Miles de personas salieron a las calles hoy en Lisboa para reclamar aumentos en los salarios y las jubilaciones, así como medidas para frenar la inflación en Portugal, que alcanzó cifras récord.
"Exigimos un alza de los salarios, pero un alza real, superior a la inflación, que permita que las familias recuperen y refuercen su poder adquisitivo", declaró la secretaria general de la Confederación General de los Trabajadores Portugueses (CGTP), Isabel Camarinha.
La protesta, convocada por la CGTP bajo el lema "Todos a Lisboa", se dio un día después de una huelga de funcionarios públicos que afectó la recolección de basura y el funcionamiento de escuelas y hospitales.
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La inflación de Portugal en 2022 fue de 7,8%, la más elevada en tres décadas, y para febrero de este año superaba el 8% interanual.
La central gremial, la principal del país, reclama aumento de sueldos de al menos un 10%, controles de precios sobre productos esenciales, ayudas para compensar el alza de los alquileres y de los préstamos inmobiliarios y medidas de lucha contra la pobreza extrema, informó la agencia AFP.
En la marcha de hoy, que según los sindicatos convocó a unas 100.000 personas, la coordinadora del Bloque de Izquierda, Catarina Martins, defendió que haya un control de precios.
"Al igual que ocurrió durante la pandemia, ¿por qué el gobierno no fija los precios como hizo con el alcohol en gel y las mascarillas?", aseguró, en declaraciones recogidas por el Diario de Noticias.
El Gobierno portugués, que preside el socialista António Costa, descarta por el momento adoptar una política de limitación de precios para frenar la inflación.
Con información de Télam