Los automóviles empezaron a alinearse al amanecer, serpenteando lentamente por estrechas callejuelas rodeadas de edificios destruidos. Una tregua puso fin a las hostilidades entre Israel y Hezbolá, y los residentes de los suburbios de Beirut estaban impacientes por volver a casa.
Con colchones apilados sobre sus autos y banderas amarillas de Hezbolá ondeando en algunas de sus ventanas, miles de personas desplazadas por meses de intensos bombardeos sobre los suburbios del sur de la capital se apresuraban a regresar a sus hogares en las primeras horas tras la entrada en vigor del alto el fuego.
Los ataques israelíes destrozaron barrios residenciales y comerciales, incluso en las últimas horas antes del cese de las hostilidades.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
Edificios enteros habían sido derribados, con gruesas losas de hormigón, cables y enseres domésticos rotos tirados por el suelo.
Se pudo ver a un hombre llevando a un niño pequeño sobre el tejado inclinado de un edificio, sorteando tejas, antenas parabólicas y depósitos de agua aplastados que rodaban hacia el suelo.
Entre los que regresaban a casa estaba Zahi Hijazi, un hombre de 67 años originario del sur del Líbano pero que llevaba décadas viviendo en los suburbios de Beirut.
"Los ahorros de toda nuestra vida (...) Toda esta destrucción", dijo Hijazi, mientras entraba en un apartamento lleno de cristales y muebles rotos.
Todo el edificio había sido destruido en una anterior invasión terrestre israelí en 1982, durante la guerra civil libanesa, que obligó a Hijazi a desplazarse durante 13 años antes de poder reconstruirlo y volver a instalarse en él.
A finales de septiembre, Israel intensificó drásticamente sus ataques aéreos contra Líbano tras un año de intercambio de disparos con Hezbolá, principalmente a lo largo de la franja fronteriza.
Hijazi dijo a Reuters que le preocupaba quién le ayudaría a reconstruir esta vez. Incluso antes de la guerra, Líbano sufría una grave crisis económica que había paralizado sus ahorros.
"Quiero vivir. Esta es mi casa, tiene 40 años. Cada rincón de la casa, todo en esta casa, significa algo para mí", dijo.
"LO QUE SE PERDIÓ, SE PERDIÓ"
El alivio era palpable: una mujer aplaudía mientras conducía hacia el barrio y se podía ver a un joven en el piso superior de un edificio, sacando dos pulgares hacia arriba de un enorme agujero dejado por los bombardeos.
Pero muchos dijeron que sus casas serían inhabitables en un futuro próximo porque los ataques israelíes habían dañado las redes de agua y electricidad de los barrios, y que no sabían lo que podría ocurrir cuando finalizara el alto el fuego de 60 días.
"Al final, lo que se perdió, se perdió", dijo Ramez Boustany, un técnico de 62 años que evaluaba los daños en su apartamento.
"No sabemos qué pasará en el futuro: si volverá a haber guerra, si habrá una tercera guerra mundial o si las cosas acabarán aquí y llegarán a un acuerdo. Realmente no lo sabemos".
El Banco Mundial ha declarado que al menos 100.000 viviendas en todo Líbano han resultado dañadas o destruidas por las hostilidades.
Otros miles se dirigieron a sus aldeas en el sur del Líbano, con sus coches adornados con banderas libanesas y retraros del asesinado secretario general de Hezbolá, Hasán Nasralá, muerto en un ataque aéreo israelí contra los suburbios de Beirut el 27 de septiembre.
A algunos el Ejército libanés les impidió llegar a sus aldeas, pues había instado a los residentes a no aventurarse en las zonas donde seguían desplegadas las tropas israelíes.
"No hay nada como la tierra del sur y el olor del sur", dijo Khedr, un libanés que se dirigía al sur con su familia a través de Tiro, una ciudad costera también duramente golpeada por los ataques israelíes.
Pero la alegría generalizada se vio atenuada horas más tarde, cuando el portavoz militar israelí dijo que las tropas aplicarían un toque de queda que prohibía la entrada en la mayor parte del sur de Líbano después de las 17.00 hora local y hasta las 7.00 horas.
"Les informaremos cuando sea seguro volver a casa", dijo el comunicado.
Con información de Reuters