Tras otro de los incesantes ataques aéreos de Israel en su ofensiva contra el norte de Gaza, los palestinos corrieron el martes a una casa de vecinos de cuatro plantas bombardeada y desenterraron partes de cuerpos de sus paredes y suelos en una búsqueda desesperada de algún superviviente.
El ataque con misiles dejó una casa de horror, con al menos 93 muertos o desaparecidos, en su mayoría miembros de la extensa familia Abu Naser, los propietarios, así como personas desplazadas hacinadas en todos los espacios disponibles, según el Ministerio de Sanidad de Gaza.
Con la mayor parte del mundo centrado en la campaña militar de Israel en Líbano contra Hezbolá, respaldada por Irán, Israel lleva más de tres semanas bombardeando intensamente el norte de Gaza en su guerra contra Hamás que dura ya más de un año después de que sus milicianos se reagruparan allí.
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Una vez más, la población civil ha pagado el precio más sangriento.
En la casa de Abu Naser, los vecinos rebuscaban entre montones de escombros de hormigón, envolvían en mantas los restos que encontraban y los bajaban por una cuerda desde un balcón para depositarlos en el suelo salpicado de sangre, junto a los cadáveres intactos de otras personas.
La gente apartaba trozos de escombros polvorientos y alambre retorcido, dejando al descubierto las extremidades de las víctimas atrapadas debajo, muchas de ellas sin vida en el momento en que las sacaban. El Ministerio de Sanidad de Gaza dijo que al menos 20 de los muertos eran niños.
"Hay decenas de mártires (muertos), decenas de personas desplazadas que vivían en esta casa. La casa fue bombardeada sin previo aviso", dijo Ismail Ouaida, un testigo que ayudaba a recuperar cadáveres, en un vídeo compartido en redes sociales.
"Como pueden ver, hay mártires aquí y allá, con partes de cuerpos colgando de las paredes".
El Ministerio de Sanidad dijo anteriormente que se había confirmado la muerte de al menos 60 personas y decenas de heridos en el ataque en Beit Lahiya, una ciudad ampliamente devastada por los ataques aéreos y los bombardeos israelíes. No hubo comentarios inmediatos de los militares israelíes.
Israel ha acusado a Hamás de ocultar milicianos armados entre la población civil en edificios residenciales y públicos, incluidas escuelas y hospitales, acusación que el grupo armado niega. Hamás y civiles palestinos acusan a Israel de bombardeos indiscriminados, afirmación que Israel rechaza.
TRAUMATIZADOS
Jabalia, el mayor de los ocho campos de refugiados históricos de la Franja de Gaza, y las localidades cercanas de Beit Lahiya y Beit Hanoun han quedado traumatizadas por un nuevo ataque aéreo y terrestre israelí que, según el personal médico palestino, ha matado a unas 900 personas.
El ejército israelí ha afirmado que las operaciones tienen como objetivo impedir un resurgimiento de Hamás en la zona y que cientos de milicianos han muerto y su infraestructura de combate ha sido desmantelada.
Los habitantes de la zona rechazaron la justificación israelí.
"Aquí no hay combates, solo bombas infernales israelíes lanzadas desde el cielo sobre nuestras cabezas", dijo Adel, de 60 años, residente en Beit Lahiya.
"La gente que es bombardeada muere antes de que lleguen los equipos médicos, y los que consiguen llegar a los hospitales también mueren porque no hay medicamentos", dijo a Reuters, negándose a dar su nombre completo.
El número de muertos por la ofensiva aérea y terrestre de Israel en Gaza, desencadenada por un ataque transfronterizo de Hamás el 7 de octubre de 2023, supera los 43.000, según el Ministerio de Sanidad de Gaza.
Los milicianos de Hamás mataron a unas 1.200 personas en su incursión en las comunidades del suroeste de Israel y tomaron más de 250 rehenes en lo que fue el día más mortífero en los 76 años de historia de Israel. Israel ha prometido no poner fin a la guerra hasta que acabe con Hamás como fuerza militar y entidad gobernante en Gaza.
"El norte de Gaza es un infierno: una gran operación de matanzas, destrucción, escombros, cementerios improvisados y hambruna", dijo a Reuters en El Cairo Adnan Abu Hasna, portavoz de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos en Gaza, la UNRWA.
La decisión de Israel el lunes de prohibir la UNRWA, basándose en el papel de parte del personal local en el ataque del 7 de octubre, ha suscitado el temor entre los aliados occidentales de Israel de que esto empeore la ya grave situación humanitaria en Gaza.
LOS PALESTINOS DEL NORTE DE GAZA SE SIENTEN ABANDONADOS POR EL MUNDO
Muchos palestinos del norte de Gaza sienten que han sido abandonados por el mundo cuando la atención se desplaza al escenario de la guerra en Líbano.
"El mundo se ha olvidado de nosotros, el norte de Gaza está siendo aniquilado por las bombas, por el hambre y por los desplazamientos", dijo Ali, un residente de Jabalia que pidió que no se utilizara su nombre completo por temor a represalias.
"Se está matando a gente sin que las ambulancias puedan llegar hasta ellos ni los hospitales puedan tratarlos. No tenemos ataúdes, en su lugar utilizamos mantas, aunque necesitamos mantas urgentemente ya que cada vez hace más frío por la noche", dijo a Reuters a través de una aplicación de mensajería.
Las autoridades palestinas y de las Naciones Unidas temen una posible propagación de la hambruna en el norte de Gaza como consecuencia de las restricciones israelíes al flujo de ayuda, y los residentes afirmaron que los precios de los productos aún disponibles se han disparado.
(Información adicional de Yazan Kalach Kalach en El Cairo; edición de Michael Georgy y Mark Heinrich; edición en español de Mireia Merino)