Al menos diez combatientes de las disidencias de las FARC murieron el lunes en un bombardeo de las Fuerzas Militares en una zona selvática del sureste de Colombia, como parte de la ofensiva contra los grupos armados ilegales involucrados en el narcotráfico, informó un alto oficial.
Las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que rechazaron el acuerdo de paz firmado en el 2016 con el entonces presidente Juan Manuel Santos, se han convertido en una amenaza para la seguridad del país sudamericano, según fuentes del Gobierno que las acusan de asesinatos de líderes sociales y de masacres de civiles.
El bombardeo se produjo en zona rural del municipio de Morichal Nuevo, en el departamento del Guainía, una de las zonas del país con cultivos de hoja de coca, la materia prima de la cocaína.
"En este momento tenemos, parcialmente, la muerte en desarrollo de operaciones militares de diez bandidos de esta organización y hay una incautación importante de material de guerra e intendencia", dijo en una declaración el comandante de las Fuerzas Militares, general Luis Fernando Navarro.
El acuerdo de paz, negociado durante cuatro años en Cuba, permitió reducir inicialmente la violencia del conflicto armado de más de medio siglo que ha dejado unos 260.000 muertos y millones de desplazados.
Sin embargo, algunos comandantes y guerrilleros de estructuras dedicadas al narcotráfico y a la minería ilegal se declararon disidentes en zonas selváticas y montañosas del país de 50 millones de habitantes.
Fuentes de seguridad estiman en 2.500 los disidentes, que han recrudecido los combates contra las Fuerzas Armadas del Gobierno, el rebelde Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las bandas criminales como parte de una estrategia para ocupar territorios claves para el narcotráfico y la minería ilegal.
Con información de Reuters