El armisticio entre Corea del Norte y Corea del Sur, que puso fin a las hostilidades pero no declaró el epílogo formal de la guerra entre ambas, cumple mañana 70 años en medio de un clima de tensión y ante los temores por los ensayos de armas nucleares por parte de Pyongyang.
Las diferencias quedarán expuestas en las actividades por el aniversario: mientras se espera que Corea del Norte lleve adelante un gigantesco desfile y exhiba sus misiles con capacidad nuclear ante la presencia de altos funcionarios de Rusia y China, el Sur anticipa un multitudinario homenaje a los soldados extranjeros caídos en el conflicto, mientras busca acentuar su alianza con Estados Unidos.
El 27 de julio de 1953 el mundo asistió a la firma de un armisticio que en la práctica puso fin a los combates entre Sur y Norte, pero al no sellarse un tratado de paz, los dos países quedaron técnicamente en guerra.
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El enfrentamiento había comenzado tres años antes, el 25 de junio de 1950, y se convirtió en un símbolo de la Guerra Fría: las dos Corea se convirtieron en un escenario mundial para la puja comunismo versus capitalismo.
Pero el origen del conflicto tuvo que ver con que Japón, derrotado en la Segunda Guerra Mundial, perdió el control territorial de Corea, que mantuvo entre 1910 y 1945, cuestión que despertó la ambición de Estados Unidos y la Unión Soviética.
En 1948 se establecieron dos naciones coreanas separadas y demarcadas por una frontera en el Paralelo 38.
El polvorín había quedado a punto de estallar: dos años después, las tropas del Norte cruzaron la frontera apoyadas por China y la URSS y se enfrentaron con el Sur, que contaba con el respaldo de una fuerza multinacional de la ONU encabezada principalmente por soldados estadounidenses.
Datos extraoficiales difieren acerca de la cantidad de muertos que tuvo cada uno de los países.
El teniente general Andrew Harrison, subcomandante del Comando de Naciones Unidas que vigila la tregua, dijo que, de acuerdo con diferentes constancias a las que accedió, murieron "aproximadamente tres millones de personas", reseñó la agencia de noticias AFP.
Uno de los militares chinos que murió en el conflicto fue Mao Anying, hijo del máximo líder Mao Tse-Tung.
En estos 70 años hubo escasos intentos de acercamiento diplomático.
En los albores de este siglo, ambos países emitieron una declaración conjunta según la cual harían "esfuerzos concertados" para reunificarse, pero todo quedó en la nada.
Hace poco más de cinco años, el 26 de abril de 2018, el líder norcoreano, Kim Jong-un, cruzó por primera vez desde el fin de la guerra la frontera y pisó suelo surcoreano, donde estrechó la mano del presidente local, Moon Jae-in, en un acercamiento histórico en el que mucho había trabajado el entonces presidente de EEUU, Donald Trump.
Sin embargo, aquella imagen quedó rápidamente destinada a los libros de historia y los desencuentros volvieron a estar a la orden del día.
Mercedes S. Giuffre, directora del Centro de Estudios de Corea y China (Cecchi) y coordinadora del Grupo de Trabajo sobre Corea del CARI (Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales), lamentó en diálogo con Télam que "las cicatrices están aún abiertas y son dolorosas",
"La división de lo que fue un país unificado durante más de un milenio, en contra de la voluntad de la inmensa mayoría de los coreanos, alimenta un sentimiento natural y comprensible de unificación. ¿Pero bajo qué condiciones?", destacó la catedrática.
Sin embargo, Giuffre rescató que "sin reconocerse mutuamente como Estado legítimo, se ha puesto en marcha un mecanismo para abordar lo que ambas Coreas acordaron caracterizar como 'relaciones especiales'. Seúl tiene el Ministerio de Unificación, y Pyongyang, el Comité para la Reunificación Pacífica de la Patria y el Departamento del Frente Unido".
A poco de asumir el Gobierno norcoreano en 2011, Kim impulsó el desarrollo armamentístico, incluyendo el arsenal nuclear del país, a punto tal que llega a este aniversario luego de hacer varios lanzamientos de misiles que originaron temor entre sus vecinos.
Corea del Norte disparó el lunes dos misiles balísticos, mientras que Corea del Sur y Estados Unidos llevaron a cabo ejercicios militares conjuntos, que a menudo implicaron el despliegue de activos estratégicos estadounidenses en la región.
La semana pasada, un submarino nuclear estadounidense hizo escala en el puerto surcoreano de Busan -donde mañana será el acto del aniversario del armisticio-, y el lunes pasado, otro submarino también de EEUU, de propulsión nuclear, llegó a una base naval surcoreana.
El Ministerio de Defensa de Japón denunció a comienzo de esta semana el lanzamiento de dos misiles balísticos desde Corea de Norte.
La Guardia Costera nipona informó que ambos cayeron en aguas del mar de Japón y que volaron a 400 kilómetros desde su punto de partida, a una altura máxima de 100 kilómetros.
La última vez que Corea del Norte probó una bomba nuclear de manera subterránea fue el 3 de septiembre de 2017 y generó un terremoto de magnitud 6,3 que tres meses después seguía originando réplicas, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.
Se trató de una bomba de hidrógeno, mucho más poderosa que una atómica, y el test se hizo en el sitio de pruebas Punggye-ri, una zona montañosa del noroeste del país.
Los cálculos de la potencia explosiva del artefacto oscilaron entre 50 y 300 kilotones.
Con solo 100 kilotones la prueba sería seis veces más potente que la bomba lanzada sobre Hiroshima en 1945, publicó el diario estadounidense The New York Times.
Corea del Sur, mientras tanto, siempre ha mantenido que su política no incluye desarrollo de armamento nuclear, pero en los últimos meses inició gestiones secretas, de acuerdo con un reporte de la cadena británica BBC.
De acuerdo con esa información, hace tres meses políticos, científicos y militares inauguraron en Seúl el Foro de Política Nuclear, que tiene la ambiciosa agenda de trazar la ruta de cómo Corea del Sur podría desarrollar armas nucleares, una iniciativa que cuenta con el apoyo de 75% de la población, añadió el medio.
"Esta idea, que alguna vez fue marginal, en los últimos meses se ha diseminado a todos los ámbitos de la sociedad. Hasta el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, planteó la posibilidad durante una reunión de defensa, convirtiéndose en el único presidente que ha puesto la opción sobre la mesa en tiempos recientes", escribió la BBC.
Con información de Télam