El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, se reunió con sus homólogos de Japón y Corea del Sur en Hawaii para discutir la amenaza que representa Corea del Norte, que posee armas nucleares, después de que el país comenzara el año con una serie de pruebas de misiles.
Tras la reunión de ayer, Blinken dijo en conferencia de prensa que Corea del Norte estaba en una fase de provocación, y los tres países condenaron los recientes lanzamientos de misiles.
Estamos absolutamente unidos en nuestro enfoque, en nuestra determinación, dijo Blinken después de sus conversaciones con el ministro de Relaciones Exteriores de Japón, Yoshimasa Hayashi, y el ministro de Relaciones Exteriores de Corea del Sur, Chung Eui-yong, informó la cadena de noticias CNN.
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El secretario de Estado estadounidense agregó que los países estaban "consultando muy de cerca" sobre los pasos adicionales a tomar en respuesta a Corea del Norte, pero no ofreció detalles.
Lo mismo hizo el Hayashi al dar declaraciones a periodistas japoneses.
Los tres funcionarios emitieron una declaración conjunta en la que piden a Corea del Norte entablar un diálogo y cesar sus "actividades ilegales".
Asimismo, indicaron que no tenían intenciones hostiles hacia Corea del Norte y estaban abiertos a reunirse sin condiciones previas.
Corea del Norte tiene una larga historia de uso de misiles o pruebas nucleares.
Las más recientes se producen cuando la economía del Norte, ya golpeada por sanciones paralizantes lideradas por Estados Unidos, se ve duramente afectada por el cierre de fronteras a raíz de la pandemia del coronavirus.
Muchos ven las pruebas como un intento de presionar a la gestión del presidente estadounidense Joe Biden para que reduzca las sanciones.
Sin embargo, la Casa Blanca no mostró voluntad de hacerlo sin recortes significativos en el programa nuclear del Norte, pero ofreció conversaciones abiertas para reanudar la diplomacia.
La respuesta de Corea del Norte es que no volverá a las conversaciones a menos que Washington abandone sus políticas hostiles, en clara referencia a las sanciones impuestas por Estados Unidos y a los ejercicios militares regulares estadounidenses con Corea del Sur.
Las pruebas nucleares también tienen un componente técnico, lo que permite a Corea del Norte perfeccionar su arsenal de armas.
Uno de los misiles probados recientemente, el misil balístico de alcance intermedio Hwasong-12, es capaz de alcanzar el territorio estadounidense de Guam y se trató del arma de mayor distancia que el Norte ha probado desde 2017.
Corea del Norte parece estar pausando sus pruebas durante los Juegos Olímpicos de Invierno en China, su aliado y salvavidas económico más importante.
Pero los analistas creen que Corea del Norte aumentará drásticamente sus pruebas de armas después de los Juegos Olímpicos, que terminan el 20 de febrero.
Las pruebas recientes inquietaron a Corea del Sur y Japón.
El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, quien ayudó a establecer las conversaciones históricas entre el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, y el expresidente Donald Trump en 2018 y 2019, dijo el mes pasado que las pruebas violaban las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU e instó al Norte a terminar con las acciones que crean tensiones y presiones.
El Consejo de Seguridad inicialmente impuso sanciones a Corea del Norte después de su primera prueba nuclear en 2006 y las endureció en respuesta a más pruebas nucleares y a los programas nucleares y de misiles balísticos cada vez más sofisticados del país.
Dadas las dificultades económicas que atraviesa Corea del Norte, China y Rusia pidieron que se levanten las sanciones como las que prohíben las exportaciones de productos del mar y las prohibiciones a sus ciudadanos de trabajar en el extranjero y enviar a casa sus ganancias.
Con información de Télam