia la semana pasada para la capital, donde cientos de camiones permanecieron frente a los edificios del Parlamento y los manifestantes instalaron baños portátiles fuera de la oficina del primer ministro, donde suele estacionar la caravana de Trudeau.
Incluso después de que los vehículos de los manifestantes fueran retirados el sábado por la mañana, cientos más llegaron para reforzar a la multitud y se enfrentaron con la policía a unas dos cuadras de distancia, agitando banderas y gritando.
Si bien no hubo confrontaciones físicas visibles, la multitud aún controlaba el camino hacia el puente.
El viernes, un juez ordenó el fin del bloqueo, en su mayoría con camionetas y automóviles, y el primer ministro de Ontario, Doug Ford, declaró un estado de emergencia que permite multas de 100.000 dólares canadienses y hasta un año de cárcel para cualquier persona que bloquee ilegalmente carreteras, puentes, pasarelas y otras infraestructuras críticas.
Mientras los manifestantes denuncian la obligatoriedad de vacunas para los camioneros y otras restricciones debido a la Covid-19, muchas de las medidas de salud pública de Canadá, como el uso de tapabocas y el pasaporte sanitario para ingresar a restaurantes y teatros, están cayendo a medida que se estabiliza el aumento de la variante Ómicron.
Las restricciones fueron mucho más estrictas allí que en Estados Unidos, pero los canadienses las apoyaron en gran medida. La gran mayoría de los canadienses están vacunados y la tasa de mortalidad por Covid-19 es un tercio de la de Estados Unidos.
Con información de Télam