China continúa sus ejercicios militares alrededor de Taiwán

A seis días de que la presidenta de la Cámara Baja de EEUU, Nancy Pelosi, desafiara las advertencias de Beijing y viajara a Taiwán, la potencia militar extendió los ejercicios militares que iban a terminar el domingo pasado. 

08 de agosto, 2022 | 16.27

La tensión internacional sigue siendo alta alrededor de Taiwán. China continuó este lunes los ejercicios militares alrededor de la isla, a seis días de que la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, visitara ese territorio en abierto desafío a Beijing. La potencia asiática había anunciado que los movimientos de sus fuerzas terminarían el domingo pasado; sin embargo, tras los pedidos públicos de Washington y Japón de suspenderlos, decidió extenderlos. 

"El Ejército Popular de Liberación (EPL) de China continuó ejecutando ejercicios conjuntos prácticos y entrenamiento en el mar y espacio aéreo alrededor de la isla de Taiwán, enfocándose en organizar operaciones conjuntas submarinas y de ataques marítimos", informó el comando este del Ejército chino en un comunicado, según la agencia de noticias AFP. A diferencia de otras comunicaciones, el Ejército chino no explicó exactamente en qué zonas está actuando y si continúa efectuando "disparos reales", reprodujo Télam.

La decisión china de extender los ejercicios militares fue inmediatamente repudiada por Estados Unidos, Japón y Taiwán. 

"El Ministerio de Relaciones Exteriores condena con firmeza la decisión de China de extender sus maniobras militares. La provocación y agresión de China ha dañado el status quo del Estrecho de Taiwán y ha aumentado las tensiones en la zona", condenó el Gobierno taiwanés en un comunicado, mientras que el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken había acusado a Beijing durante el fin de semana que la respuesta de Beijng era "total desproporcionada". Junto a sus pares de Japón y Australia, dos aliados claves en la región, pidió formalmente al Gobierno comunista que ponga fin a sus acciones militares. 

Cuando Pelosi aterrizó en Taiwán, la isla que China reclama como parte de su territorio y que Washington mantiene como un aliado estratégico en Asia, sabía que su presencia irritaría a China. El Gobierno de Xi Jinping lo había dejado claro. "Si la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, visita Taiwán, China tomará contramedidas firmes y decididas para defender su soberanía e integridad territorial", había alertado este lunes el vocero de la Cancillería Zhao Lijian. 

"La solidaridad de Estados Unidos con los 23 millones habitantes de Taiwán es más importante que nunca ya que el mundo enfrenta una elección entre autocracia y democracia", declaró la funcionaria al aterrizar, en una referencia que pareció hacerse eco a algunos de los últimos discursos del presidente Joe Biden en los que, intentando imprimir una épica histórica a su confrontación con Rusia tras la invasión de Ucrania, aseguró que el mundo estaba peleando una batalla por la libertad. 

La respuesta de China no se hizo esperar. Al día siguiente comenzó una serie de ejercicios militares, primero con aviones caza y luego lanzando misiles por encima de la isla, que incluso cayeron en la zona de influencia japonesa. Además, impuso sanciones comerciales a Taiwán, más simbólicas que estructurales ya que no afectaron ni a las importantes inversiones taiwanesas en China ni a su industria de minichips, un sector productivo estratégico para el comercio global. 

La historia de la actual Taiwán se remonta a unos setenta años atrás, cuando finalizó la guerra civil china librada entre los nacionalistas liderados por Chiang Kai-shek y los comunistas liderados por Mao Tse-tung. En 1927, el Partido Comunista Chino se levantó en armas contra el gobierno nacionalista del partido Kuomintang en, iniciando un cruento conflicto interno que duró hasta 1949, sólo interrumpido entre 1937 y 1945 por la invasión japonesa de China durante la Segunda Guerra Mundial. 

El triunfo final de los comunistas, que lograron hacerse con el poder en la China continental en octubre de 1949, significó el exilio de todo el gobierno nacionalista, partidario de mantener una estructura económica capitalista, en la isla de Taiwán, localizada a 180 kilómetros de la costa. Junto a él viajaron 1,2 millones de chinos, que huyeron de las probables represalias. Desde entonces, China y Taiwán no se reconocen mutuamente y reclaman la administración legítima de todo el territorio controlado por el otro país.

En los años 70, Estados Unidos comenzó a reconocer al Gobierno comunista de Beijing como el representante legítimo del Estado chino, en vez de a Taiwán, quien sin embargo, continuó siendo un aliado estratégico y un socio comercial.