(Por Martín Piqué) El vicecanciller de Armenia, Vahé Gevorgyan, advirtió sobre la "crisis humanitaria" que viven 120.000 armenios de la región de Nagorno Karabaj a causa del bloqueo del corredor de Lachin por parte de Azerbaiyán, dijo que ese conflicto ya es "global" tras el reciente pronunciamiento de la Corte Internacional de Justicia que exige a los azeríes que liberen el paso, y definió a la Argentina como "un país amigo".
En una entrevista con Télam, el diplomático destacó el "liderazgo moral" del papa Francisco por su "tarea en defensa de la paz" y alertó sobre "los días oscuros que enfrenta la humanidad" por la prolongación de la guerra de la Federación Rusa frente a Ucrania y la OTAN, un conflicto sobre el que evitó pronunciarse porque, al no estar su país directamente involucrado, opinar "no sería muy serio".
Consultado por el enfrentamiento entre Kiev y Moscú, Gevorgyan se excusó de encuadrarlo como una 'guerra híbrida total', categoría que se utiliza por estos días para referirse al tipo de combate y al involucramiento -directo o indirecto- de otras naciones, con el argumento de que se trata de una conceptualización propia de "la ciencia política y de la teoría de los procesos internacionales".
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El vicecanciller recordó que su rol es el de expresar "la posición oficial de Armenia en los sistemas internacionales de intercambio" por lo que avisó que apelaría a "una respuesta más diplomática", aunque finalmente, ante la pregunta por las particularidades de la guerra en Ucrania, contestó: "Todas las descripciones que usted usó están al mismo tiempo presentes en la situación que atraviesa Europa a nivel de seguridad".
El representante de Ereván visitó por primera vez Buenos Aires para participar como expositor en el Foro Mundial de Derechos Humanos (FMDH 2023), donde dedicó su disertación a hablar de lo que sucede en el paso fronterizo con el territorio de Nagorno Karabaj, región que en el año 2020 fue escenario de durísimos combates entre Armenia y Azerbaiyán, aliado de Turquía.
"A nivel regional, nosotros tenemos que hacer frente a un régimen autoritario, a un sistema que se mueve bajo el lema 'la fuerza siempre tiene razón'. Es un régimen autoritario que enfrenta a los derechos humanos la política de la fuerza bruta", acusó Gevorgyan al referirse a Azerbaiyán, a cuyas autoridades responsabiliza por los "prisioneros de guerra (armenios) que no han sido devueltos" como también por "decenas de casos de desaparecidos forzados".
-Télam: Argentina aplicó el terrorismo de Estado contra su propia población. El pueblo armenio sufrió un genocidio en tiempos del Imperio Otomano a principios del siglo XX. ¿Existe una sensibilidad compartida en materia de derechos humanos?
-Vahé Gevorgyan: Cuando estuve en Buenos Aires tuve la oportunidad de participar del Foro Mundial como panelista. El panel se llamaba 'El futuro de los derechos humanos y la democracia' y el lugar en el que se hizo la actividad era muy simbólico: era el lugar donde las personas detenidas por el régimen (por la exESMA) eran torturadas. En la introducción mencioné que una de las mejores maneras de prevenir violaciones masivas de los derechos humanos es rindiéndole tributo a la memoria.
-T: ¿Qué impresión se llevó de Argentina?
-VG: Me sentí en un país amigo. No tenía necesidad de explicar quién soy. Porque eso es lo que diferencia a los amigos: no te obligan a que hables de vos, a que te presentes, porque te conocen. Y eso sentí, no solo en las reuniones oficiales, sino también al salir a pasear. La presencia de Armenia me dio a entender cómo la comunidad se integró en esa sociedad (la argentina) y fue bien recibida.
-T: En el plano internacional, la prioridad de Armenia es el bloqueo en la frontera. ¿Habló de eso con el Gobierno argentino?
-VG: Hablé de las consecuencias de la guerra (con Azerbaiyán de 2020), de la crisis humanitaria originada entonces, que se refleja en que los prisioneros de guerra no han sido devueltos. Porque además de los cientos de desaparecidos tenemos decenas de casos de desapariciones forzadas. De hecho, tenemos evidencia de que esas personas estuvieron en Azerbaiyán pero no tenemos noción sobre su paradero actual. Si están con vida o no, cómo están. Además, me referí también al bloqueo del corredor de Lachin, que cumplió hace poco el día número 100, y de las 120.000 personas, civiles, que tienen afectado su derecho a la libertad, al movimiento, y están privadas de comida. También hablé de la decisión que adoptó hace un mes la Corte Internacional de Justicia, en la que ordena a Azerbaiyán desbloquear inmediatamente el corredor de Lachin. Después de la intervención de la Corte Internacional de Justicia, la cuestión dejó de ser regional y pasó a ser global.
