Soldados amotinados detuvieron hoy al presidente de Burkina Faso, Roch Marc Christian Kaboré, en un cuartel de la capital nacional, Uagadugú, luego de que ayer se rebelaran en varios destacamentos del país, golpeado por el descontento social y la violencia atribuida a grupos armados yihadistas.
Ayer, en el inicio de la rebelión, el Gobierno rechazó la idea de que se estuviera ante un golpe de Estado, pero luego sobrevinieron estas detenciones.
"El presidente Kaboré, el jefe del parlamento [Alassane Bala Sakandé] y los ministros están efectivamente en manos de los soldados" en el regimiento de Sangoule Lamizana en Uagadugú, precisó una fuente de seguridad, informó la agencia de noticias AFP.
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Kaboré, en el poder desde 2015 y reelegido cinco años después con la promesa de convertir en prioridad la lucha contra los yihadistas, es cada vez más criticado por la población, cansada de la violencia yihadista y de su incapacidad para afrontarla.
De acuerdo con AFP, esta mañana, una decena de soldados encapuchados y armados vigilaban el frente a la sede de la Radio Televisión de Burkina (RTB), que emitía programas de entretenimiento.
Ayer, el motín de los militares comenzó a la 1 (22 horas en Argentina) en varios destacamentos de Burkina Faso para exigir la renuncia de los jefes del ejército así como "medios adecuados" para luchar contra los yihadistas, que actúan en el país desde 2015.
Automáticamente, el Gobierno de Burkina Faso rechazó los rumores sobre un golpe militar.
"El Gobierno, si bien reconoce que efectivamente hubo disparos en ciertos cuarteles, desmiente esta información y llama a la población a mantener la calma", subrayó entonces el vocero presidencial, Alkassoum Maiga.
Más tarde, las autoridades declararon un toque de queda "hasta nuevo aviso" y cerró las escuelas por dos días.
Uno de los regimientos en el que se escucharon disparos fue Sangoulé Lamizana, donde se encuentra la prisión en la que sigue recluido el general Gilbert Diendéré, exjefe del Estado Mayor que en septiembre de 2015 protagonizó el fallido golpe de Estado contra el Gobierno del presidente interino Michel Kafando.
También se escucharon disparos en el cuartel Baba Sy y en la base aérea de Uagadugú, además de motines en Kaya y Ouahigouya, en el norte del país, donde se concentra la mayor parte de los ataques yihadistas, según residentes y fuentes militares.
La detención de Kaboré se produce en un clima de descontento social y tras meses de protestas para denunciar la incapacidad de las autoridades para contrarrestar el creciente número de atentados yihadistas, grupo que también opera en Níger y en el vecino Malí.
Ayer los manifestantes apoyaron a los amotinados e instalaron barricadas en varias avenidas de la capital, hasta que fueron dispersados por la policía.
Al igual que Malí y Níger, Burkina Faso está inmersa en una espiral de violencia atribuida a grupos armados yihadistas, afiliados a Al-Qaeda y al grupo Estado Islámico.
La llegada al poder de Kaboré en diciembre de 2015, un año después de la caída de Blaise Compaoré, derrocado por un levantamiento popular tras 27 años en el poder, había suscitado grandes esperanzas, pero la violencia de los grupos yihadistas en los últimos seis años dejó más 2.000 muertos y obligó a 1,5 millones de personas a abandonar sus hogares.
Con información de Télam