El jueves, las fuerzas israelíes se adentraron en algunas localidades de la parte oriental de Jan Yunis, en el sur de Gaza, horas después de que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dijera a los congresistas estadounidenses que estaba trabajando activamente para traer de vuelta a casa a los rehenes.
Los combates de los últimos días se han centrado en las localidades orientales de Bani Suaila, al-Zanna y al-Karara, donde el ejército dijo el miércoles que había encontrado los cadáveres de cinco israelíes muertos en el ataque de Hamás contra Israel del 7 de octubre y retenidos en Gaza desde entonces.
Los milicianos de Hamás tomaron más de 250 rehenes en el ataque de madrugada contra el sur de Israel y mataron a 1.200 personas, según los recuentos israelíes.
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Israel tomó represalias prometiendo erradicar a Hamás en Gaza en una guerra de nueve meses con la que ha matado a más de 39.000 palestinos, según las autoridades sanitarias de Gaza.
Varias personas resultaron heridas en las ciudades orientales durante los bombardeos aéreos y con tanques israelíes, mientras que un ataque aéreo al este de Jan Yunis mató a cuatro personas, según las autoridades sanitarias palestinas.
Los bombardeos israelíes se intensificaron en varias zonas de Ráfah, cerca de la frontera con Egipto, mientras los tanques operaban al norte, al oeste y en el centro de la ciudad, dijeron residentes y médicos. Varios palestinos también resultaron heridos por fuego israelí a primera hora del jueves.
El ejército israelí afirmó que las fuerzas que operaban en Jan Yunis mataron a decenas de milicianos y desmantelaron unas 50 infraestructuras militares, mientras que continuó sus actividades en Ráfah, matando a dos milicianos.
En un discurso ante el Congreso de Estados Unidos, Netanyahu dijo que su Gobierno participaba activamente en la búsqueda de la liberación de los rehenes restantes y confiaba en que lo conseguirían.
DISCURSO DECEPCIONANTE
Hamás calificó los comentarios de Netanyahu de "puras mentiras" y le acusó de frustrar los esfuerzos para poner fin a la guerra.
Los comentarios de Netanyahu también decepcionaron a muchos palestinos desplazados que esperaban una señal más clara del fin inminente de los combates, que han asolado el superpoblado enclave y creado una crisis humanitaria.
"Fue deprimente, ni siquiera mencionó el alto el fuego, ni una sola vez", afirmó Tamer al-Burai, residente en la ciudad de Gaza, ahora desplazado en Deir al-Balah, en el centro de la Franja.
"La gente esperaba alguna sorpresa, un anuncio de alto el fuego por parte de Netanyahu como regalo a (el presidente estadounidense Joe) Biden, pero durmieron con mucha decepción, ya que Netanyahu dijo que estaba decidido a continuar la guerra", dijo Burai a Reuters a través de una aplicación de chat.
Deir Al-Balah, una zona que los tanques aún no han invadido, está actualmente superpoblada con cientos de miles de palestinos, desplazados de otras zonas del enclave, donde viven 2,3 millones de personas.
"Netanyahu habló en un teatro, habló con payasos", dijo Burai.
Los esfuerzos diplomáticos de los mediadores árabes, respaldados por Estados Unidos, para concluir un acuerdo de alto el fuego, parecían estar en suspenso, ya que, se esperaba que Israel enviara una delegación para mantener más conversaciones la próxima semana.
En el norte de Gaza, un ataque aéreo israelí contra una casa en el suburbio de Sheikh Radwan mató a cuatro personas, según personal sanitario, mientras llegaron a un hospital del centro de Gaza siete palestinos que habían sido detenidos por las fuerzas israelíes y liberados en una zona próxima a la frontera.
Con información de Reuters