Los países extranjeros recibieron el miércoles la composición del nuevo gobierno en Afganistán con cautela y consternación, después de que los talibanes nombraran a figuras veteranas de línea dura para ocupar los puestos más altos, incluidos varios por los que hay una recompensa de Estados Unidos por su captura.
A medida que los ministros recién nombrados y sus adjuntos se disponían a trabajar después de ser nombrados el martes por la noche, el primer ministro interino, Mohammad Hasan Akhund, instó a los exfuncionarios que huyeron de Afganistán a regresar, destacando que su seguridad estaría garantizada.
"Hemos sufrido grandes pérdidas en este momento histórico y la era del derramamiento de sangre en Afganistán ha terminado", dijo el primer ministro a Al Jazeera.
Decenas de miles de personas dejaron sus casas después de que los talibanes tomaron el poder a mediados de agosto tras una campaña militar relámpago. Muchos de ellos son profesionales que temen las represalias por su vínculo con el gobierno respaldado por Occidente.
En Kabul, decenas de mujeres volvieron a salir a la calle para pedir representación en la nueva administración y para proteger sus derechos.
Por otra parte, los ciudadanos instaron a los líderes a reactivar la economía afgana, que enfrenta una fuerte inflación y escasez de alimentos agravada por la sequía, en un monumento en que la perspectiva de ayuda internacional se reduce a medida que los países se distancian de los talibanes.
Estados Unidos destacó su cautela el miércoles.
"Este es un gabinete provisional", dijo la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, a periodistas. "Nadie en esta administración, ni el presidente ni nadie en el equipo de seguridad nacional, sugieren que los talibanes son miembros respetados y valorados por la comunidad global".
El movimiento militante islamista llegó al poder tras una victoria que se vio acelerada por la retirada del apoyo militar estadounidense a las fuerzas gubernamentales de Afganistán. Y el anuncio de los talibanes de un nuevo gobierno fue visto como una señal de que no están buscando ampliar su base o presentar un rostro más tolerante al mundo.
Los analistas señalaron que la composición del gabinete podría dificultar el reconocimiento por parte de los Gobiernos occidentales.
Los talibanes han prometido respetar los derechos de las personas y no buscar venganzas, pero han sido criticados por su mano dura frente a las protestas y por su participación en una evacuación caótica de miles de personas desde el aeropuerto de Kabul.
El Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo que Washington estaba evaluando el anuncio del gabinete. "Pero a pesar de profesar que un nuevo Gobierno sería inclusivo, la lista de nombres anunciada está formada exclusivamente por individuos miembros de los talibanes o sus asociados cercanos, y ninguna mujer", dijo durante una visita a una base aérea estadounidense en Alemania que ha sido un punto de tránsito para los evacuados de Afganistán.
La Unión Europea expresó su desaprobación ante los nombramientos, pero dijo que estaba dispuesta a continuar con la ayuda humanitaria. La ayuda a largo plazo dependerá de que los talibanes mantengan las libertades básicas.
Arabia Saudí expresó su esperanza de que el nuevo Gobierno ayude a Afganistán a alcanzar "la seguridad y la estabilidad, rechazando la violencia y el extremismo."
El nuevo gabinete en funciones incluye a antiguos detenidos de la prisión militar estadounidense de Guantánamo, mientras que el ministro del Interior, Sirajuddin Haqqani, es buscado por Estados Unidos por cargos de terrorismo y tiene una recompensa de 10 millones de dólares.
Su tío, con una recompensa de 5 millones de dólares, es el ministro de Refugiados y Repatriación.
Siguen las manifestaciones
La última vez que los talibanes gobernaron Afganistán, de 1996 a 2001, se prohibió a las mujeres trabajar y a las niñas ir a la escuela. El grupo llevó a cabo ejecuciones públicas y su policía religiosa aplicó una estricta interpretación de la ley islámica.
Los líderes talibanes han prometido respetar los derechos de las personas, incluidos los de las mujeres, de acuerdo con la sharía, pero los que han ganado mayores libertades en las últimas dos décadas están preocupados por perderlas.
Alison Davidian, jefa adjunta de ONU Mujeres en Afganistán, dijo que a algunas mujeres se les impide salir de casa sin un pariente masculino o se les obliga a dejar de trabajar. La actividad "ha generado un miedo increíble. Y este miedo es palpable en todo el país", dijo Davidian, desde Kabul, a los periodistas en Nueva York.
En una entrevista con la cadena australiana SBS News, un alto cargo talibán dijo que no se permitiría a las mujeres jugar al críquet —un deporte popular en Afganistán— ni posiblemente a ningún otro deporte porque "no es necesario" y sus cuerpos podrían quedar expuestos.
La junta de crícket de Australia ha declarado que suspenderá un partido de prueba previsto contra el equipo masculino de Afganistán si los gobernantes talibanes del país asiático no permiten que las mujeres practiquen este deporte.
En Kabul, un grupo de mujeres con carteles que decían: "Un gabinete sin mujeres es un fracaso" celebró otra protesta en la zona de Pul-e Surkh de la ciudad. Las manifestaciones más multitudinarias del martes fueron disueltas cuando hombres armados talibanes hicieron disparos de advertencia al aire.
"Se anunció el gabinete y no había mujeres en él. Y algunos periodistas que vinieron a cubrir la protesta fueron detenidos y llevados a la comisaría", dijo una mujer en un vídeo compartido en las redes sociales.
Un comunicado del nuevo Ministerio del Interior talibán decía que, para evitar disturbios y problemas de seguridad, cualquiera que celebre una manifestación debe solicitar autorización con 24 horas de antelación.
Para muchos afganos, más apremiante que la composición del gabinete eran las consecuencias económicas del caos desencadenado por la conquista de los talibanes.
Shukrullah Khan, gerente de un restaurante en el lago Qargha, un popular centro turístico local cerca de Kabul, dijo que el negocio se había esfumado casi por completo. "Los bancos están cerrados, no hay trabajo, la gente ya no gasta dinero. ¿De dónde sale el dinero para que la gente se divierta aquí?", dijo.
El depuesto presidente Ashraf Ghani, que huyó de Kabul cuando las fuerzas talibanes llegaron a sus afueras, se disculpó el miércoles por la abrupta caída de su Gobierno, pero volvió a negar que se hubiera llevado millones de dólares.
Con información de Reuters