¿Se parte Bolivia? Crónica de una transformación política

26 de julio, 2024 | 13.36

En el próximo año 2025 el Estado Plurinacional de Bolivia tendrá elecciones presidenciales y legislativa, en la que se renovarán todos los miembros de la Cámara de Diputados y de la Cámara de Senadores por el período 2025 -2030. Este proceso eleccionario viene condicionado por un fallo en el cual el "... Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia (TCP), acogiendo una opinión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) sobre la materia, suspendió este viernes la reelección indefinida en el país con un fallo que inhabilita la candidatura del expresidente Juan Evo Morales Ayma en las elecciones de 2025.  La Sentencia Constitucional 1010/2023, aprobada por el TCP este 29 de diciembre, establece que la reelección “no es un derecho humano” y por tanto puede ser restringido legalmente".

Y la sentencia no solo deshabilita a Juan Evo Morales Ayma para esta contienda electoral específica, sino que también señala que "“el presidente y el vicepresidente en Bolivia solo pueden ejercer su mandato por dos periodos continuos o discontinuos”. Esta cláusula significa la inhabilitación de Morales para cualquier elección futura, porque el político ya ha gobernado en tres periodos: 2006-2009; 2009-2014 y 2014-2019. Además, implica un cambio en la Constitución, que solamente prohíbe más de dos mandatos continuos y en ninguna parte restringe o se refiere siquiera a las relecciones discontinuas".

Pero el problema parece no ser meramente judicial, sino también político. En efecto, por un lado el mismo tribunal, en el año 2017, había habilitado al entonces presidente en ejercicio a presentarse a una tercera reelección, pese a que la Constitución boliviana establece que una persona no puede gobernar por más de dos periodos consecutivos y que Morales perdió un referendo en 2016 en el que intentó anular esa limitación, el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) de ese país emitió un controversial fallo a favor de las intenciones del mandatario.   En conferencia de prensa, este martes, el magistrado del TCP Macario Cortez explicó que se decidió "declarar la aplicación preferente" de los "derechos políticos" por encima de los artículos de la Constitución que limitan la cantidad de veces que una persona puede ser reelecta”.

Por otro lado, la Constitución del Estado Plurinacional de Bolivia no prohíbe las reelecciones discontinuas, con lo cual el reciente fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia (TCP), podría ser recurrido a tribunales interamericanos por inconstitucional. Se trata de un conflicto absolutamente político entre la fracción del partido movimiento al socialismo que apoya al actual presidente y ex ministro de y exministro de finanzas de las administraciones anteriores, Luis Alberto Arce Catacora y al expresidente Juan Evo Morales Ayma.

Pero este problema político sucede en el medio de problemas económicos estructurales y transformaciones de carácter histórico. En primer lugar, la economía boliviana tiene una altísima tasa de informalidad, así señala un informe técnico: “La economía sumergida ha representado tradicionalmente una gran cantidad del empleo total en Bolivia. El sector informal de Bolivia es de los mayores de América Latina, junto con Honduras y Nicaragua, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Se estima que alrededor del 75,1 % de los empleos urbanos y rurales son informales mientras que la media de la región se sitúa en torno al 50 %. Por otra parte, en Bolivia la proporción de la economía sumergida en relación al PIB representaría alrededor del 47 %". Esto supone que los ingresos fiscales del Estado boliviano son muy limitados, y depende de los impuestos al comercio exterior, que también se ve afectado por una altísima tasa de contrabando. La minería extractivista es la primera actividad histórica de esta región que ya comienza con la exportación de plata en la época en que era el Alto Perú, luego la exportación de estaño y por último la exportación de hidrocarburos. Sin embargo, esto último puede entrar en crisis dado que "Bolivia registró una caída del 50% en los volúmenes de gas exportados entre 2021 y 2023, según datos de la consultora especializada Gas Energy Latin America (GELA). El retroceso en los volúmenes, sumado a la caída de los precios internacionales del gas, impactaron en las reservas del Banco Central. Las exportaciones bolivianas totalizaron US$ 10.797 millones en 2023, un 20,6% menos que el año anterior, según datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior. El Banco Central hoy tiene reservas por debajo de los US$ 1700 millones, el nivel más bajo en los últimos 17 años" . Es en este contexto que tuvo lugar el reciente intento de levantamiento militar dirigido por el ex comandante general del Ejército, Juan José Zúñiga.

