El mundo debe actuar lo más rápidamente posible para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y evitar un calentamiento global "catastrófico", advirtieron hoy científicos y políticos, tras el cuestionado acuerdo alcanzado in extremis por casi 200 países en la conferencia de la ONU sobre clima COP26 de Glasgow.
Luego de dos años de preparativos y 13 días de intensas negociaciones en jornadas enteras hasta el último segundo, casi la totalidad de naciones del planeta acordaron ayer un compromiso, plasmado en un pacto, para acelerar la lucha contra el alza de las temperaturas en el encuentro en la ciudad más grande de Escocia, en el Reino Unido.
Pero, aunque cada décima de grado centígrado tiene importantes consecuencias, las decisiones de este "Pacto de Glasgow" no garantizan un calentamiento limitado a 1,5°C con respecto a la era preindustrial, el objetivo más ambicioso del Acuerdo de París, que en 2015 echó las bases para la acción climática.
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"La catástrofe climática sigue golpeando a nuestras puertas", advirtió anoche el secretario general de la ONU, António Guterres, en Glasgow.
"Hemos mantenido +1,5°C a nuestro alcance (...) pero su pulso es débil", declaró por su parte el presidente de la COP26, el británico Alok Sharma.
"Siempre supimos que Glasgow no era la línea de llegada", señaló el enviado del presidente estadounidense, Joe Biden, para el clima, el exsecretario de Estado John Kerry.
Desde el Vaticano, sin mencionar el acuerdo, el papa Francisco pidió hoy a líderes políticos y económicos valentía y visión de futuro ante el cambio climático.
El grito de los pobres, unido al grito de la Tierra, resonó en los últimos días en la COP26", dijo el Papa al público presente en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
Animo a todos aquellos que tienen responsabilidades políticas y económicas a actuar de inmediato con valentía y visión de futuro, agregó.
Activistas y organizaciones ecologistas y de derechos humanos denunciaron un acuerdo "irrisorio".
La joven activista sueca Greta Thunberg dijo por Twitter que la COP26 fue puro "bla-bla-bla" y afirmó que "el verdadero trabajo" sigue promoviendo en las calles la necesidad de reducir de manera significativa la emisión de gases que calientan la Tierra.
La activista climática alemana Luisa Neubauer, líder del movimiento Fridays for Future, tachó de "fraude" la resolución final de la COP26.
"Es una traición a todos los que ya se enfrentan a consecuencias climáticas insoportables y a todos los jóvenes de este mundo que cuentan con que los gobiernos se preocupen por su futuro", dijo a la agencia de noticias alemana DPA.
La ONG de origen británico Oxfam destacó que se haya acordado por primera vez un objetivo para la financiación de la adaptación de los países pobres al calentamiento global, pero señaló que el balance general fue negativo.
"Este resultado irrisorio es como hacer oídos sordos al sufrimiento de millones de personas tanto ahora como en el futuro", dijo la directora ejecutiva de Oxfam Internacional, Gabriela Bucher.
También Amnistía Internacional denunció el "traición catastrófica" que supone el acuerdo alcanzado en la COP26 y lamentó que hayan prevalecido "los intereses del combustible fósil y otras poderosas empresas".
Un poco más indulgente se mostró la directora ejecutiva de Greenpeace, Jennifer Morgan: "Es tímido, es débil y el objetivo de 1,5ºC apenas sigue vivo, pero se manda una señal de que la era del carbón está acabando. Y eso es importante", expresó en Twitter.
Científicos instaron hoy a no perder más tiempo.
"Las emisiones mundiales deben disminuir, de forma inmediata, rápidamente, con total urgencia", puesto que continúan aumentando, dijo Joeri Rogelj, del Imperial College de Londres.
"La ciencia nunca antes había estado tan presente en las decisiones de una COP", agregó, informó la agencia de noticias AFP.
Glasgow, cuna de la revolución industrial alimentada con carbón, no obstante será para siempre la ciudad donde por primera vez al más alto nivel, tras 26 conferencias, las palabras "combustibles fósiles" y "carbón", que designan a las principales causas del calentamiento global han sido condenadas sobre el papel.
"Esto llegará muy tarde, pero realmente es bienvenido", sentenció Chris Littlecott, especialista en transición energética del grupo de expertos E3G.
"En 2021 vimos el cierre de la canilla para la financiación del carbón, la COP26 inauguró un nuevo capítulo, el de acelerar la clausura de las centrales eléctricas a carbón existentes, agregó.
Nombrar carbón y petróleo fue finalmente algo doloroso.
India y China lograron a último momento, en la misma sala donde resonaría el golpe de martillo final, atenuar aún más la formulación y que se trate de "reducción" y no "salida" del carbón.
"Si todos los países, en particular aquellos que son grandes emisores se limitan a sus políticas de pequeños pasos y 'business as usual', condenarán a las actuales y futuras generaciones a vivir en un un mundo de sufrimientos y daños indescriptibles", advirtió la UCS (Union of Concerned Scientists).
Esos sufrimientos ya experimentados por los países más pobres, que son los menos responsables del calentamiento global pero están en primera línea respecto a su impacto, y que batallaron en Glasgow para obtener financiación específica para intentar reparar sus "daños y pérdidas".
Finalmente, cedieron a regañadientes, aceptando proseguir el diálogo para que no se pierdan los avances realizados en la lucha contra el calentamiento global.
Doce meses "separan" Escocia de Egipto, donde se celebrará la COP27.
Con información de Télam