En medio del colapso sanitario que está padeciendo Brasil por la pandemia del COVID-19, que registró una media 3.101 fallecidos en la última semana, el Gobierno de Jair Bolsonaro a través de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) no autorizó la importación de la vacuna rusa Sputnik V, una de las más efectivas en el mundo.
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El regulador sanitario de Brasil negó el pasado lunes un pedido de varios estados del país para importar la Sputnik V por considerar que le faltan datos técnicos para verificar su seguridad y eficacia. Se trata de nueve estados de Brasil que reclamaban la Sputnik V, quienes repudiaron la decisión de la Anvisa sobre la vacuna, que fue aprobada para su uso en 61 países, entre ellos en Argentina.
Ante esta decisión, los fabricantes de la vacuna rusa contra el coronavirus Sputnik V rechazaron este martes los argumentos del ente regulador de Brasil para no autorizar la importación de la vacuna y dieron a entender que fue una decisión del Gobierno por presiones de Estados Unidos. El Gobierno ruso, por su parte, aseguró que la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) de Brasil, que advirtió sobre la supuesta falta de datos para no permitir por ahora la importación de la vacuna, recibirá información adicional sobre ella si es que faltara.
"Los retrasos de Anvisa en la aprobación de Sputnik V son lamentablemente de orden político y no tienen nada que ver con el acceso a la información o con aspectos científicos. El Ministerio de Salud de Estados Unidos, en su informe anual de 2020 hace varios meses, declaró públicamente que el agregado sanitario de Estados Unidos 'había convencido a Brasil de rechazar la vacuna rusa'", aseguró la cuenta de Twitter de la vacuna rusa.
La justificación de Brasil para rechazar la Sputnik V
Según informaron los cinco directores de la Anvisa "siguieron la recomendación del área técnica del organismo", que señaló varias "incertidumbres" en relación a la seguridad y eficacia del inmunizante, que aún no fue aprobado en Estados Unidos ni en Europa.
Los estados de Brasil que reclamaban la vacuna rusa emitieron un fuerte comunicado contra esta decisión. "Frente a esta pandemia, no podemos permitir que trabas burocráticas perjudiquen el acceso de la población a una vacuna que ha probado su eficacia, seguridad y garantía real de disponibilidad", aseguraron en el escrito.
La revista médica The Lance, informó que la eficacia de la vacuna Sputnik V era del 91,6%.
Respecto a los supuestos datos en lo que se basaron desde la Anvisa de Brasil -que citaron la decisión de Europa-, se supo que el regulador europeo se pronunciará en junio sobre la aprobación de la vacuna rusa Sputnik V, pero ya Alemania informó que inició contactos bilaterales con Rusia para adquirirla y su mayor estado, Baviera, ya firmó un precontrato para comprar 2,5 millones de dosis.
"Seguiremos adelante con nuestros contactos. Si falta información, será suministrada. No debería haber ninguna duda al respecto", dijo el vocero del Kremlim, Dmitri Peskov, a periodistas, informó la agencia de noticias rusa Sputnik.
En febrero, la revista médica The Lancet, había informado que su eficacia de la vacuna Sputnik V era del 91,6%, un dato que disipó las dudas sobre su fiabilidad.
Cabe destacar que en un intento de agilizar sus planes de vacunación, estados del norte y noreste de Brasil habían firmado contratos con el Fondo Soberano Ruso (RDIF), que financió el desarrollo de la Sputnik V, para adquirir más de 30 millones de dosis. El gobierno federal brasileño también adquirió otros 10 millones.
Estados Unidos presionó a Brasil para que no apruebe la Sputnik V
A partir del informe anual del Departamento de Salud de Estados Unidos se reveló que el país del norte usó las "relaciones diplomáticas" para obligar a Brasil, uno de los países más afectados por la pandemia, a rechazar la autorización de la vacuna Sputnik V y, además, presionó a otros países para que no vayan médicos cubanos.
Las autoridades estadounidenses atribuyeron sus acciones a la necesidad de "mitigar los esfuerzos" de Rusia para aumentar su "influencia" en la región, lo que, como argumenta el documento del departamento, sería perjudicial para la "seguridad de Estados Unidos". El informe no dio más detalles sobre cómo la aprobación de una vacuna adicional para combatir la pandemia en Brasil socavaría la seguridad de Estados Unidos.
El 17 de enero la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) de Brasil, el órgano regulador en este país, había aprobado en formato de emergencia, el uso de dos vacunas contra el COVID-19: la desarrollada por la Universidad de Oxford y AstraZeneca y la del laboratorio chino Sinovac. Mientras que la Sputnik V, que luego se conoció es una de las más eficientes, tuvo que esperar.