En segundo lugar, la economía boliviana está sufriendo un cambio extremo de su matriz productiva. Como señala el estudioso Gonzalo Colque: "Hacia mediados de la década de 1980, la emergencia de la producción de la soya en Bolivia provocó la transformación agraria más radical en las zonas de la frontera agrícola...Los años 2000 pueden considerarse como la década de la consolidación. Urioste (2011, 30) concluye que, en Santa Cruz, entre 1990 y 2007, la superficie cultivada creció de 413.320 hectáreas a 1.821.631, esto significa más de 4,4 veces, de las cuales más de un millón han sido destinadas a la producción de oleaginosas (principalmente soja). Estos cambios reconfiguraron la estructura agraria boliviana y las implicancias están más allá de Santa Cruz debido a que las extensiones cultivadas en este departamento alcanzan el 66 por ciento del total de tierras cultivadas a nivel nacional".

Una nación en la cual la producción agrícola estaba destinada básicamente para el consumo interno, de pronto y en pocos años, cuadriplica la superficie cultivada con un producto específico, la soja, que gracias a las tecnologías de ingeniería genética ha logrado llevar al máximo la rentabilidad potencial por área cultivada, y ha transformado las matrices económicas de muchos países iberoamericanos. Y ello ha redundado en que "En los últimos treinta años, el departamento de Santa Cruz se convirtió en el principal polo económico de Bolivia. La región experimentó un despegue sostenido, llegando a rebasar a La Paz, la sede de gobierno que anteriormente lideraba la economía nacional".

Y eso también ha ido desplazando el centro político económico del país desde el Occidente andino y de producción minera, al Oriente llano y de producción agrícola. Uno de los efectos de esta transformación profunda en la matriz económica boliviana es que el Departamento de Santa Cruz, ha sido en los últimos censos, el departamento que más retuvo población, y que ha tenido la tasa de migración neta positiva más alta de todos los departamentos bolivianos. Al mismo tiempo de ser el departamento con mayor crecimiento demográfico y económico, el Departamento de Santa Cruz ha sido el principal centro de oposición política al partido Movimiento al Socialismo, al mismo tiempo que el poderoso Comité Pro Santa Cruz, publica en su sitio institucional en Internet:” Celebramos con mucho orgullo nuestro emblema: la bandera cruceña, que es el reflejo de nuestro compromiso, nuestras luchas y nuestros sueños. El verde representa la abundancia de nuestra tierra y su vegetación, y el blanco que simboliza la pureza, la esperanza de un futuro mejor. Desde el Comité pro Santa Cruz, reafirmamos nuestro compromiso con Santa Cruz e invitamos a todos los ciudadanos a unirse a esta importante conmemoración. En este mes de la Bandera Cruceña, colócala en todos lados, que flamee. ¡Es nuestra identidad!". En ese mismo sitio de internet se enfatizan la identidad cruceña, y se habla de la independencia cruceña y de cómo se la perdió.

El conflicto político del actual proceso electoral en el Estado Plurinacional de Bolivia debe ser entendido en el marco preciso de este cambio estructural económico y demográfico que conlleva una serie de transformaciones en el régimen de propiedad de la tierra, en la inversión extranjera directa en la producción agrícola boliviana, e inclusive en la disputa acerca de la renta, ya que el Estado Plurinacional de Bolivia es un estado unitario. Ello hace que, a la tensión interna a los partidos políticos del Occidente boliviano, se suma la tensión externa entre los partidos mayoritarios en de dicha región y los movimientos políticos del oriente boliviano.

No se trata de un escenario en el cual sea factible un levantamiento independentista, ya que Iberoamérica tienen fronteras bastante consolidadas, y muy poca presencia de movimientos de fragmentación nacional, a diferencia de lo que si ocurre en el continente africano y europeo. Pero es muy factible, y los hechos políticos e inmediatos van en esa dirección, que haya una lucha por la autonomía, y algún tipo de estructura federal que lleve a una nueva constitución. En ese contexto la lucha contra al MAS no será por motivos ideológicos sino por una reorganización político territorial de esta nación.

Y este es el contexto en donde la política exterior argentina debe tener una prudencia extrema, y no caer en identificaciones maniqueas entre los malos socialistas de la capital política del estado y los buenos liberales del Comité Pro Santa Cruz. Pero con los antecedentes de nuestra política exterior personalizada en las opiniones que tiene el presidente de la república Javier Milei de todo el mundo es presumible que esta prudencia no exista.

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