Los vecinos de la villa 31 le reclaman al jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta por los 194 millones de dólares que tenían que utilizarse para la urbanización. El monto representa más del doble de todo lo que tiene previsto invertir el gobierno porteño durante el 2018 en la villa 31 y 31 bis.
Uno de los ejes discursivos de la gestión política porteña es la urbanización de las villas en la Ciudad. Las condiciones poco claras no conforman a los vecinos y generan dudas sobre el interés de fondo con respecto a esos terrenos. ¿Urbanización o cimientos para la gentrificación?
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Mientras el jefe de gobiernos se pasea por los medios de comunicación hablando de la supuesta urbanización de la Villa 31, en el barrio del Padre Carlos Múgica la realidad es muy distinta.
Luego de cada lluvia los habitantes del barrio se siguen inundando como hace décadas, y el mes pasado se tuvo que lamentar la muerte de la vecina Rufalda, quien no pudo escapar del incendio en su vivienda, debido a las precarias condiciones habitacionales.
El 17 de agosto pasado ingresó por mesa de entradas de la oficina del Banco Mundialcon sede en la calle Bouchard un pedido para que “el Gobierno de la Ciudad acredite el cumplimiento de las instancias participativas de vecinos y delegados, así como las decisiones aprobadas en consecuencia por la Mesa de Gestión y Planeamiento Multidisciplinaria y Participativa para la Urbanización de la Villa 31 y 31 bis, que estipula la vigente ley 3343”.
Con el objeto de urbanizar la villa 31, el Banco Mundial aprobó el proyecto N° 159843 por un monto de 194 Millones de dólares para el Gobierno de la Ciudad y el mismo se hizo efectivo el 9 de abril de 2018.
Polémica con el autor del proyecto
Por su parte, el Arquitecto Javier Fernández Castro, autor del proyecto de urbanización que fue aprobado el 3 de diciembre de 2009 y que conoce como pocos los acontecimientos hasta la actualidad detalló a El Destape: “Queremos dejar en claro que el proyecto que están llevando adelante no es el proyecto que entregó la Universidad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de Buenos Aires”.
“Queremos dejar en claro que el proyecto que están llevando adelante no es el proyecto que entregó la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de Buenos Aires”.
“Sabemos que el Gobierno de la Ciudad, para facilitar la gestión en el barrio, dice que ese es el proyecto que hizo la Universidad que viene trabajando en el tema desde hace 15 años y eso no es cierto. Aparte entendemos que en su momento, por la historia que ha tenido la Universidad en la Villa 31, se ha influido favorablemente para que el Banco Mundial otorgue el préstamo a la Ciudad de Buenos aires, y queremos aclarar que no se está haciendo lo que nosotros elaboramos. Nosotros tenemos presentado el proyecto y está en nuestra página web y un ojo técnico puede advertir las evidentes modificaciones que le han hecho y nosotros no estamos de acuerdo con las modificaciones que están llevando adelante”, agregó el arquitecto.
“Cuando buscaban financiamiento internacional, se encontraron que lo elaborado por ellos carecía de sustento participativo y fueron precisamente los organismos de crédito quienes les sugirieron aprovechar la experiencia previa de mas quince años de la FADU. Es así que se acercaron a solicitar la firma del convenio y que trabajemos en la documentación técnica para los tejidos de realojo o vivienda nueva”, continúa el relato.
Ese proyecto de la FADU fue modificado y algunos de los terrenos donde se preveía la mayor densidad para que entraran todas las viviendas se han dejado sin destino claro. Las manzanas que eran para viviendas ahora están destinadas a otros usos.
El proyecto original, al que se llegó luego de años de reuniones con los vecinos por sectores, calculaba diez mil soluciones de viviendas, que es la cantidad de familias que viven en el barrio aproximadamente.
Además, se preveían 2500 viviendas nuevas y 7500 para arreglar. Mejorar lo que existente. El nuevo proyecto del Ejecutivo llega apenas a la mitad de viviendas previstas. Y si bien a un sector se le da una solución, a corto o mediano plazo, esto va a ser un conflicto porque no se va a poder culminar el proceso completo, porque no va a haber lugar donde hacer esas nuevas viviendas. Salvo fuera del barrio, que es expulsar a la gente.
En los terrenos que hoy son de YPF y están dentro del barrio se preveían 2500 viviendas y terminan siendo 1200 que se realizarán con financiamiento externo. Hay un defecto de base , y es que este proyecto no parte de un diagnóstico claro de la situación actual del territorio.
“El tema es qué va a pasar con esas familias que no van a tener vivienda nueva. Si pensamos bien, podemos decir que es un error de cálculo. O falta de pericia técnica. Pero esto lo hemos manifestado en infinidad de reuniones con el Ejecutivo y en la Legislatura, así que no pueden aducir desconocimiento. Si uno quiere pensar mal, puede concluir que el proyecto está pensado para solucionar una parte del problema y la otra parte del barrio se va a tener que ir del lugar. O se está pensando en un proceso de gentrificación a largo plazo-cuando la población original de un barrio, es progresivamente desplazada por otra de un mayor nivel adquisitivo-. Quisiera pensar que esto no es así”, relata Fernández Castro.
