El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y sus aliados religiosos de la coalición de Gobierno alcanzaron un acuerdo para aprobar los próximos presupuestos públicos que incluye una inversión de más de 68 millones de dólares en la red de escuelas religiosas talmúdicas.
La negociación se produjo frente a la inminente amenaza de que si no se aprueba el presupuesto antes del 29 de mayo el Gobierno caería automáticamente para dar paso a elecciones anticipadas.
Netanyahu junto al líder de Sionismo Religioso (SR) y titular de la cartera de Finanzas, Bezalel Smotrich, alcanzaron un acuerdo de último momento con el partido ultraortodoxo Judaísmo Unificado de la Torá (UJT) y luego con el de extrema derecha Poder Judío -del líder colono y ministro de Seguridad Itamar Ben Gvir- antes de la crítica votación de esta semana en el Parlamento (Knesset) sobre el nuevo presupuesto que puso a prueba al Gobierno.
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Ben Gvir anunció hoy por la noche un acuerdo para asignar 250 millones de shekels (68 millones de dólares) adicionales al Ministerio de Desarrollo de Negev y Galilea, poniendo fin a la disputa presupuestaria del partido, informó el diario israelí Haaretz.
Los fondos irán destinados a remunerar a estudiantes ultraortodoxos de las yeshivas o escuelas talmúdicas y a sus familias, informó la agencia de noticias Europa Press.
Durante las discusiones presupuestarias, el partido de Ben Gvir boicoteó varias votaciones en la Knesset y permitió que se aprobara la legislación de la oposición.
Estos gastos han sido duramente criticados por los sectores laicos de la política y la sociedad israelí, que denuncian que los ultraortodoxos no cumplen con el servicio militar ni trabajan y que las escuelas talmúdicas no forman para el mercado laboral al tener carencias en matemáticas, ciencias o inglés.
El presupuesto implica un incremento del gasto del 5 por ciento a pesar del momento económico delicado que vive el país en el contexto de inestabilidad mundial y no incluye medidas para paliar la inflación.
Netanyahu asumió a fines de diciembre como primer ministro gracias a una coalición con la que formaron el Gobierno más religioso y ultranacionalista de la historia de Israel.
La coalición que le permitió volver al poder, está conformada, además de su partido Likud, por los de ultraderecha SR, PJ, Noam, y más dos partidos ultraortodoxos: UJT y Shass.
Las disputas de Netanyahu con los dos partidos fueron sobre la distribución de los llamados fondos de coalición prometidos a las partes en los acuerdos de coalición.
Los desacuerdos llevaron a Netanyahu a pedir a sus socios de coalición el jueves que dejaran de hacer amenazas y demandas irrazonables, diciendo: No hay ni habrá un gobierno mejor.
Los últimos acuerdos dejan al partido extremista Noam del legislador Avi Maoz como el último partido que sigue amenazando la votación del presupuesto.
Moaz, el único legislador de ese espacio, exige 285 millones de shekels (más de 77 millones de dólares) prometidos en los acuerdos de coalición para el establecimiento de una Autoridad Nacional de Identidad Judía.
Con información de Télam