El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, tomó hoy una decisión inédita para su país e invocó la ley de emergencias para terminar con los bloqueos del movimiento anti vacunas que amenazaron en estos últimos días el abastecimiento, el comercio con Estados Unidos y la circulación del país, apenas horas después de que la provincia más poblada del territorio, Ontario, decidiera abandonar el pasaporte de vacunación contra el Covid-19 a partir de marzo.
En una conferencia de prensa, Trudeau explicó que la medida se ejecutará de "manera limitada y proporcionada a las amenazas que enfrenten". En el primer caso, se limitará a los lugares donde hayas "bloqueos ilegales" o "protestas" que afecten "los lugares que son vitales para la circulación y el trabajo de los ciudadanos". "No podemos permitir que continuen actividades ilegales y peligrosas", sentenció.
El jefe de gobierno aclaró que estos poderes extraordinarios no significan el "despliegue de militares" en las calles ni "la eliminación de los derechos básicos", como el de la libertad de expresión y de la protesta, aunque en los hechos estos derechos se verán afectados para los que protagonizan hoy las manifestaciones.
Trudeau además explicó que "reforzará la capacidad de las fuerzas de seguridad de multar y detener" a los que estén participando de "estos bloqueos ilegales", además de "garantizar servicios esenciales".
Dado que esta ley nunca fue invocada antes para enfrentar protestas, no está claro cuál será el criterio exacto para determinar la legalidad de las manifestaciones. Antes la norma excepcional había sido convocada en 1970, durante el gobierno del padre del premier, Pierre Trudeau, para combatir a una organización independentista.
Esta mañana, la Policía logró liberar el bloqueo que desde hace una semana mantenía paralizado el puente Ambassador, un paso fronterizo clave entre Estados Unidos y Canadá, por donde transitan todos los días más de 40.000 viajeros y camiones con mercancía valorada en 323 millones de dólares, según informó la agencia Télam.
El bloqueo de ese puente que une a la ciudad de Windsor, en Ontario, con la estadounidense Detroit, por donde pasa aproximadamente el 25% del comercio entre ambos países, obligó a los fabricantes de automóviles de los dos lados de la frontera a detener o reducir la producción y puso en pie de guerra al gobierno de Trudeau.
Además, el ejemplo de estas protestas y bloqueos rápidamente fue tomada como inspiración por movimientos anti vacunas en países europeos y en Nueva Zelanda. En Francia, hoy las autoridades prohibieron las manifestaciones cerca del Parlamento Europeo en la ciudad de Estrasburgo, mientras que en Bélgica, la Policía frenó el paso de una caravana que venía de París para instalar sus reclamos en el corazón de la Unión Europea.
El reclamo que los une por encima de todas las fronteras es el rechazo a las restricciones impuestas por los gobiernos para intentar frenar esta última ola de contagios de la pandemia, principalmente la obligatoriedad de la vacunación para entrar a lugares cerrados o incluso circular, en algunos territorios.
Apenas unas horas antes del anuncio de Trudeau y cuando la tensión por este tema crecía, el primer ministro de Ontario, Doug Ford, sorprendió con un anuncio: el distrito abandonará el pasaporte de vacunación contra el Covid a partir del mes que viene.
“Déjenme ser muy claro: nos estamos moviendo en esta dirección porque es seguro hacerlo. El anuncio de hoy no se debe a lo que está sucediendo en Ottawa o Windsor, sino a pesar de ello", aclaró ante la lluvia de preguntas y luego lanzó un apoyo indirecto a la posición del gobierno nacional de Trudeau: “Necesitamos ley y orden. Nuestro país está en riesgo ahora".