Al menos 93 personas murieron, entre ellas 14 policías, y cientos resultaron heridas desde primera hora de este domingo por la reanudación de los disturbios en varios puntos de Bangladesh, en el marco de unas protestas que comenzaron a principios del mes pasado contra un ya suspendido sistema de cuotas laborales y que, tras días de relativa calma, ganaron fuerza de nuevo y ahora tienen al Gobierno como objetivo generalizado.
El recuento recogido por el diario bangladeshí The Daily Star, apunta que más de 65 civiles murieron -contando opositores y simpatizantes del Gobierno- y 13 agentes han sido apaleados hasta la muerte tras un ataque a una comisaría en la localidad de Sirajganj, de acuerdo con fuentes de las fuerzas de seguridad.
Además de los policías, se contabilizaron cinco muertes más en Sirajganj. Muchos de los fallecidos tenían heridas de bala y en otros casos fueron víctimas de linchamientos.
Los enfrentamientos comenzaron en la ciudad de Munshiganj, en las inmediaciones de la capital, Daca, donde los movimientos estudiantiles que abanderan las protestas terminaron enfrentados con los simpatizantes del partido del Gobierno, la Liga Awami, y su sección juvenil, la Liga Chhatra. El diario Protom Alo confirmó al menos dos fallecidos y medio centenar de heridos en esa zona. En total se contabilizaron doce personas muertas en Daca, seis de ellas recibidas en el Hospital Universitario de Daca.
Uno de los fallecidos era un líder del ala juvenil del partido del Gobierno, identificado como Mehedi Hasan, de acuerdo con fuentes de seguridad a la filial bangladeshí de la cadena británica BBC. También han muerto otros cuatro simpatizantes de la Liga Awami en Rangpur, donde otro centenar de personas han resultado heridas.
Un país paralizado
La mayoría de comercios, sucursales bancarias y otros establecimientos permanecieron cerrados en la capital y el transporte público desapareció de las calles, por lo que mucha gente tuvo que ir andando hasta sus puestos de trabajo. Los trenes y autobuses de largo recorrido tampoco funcionan.
Las protestas dejaron de dirigirse al sistema de cuotas, uno que dedicaba hasta un 30 por ciento de plazas a descendientes de combatientes de la guerra de la Independencia, criterio que para los estudiantes suponía un acto de discriminación, para acabar centradas en la figura de la primera ministra del país, la histórica Sheij Hasina, y denunciar una represión policial que dejó entre 147 y más de 200 muertos, según gobierno y activistas) durante las manifestaciones del mes pasado.
Hasina se ofreció a hablar con los manifestantes pero los organizadores de las protestas rechazaron su oferta y exigen en su lugar que se disculpe públicamente, castigue a los responsables de la represión y cese a varios ministros, entre ellos los de Interior, Educación y Justicia. No obstante, la primera ministra acusó este domingo a "grupos terroristas" infiltrados entre los estudiantes de los disturbios que se están extendiendo de nuevo por todo el país.
Por último, las autoridades de Bangladesh volvieron a declarar el toque de queda indefinido en la capital a partir de las 18:00, poniendo fin a la relajación dictada este sábado y que iba a comenzar en los próximos días. El toque de queda va acompañado de una declaración de tres días de "vacaciones", es decir, la suspensión de la actividad laboral y escolar excepto los servicios básicos, una medida que ya adoptó durante las últimas protestas, que comenzará el próximo lunes y se prolongará hasta el miércoles.
Con información de EuropaPress