La detención del gobernador de Santa Cruz, Fernando Camacho, por su participación en el golpe de Estado a Evo Morales en 2019 abre las puertas a uno de los escenarios más inciertos de la política boliviana de los últimos años. Camacho no solo se convirtió en gobernador del departamento más rico del país con el 55 por ciento de los votos, y después de haber liderado las maniobras destituyentes, si no que desde entonces (2021) acumuló semejante capital simbólico y político que forzó una de las peores crisis entre el presidente Luis Arce y Evo, como socio mayoritario de la coalición de gobierno, y refrendó su poder movilizando cientos de militantes en las calles de Santa Cruz por la ley del Censo.
El gobernador cruceño dio el salto a la política nacional cuando irrumpió de forma violenta y con una biblia en la mano en el Palacio de gobierno en La Paz para pedir cárcel a todos los miembros del Movimiento al Socialismo (MAS). Hasta ese momento se había concentrado en construir poder en el Comité cívico Pro Santa Cruz (espacio político en el que está representado el poder económico del departamento) y con su impronta histriónica marcó una nueva forma de liderazgo que se contrapuso a un estilo más clásico de la élite cruceña. Camacho logró capitalizar esos rasgos y su protagonismo en el Golpe cuando ganó la gobernación en 2021 y corrió a Rubén Costas, que venía ocupando ese lugar.
"Camacho es parte de la élite de Santa Cruz por el origen de su familia pero a su vez es bastante rupturista. Es un dirigente populista, con más vinculación con los sectores populares del departamento y a su vez marcadamente de extrema derecha. Se manifiesta contra las medidas estatistas y es un personaje muy crítico del estado nacional. No es abiertamente independentista pero si separatista", analizó en diálogo con El Destape, el politólogo boliviano Fernando Molina. Al establishment cruceño, en su intención de ser mostrar coherencia y cohesión entre los grupos empresarios, el comité, el Gobierno departamental y los medios de comunicación, le queda un poco incómodo acompañar en pleno a Camacho pero -apuntó el politólogo- no pueden evitar apoyarlo en su pelea abierta contra el MAS.
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No sucede lo mismo con los ciudadanos de esa región que en sus diferentes embestidas salieron de inmediato a mostrar músculo político en las calles. La tarde de este miércoles cuando se conoció la detención sorpresiva de Camacho, cientos de personas se movilizaron hasta el aeropuerto local y coparon las pistas para evitar que saliera el avión que iba a trasladarlo a La Paz; finalmente, lo llevaron en helicóptero mientras que hasta la noche del miércoles el aeropuerto de Viru Viru permanecía cerrado y los vuelos suspendidos. "Santa Cruz está espontáneamente movilizada. El gobernador tiene mucho apoyo", explicó Molina sobre la primera respuesta que se registró al conocerse la detención. Además de movilizarse al aeropuerto, cientos de personas autoconvocadas cortaron rotondas y rutas departamentales para bloquear cualquier circulación.
La pulseada por la Ley del Censo, la gran victoria de Camacho
El clivaje entre Santa Cruz y el gobierno central es histórico. Esa región centro es la más rica de todo el país, gracias a su matriz económica que se basa en plantaciones de soja y otros granos, como también en su desarrollo petrolero y gasífero. Desde un inicio tuvo una resolución distinta de lo que fue la época colonial donde los grupos indígenas fueron o bien absorbidos al régimen o bien exterminados. Estos puntos hicieron de Santa Cruz una élite que mira más afuera que adentro de su propio país y que siempre tuvo aires separatistas. Y cada vez que un gobierno de izquierda llega al Palacio del Quemado, ese departamento se convierte en la máxima trinchera. "Existe toda una identidad cruceña que se distingue por su condición de blancos y por su identificación con Europa", agregó el politólogo.
El tema que este año sirvió para dar cause al enfrentamiento entre Santa Cruz y el gobierno central fue la Ley del Censo. Debido al Golpe y después a las dificultades que provocó la pandemia, la fecha del Censo que inicialmente estaba prevista para el 2023 estuvo en discusión desde que el gobierno de Arce asumió la presidencia. Santa Cruz pidió que la fecha sea inamovible mientras que el Gobierno dio sus motivos para postergarlo y poder llegar a tiempo con todos los preparativos. Esa diferencia por las fechas hizo que la discusión se extendiera desde marzo de este año hasta noviembre. Santa Cruz también usó como argumento que ese departamento había recibido mucha inmigración en los últimos años de manera que se vería beneficiada a la hora de reasignar recursos económicos y distribuir bancas en el congreso por haber aumentado su población. La postergación del censo, según Santa Cruz, tenía fines políticos vinculados a que ese departamento no se hiciera de los "beneficios" en la elección del 2024.
La pelea fue tan grande que mostró por primera vez las diferencias entre el sector que representa Arce y el que responde a Evo. El primero terminó por acordar una salida política al tema junto a Camacho que después de 36 días de paro que dejaron varios muertos, forzó al gobierno a discutir la fecha y condiciones del Censo en el Congreso y salió victorioso de la pelea; mientras que Evo tildó públicamente de "traidores" a Arce y sus funcionarios por su carácter "dialoguista". El principal temor de la línea que responde a Evo es que, habiendo comprobado la eficacia de sostener un paro por largo rato y presionar desde las calles, Santa Cruz se abra a una demanda inagotable que acumula hace tiempo, entre las que adelantaron encabeza la propuesta de impulsar el separatismo.
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El frente judicial de Camacho
Según informó la Fiscalía General, la aprehensión del gobernador respondió a que está siendo investigado en la causa conocida como "Golpe de Estado 1", que inició en noviembre del 2020, y explicó que Camacho tiene "pleno conocimiento del proceso".
La detención de todos modos fue sorpresiva y tuvo lugar mientras se estaba trasladando en auto con su custodia. Según relató Molina a El Destape, personal de policía no identificada se acercó al auto y tiró una granada de gas para evitar cualquier intento violento de parte de Camacho y así lograr detenerlo.
Camacho tiene al menos ocho causas abiertas en La Paz, todas radicadas ahí por la dificultad de que prospere algún tipo de proceso en un departamento en el que los denunciantes tienen dudas de que rija algún grado de imparcialidad. Tiene varios cargos en su contra y el más resonantes, además de la causa por el Golpe, es el que se abrió a partir de los 36 días que paro que lideró por el Censo y que lo acusan de instigación de delinquir, daños graves, terrorismo y separatismo. "Este parece ser el cargo que le permite a la Fiscalía tomarlo preso sin aviso previo. Es el único delito en el cual se puede hacer eso", explicó el politólogo. Camacho pasó la noche en la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen de La Paz, a la espera de enfrentarse al proceso en curso. Además, la detención del gobernador fue posible porque en la Constitución Política del Estado boliviano el artículo 180 establece que "no hay fueros" para ningún ciudadano a excepción del Presidente y Vicepresidente.