Tampoco está claro cuál es el programa de mejoras para los que no van a tener viviendas nuevas y que es el 75% de la villa. Se pone en agenda el tema de cómo van a pagar su vivienda y en realidad cada familia no sabe qué obra y por qué va a tener que pagar. Con la infraestructura que tiene el gobierno, realmente es llamativo que todos esos datos no estén. Falta mucha información. Y le quieren exigir a los vecinos que se comprometan en algo sin saber qué es.
"Queremos saber dónde están los U$S194 millones porque acá seguimos con el barro y las inundaciones"
Por su parte, Héctor Guanco, vecino y referente de la villa 31 señala: “Queremos una auditoria de la obra pública. Queremos saber donde están los 194 millones de dólares que el Banco Mundial le dio a Larreta para urbanizar la villa 31, porque acá seguimos con el barro y las inundaciones, cortes de luz y las conexiones cloacales las hemos hecho los vecinos”.
La Secretaría Social y Urbana, dependiente de la Jefatura de Gabinete del Gobierno de la Ciudad, fue creada en el año 2016 para “ejecutar y diseñar las políticas, planes y programas vinculados a la regularización y urbanización de la villa 31 y 31 bis”.
En el presupuesto del año 2017 se le asigno el monto de $ 1.319.273.002. Para el 2018 se duplicó el presupuesto, llegando a la suma de $ 3.259.011.732. Sin embargo, con el dólar a 30 pesos, el crédito del Banco Mundial en pesos ($5.820.000.000), duplica el total del presupuesto previsto para este año.
Estos fondos tiene por objeto la mejora de la infraestructura básica de la villa 31 (Pavimento, agua potable, cloaca, pluviales, tendido eléctrico y alumbrado público), mejora de 26 espacios públicos, implementación de programas de regularización dominial y construcción de viviendas. Un ligero recorrido por el barrio y el último borrador del dictamen presentado por el Gobierno de la Ciudad, el 22 de agosto de 2018, permite vislumbrar mucho presupuesto y pocos resultados para mejorar la calidad de vida de los vecinos.
Héctor Guanco agrega más detalles al respecto: “Hace más de doce años que el macrismo gobierna la Ciudad y el único crecimiento que se dio en el barrio fue cuando había trabajo y se podía invertir en ladrillos para mejorar nosotros mismos nuestras casas. Queremos saber en qué se está utilizando la plata, ya que dentro del barrio lo que pueden mostrar es el mejoramiento de las canchas de fútbol, pero claramente eso no cuesta 200 millones de dólares. Que no nos subestimen. Las obras grandes que se hicieron dentro del barrio en el último tiempo, como por ejemplo el centro de salud en el medio de la villa, fueron inversiones del estado nacional mientras estaba la Presidenta Cristina Kirchner”.
Todo esto genera muchas dudas en la comunidad y sobre eso Guanco cuenta que “en vez de construir, destruyen, como hicieron con la escuela Banderita y el colegio Padre Mugica, en febrero de este año. Esto no sale en ningún lado. A los pibes los mandaron a un galpón a estudiar, tuvimos que ir a la Justicia y están los pedidos en la Legislatura para que puedan asistir en condiciones dignas. Aparte, la escuela Banderita tenía un valor histórico y simbólico muy grande, en esa escuela desde el 2009 que el macrismo pierde todas las elecciones. Y la demolieron por orden del Ejecutivo.”
“La situación es desesperante. Queremos que vengan con cámaras para que vean como vivimos. Si pidieron esa plata, que se use para lo que se pidió. Y que escuchen a los vecinos. El proyecto original preveía 2500 viviendas y ahora dicen que no llega ni a la mitad. ¿Donde van a ir las otras mil familias? El resto de las viviendas tienen que ser refaccionadas, quieren que empecemos a pagar, pero no nos dicen qué refacciones van a hacer. Queremos los títulos de propiedad. Miles de vecinos nos estamos movilizando para luchar por el barrio. Si van a endeudar a la ciudad en nombre de los que menos tienen, queremos resultados”.
“Aparte vienen con discursos para que nos quedemos tranquilos. Y sólo circulan borradores sin validez legal. No conocemos el plan integral del gobierno de la ciudad, no aclaran donde realizarán las aperturas de calles ni donde irán los vecinos que viven ahí. Somos conscientes que las tierras de Retiro son muy apreciadas para negocios inmobiliarios, así que no nos vamos a quedar tranquilos hasta que se urbanice el barrio como dice la ley 3343”, remató con preocupación Héctor Guanco.
Fuente: Properati