-T: Turquía, con la figura de Erdogan, se propone como un factor de estabilización. En particular, por la guerra entre Rusia y Ucrania. ¿Hay algún cambio en la relación de Armenia con Turquía, un vínculo atravesado por la historia del genocidio?
-VG: La reconciliación de Armenia y Turquía es uno de los procesos más importantes de la región del Cáucaso del sur. En los últimos 30 años hubo intentos de avanzar pero, en los hechos, aún no existen relaciones diplomáticas y la frontera continúa cerrada unilateralmente por Turquía. En el último tiempo fueron elegidos representantes especiales para encargarse de la normalización de las relaciones y el proceso es, de por sí, positivo. Pero el sentido de todo proceso es el resultado y aún no hemos alcanzado los resultados que son el objetivo.
-T: La guerra de Ucrania y Rusia produjo efectos en todo el mundo, como la inflación global. Argentina se vio afectada. ¿Qué perspectivas ve para Armenia en materia económica, migratoria y en otros ámbitos?
-VG: Nosotros nunca hicimos cálculos ni seguimos la lógica de aprovechar las guerras. Organizamos nuestra política exterior desde el principio de intentar combinar los intereses de los países grandes y no jugar utilizando sus desacuerdos. Así fue en su momento con los copresidentes del grupo Minsk de la OSCE (Organización para la Seguridad y Cooperación de Europa), Rusia, EEUU y Francia (creado para mediar entre Armenia y Azerbaiyán). Esos países, ahora, no se ponen de acuerdo y eso crea un vacío a nivel de seguridad, porque cuando no hay colaboración de las potencias el papel de la fuerza adquiere una importancia mayor. Siempre preferimos que en nuestra región los grandes países no entren en conflicto sino que cooperen y colaboren. Estamos convencidos de que estas crisis de seguridad masivas no pueden tener consecuencias positivas a largo plazo para ningún país.
-T: Algunos analistas observan el conflicto entre Ucrania y la OTAN contra Rusia como un nuevo tipo de guerra que utiliza no solo armamento tradicional y en la que, además, un Estado le hace la guerra a otro Estado a través de un tercer país. La definen como una "guerra mundial híbrida" y no una guerra tradicional. ¿Cuál es su visión?
-VG: Como nosotros (por Armenia) no estamos involucrados en esos procesos emitir una opinión de mi parte no sería muy serio. Pero el hecho de que la seguridad en Europa esté en riesgo para nosotros tiene una importancia existencial. Eso es así. Por otro lado, una cosa es cuando uno es politólogo y expresa las teorías sobre los procesos internacionales y da sus opiniones, y otra cosa es cuando uno, siendo diplomático, presenta la posición oficial que tiene su país sobre distintas cuestiones internacionales. Por eso, permítame decirle que todas las descripciones que usted usó están al mismo tiempo presentes y no se contradicen en la situación difícil a nivel de seguridad que está enfrentando Europa ahora.
-T: Una de las figuras que intenta mediar y promover la paz es el papa Francisco, que es argentino y durante su pontificado viajó a su país.
-VG: Nosotros valoramos muy altamente el rol del Papa Francisco en la tarea de defender la paz mundial. Creo que su liderazgo moral, es una de las columnas de la paz mundial. Y en estos días oscuros que está enfrentando el mundo el papa Francisco es el destello de un rayo de luz que inspira a la humanidad. La esperanza de que esto va a pasar y que vendrán días mejores en los que habrá paz.
-T: ¿Cómo está hoy económicamente Armenia, a dos años de la guerra con Azerbaiyán y con la región condicionada por el conflicto en Ucrania?
-VG: Después de la guerra a gran escala que tuvo lugar en el año 2020 (el conflicto bélico entre Armenia y Azerbaiyán), de la agresión de Azerbaiyán contra el territorio soberano armenio, que tuvo sus consecuencias para nuestras regiones fronterizas, nosotros tuvimos que enfrentar la pandemia, como el resto. Y eso tuvo su influencia negativa en la economía. Pero también hay incentivos positivos: en el año 2018 Armenia emprendió una serie de reformas económicas y puedo decir que los resultados de esas reformas son evidentes. Por ejemplo, el año pasado, que fue difícil para nosotros teniendo en cuenta la situación de la política exterior, Armenia económicamente tuvo un crecimiento del 12,1%. Si tuviéramos un mejor ambiente nuestro crecimiento sería mayor y tendríamos mejores resultados.
Con información de Télam