Un tribunal francés declaró el jueves a Dominique Pelicot culpable de drogar y violar repetidamente a su esposa durante casi una década y de invitar a decenas de desconocidos a violarla mientras estaba inconsciente en su casa.
El tribunal no dictó inmediatamente sentencia. La fiscalía ha pedido una pena de 20 años de prisión, en un caso que ha consternado al mundo y convertido a la víctima, Gisèle Pelicot, en un símbolo de valentía y resistencia.
La fiscalía pide también penas de entre 4 y 18 años para otros 50 acusados, casi todos ellos de violar a Pelicot mientras estaba inconsciente. Está previsto que el tribunal del sur de Francia dicte sentencia el jueves.
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Dominique Pelicot, de 72 años, se declaró culpable de los cargos durante los tres meses de juicio y pidió perdón a su familia.
Muchos de sus compañeros acusados, a los que había conocido por internet, negaron haber cometido violación y afirmaron que pensaban que estaban participando en un juego sexual consentido orquestado por la pareja o argumentaron que no era violación si el marido lo aprobaba.
Pelicot ha negado haber engañado a los hombres, procedentes de todos los ámbitos sociales, y dijo que sabían que su ahora exesposa estaba inconsciente y no era consciente de lo que le estaban haciendo.
Gisèle Pelicot, de 72 años, renunció a su derecho al anonimato durante el juicio y exigió que los vídeos de los abusos en serie, grabados por su exmarido, se vieran en el tribunal, argumentando que esperaba que esto ayudara a otras mujeres a denunciar.
El juicio ha desencadenado concentraciones de protesta en toda Francia en apoyo de Gisèle y ha provocado un examen de conciencia, incluido un debate sobre la conveniencia de actualizar la ley francesa contra la violación, que en la actualidad no menciona que las relaciones sexuales deban ser consentidas.
Gisèle se enfrentó a sus agresores con férrea determinación en la abarrotada sala del tribunal, día tras día, y se burló de cualquier afirmación de que pudiera haber sido una participante voluntaria.
"He decidido no avergonzarme, no he hecho nada malo", afirmó en octubre. "Son ellos los que deben avergonzarse".
(Redactado por Crispian Balmer; editado por Timothy Heritage; editado en español por Javi West Larrañaga)