Comisión Europea tilda como "verdes" a la energía nuclear y al gas pese al rechazo de varios países

02 de febrero, 2022 | 14.41

Con el ambicioso objetivo de conseguir la neutralidad de carbono en menos de 30 años, la Comisión Europea aprobó hoy su controvertido plan sobre etiquetado verde a inversiones en fuentes energéticas limpias y renovables, que sin embargo incluye centrales nucleares y de gas, gesto que desencadenó de inmediato airadas reacciones.

El reglamento busca impulsar fuertes inversiones en iniciativas de energías limpias y renovables.

Pero, si bien solo las energías renovables (eólica o fotovoltaica, por ejemplo) se clasifican como inversiones verdaderamente "sostenibles", y son el objetivo prioritario de la política energética europea, el plan incluye centrales nucleares y de gas, lo que promovió agrias discusiones entre los países de la Unión Europea (UE).

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El documento, que ahora iniciará un largo proceso hasta su implementación plena, fue aprobado hoy por el colegio de Comisarios Europeos, en medio de las críticas en la implementación del gasoducto Nord Stream 2, un colosal proyecto de dos tuberías que permitirá duplicar el envío de gas ruso hacia Alemania a través del mar Báltico.

Hasta ahora solamente inversiones en energías renovables podían beneficiarse de este "sello verde" de la Comisión.

A partir de ahora comienza a correr un plazo de cuatro meses (que se podría extender dos meses más) para que el Parlamento Europeo trate el texto.

Se trata de la construcción de nuevas centrales eléctricas y obras de ampliación de las centrales existentes, así como de la investigación para el desarrollo de tecnologías que minimicen el impacto de los residuos.

Sin embargo, el documento no menciona la gestión del ciclo del combustible (extracción y enriquecimiento de uranio, o el procesamiento del combustible ya utilizado).

Además, el plan fija un plazo para el reconocimiento de la energía nuclear, una tecnología baja en carbono pero considerada una solución "transitoria", al igual que las centrales generadoras movidas a gas.

Para las nuevas centrales nucleares, este reconocimiento es "transitorio" y afectará a los proyectos que hayan obtenido un permiso de construcción antes de 2045.

Aunque no todas las actividades del sector nuclear están reconocidas en la lista de inversiones que pueden beneficiarse de las ventajas de las inversiones verdes, la iniciativa no fue bien recibida por entidades ambientales no gubernamentales y hasta algunos gobiernos de la propia UE.

En Viena, la ministra austríaca de Medio Ambiente, Leonore Gewessler, adelantó que el gobierno está dispuesto a ir a la justicia europea contra el proyecto.

El canciller Karl Nehammer apuntó en Twitter que "la energía nuclear no es verde ni sostenible. No puedo comprender la decisión de la UE".

El eurodiputado verde francés Damien Careme señaló que el plan "mina seriamente la credibilidad de la UE".

Ariadne Rodrigo, especialista de finanzas sostenibles en la ONG Greenpeace, denunció "un intento de robo"

"Alguien está tratando de desviar miles de millones de euros de las energías renovables y hundirlos en tecnologías que no hacen nada para combatir la crisis climática", apuntó.

La idea de establecer un cuadro normativo a las inversiones "sostenibles" en energía fue inicialmente recibida con apoyos generalizados, pero la inclusión de las centrales nucleares y de gas fósil puso un brusco freno al entusiasmo.

La inclusión de la energía nuclear y el gas en el proyecto era defendida por varios países encabezados por Francia, quienes alegan que las fuentes renovables (como la solar o eólica) no permitirán cubrir las necesidades de electricidad en el bloque.

En contrapartida, Alemania -un país altamente dependiente del gas para mover su industria- encabezó el grupo de países que se opone a la inclusión de la energía nuclear en el programa de inversiones "sostenibles" y defiende la inclusión del gas.

En tanto, Austria, Dinamarca, Suecia y los Países Bajos publicaron una carta conjunta en oposición a la inclusión del gas, una fuente de energía fósil.

El proyecto recibió el apoyo de Polonia y le República Checa, que precisan substituir sus altamente contaminantes centrales de carbón.

Con información de Télam

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