Varios países estuvieron en la carrera para apropiarse de la nacionalidad de Carlos Gardel, después de que su voz recibió la distinción de "memoria del mundo". La polémica se remontó a hace diez años, cuando un grupo de investigadores se propuso desentrañar su verdadera identidad. En su libro "El padre de Gardel", publicado por Proa Amerian Ediciones, revelaron que el nombre real de "el Zorzal criollo" era Charles Romuald Gardes, registrado el 11 de diciembre de 1890 en Toulouse, Francia.
Los autores del libro, Juan Carlos Esteban de Argentina y los franceses Georges Galopa y Monique Ruffié, presentaron su obra en Argentina. Ellos informaron que Gardel llegó al país de la mano de su madre, Berthe Gardes, a la edad de dos años y tres meses, luego de que ella fue desplazada de su familia en Francia por ser madre soltera, un estigma doloroso en esa época. Así, Gardel se convirtió en argentino, país que lo acogió hasta su muerte prematura en un accidente de aviación en Colombia a los 45 años.
En la charla, los investigadores aclararon el mito de la nacionalidad uruguaya del cantante y profundizaron en la vida de Paul Jean Lassere, el francés que se acreditó como su padre. Recordaron que ese hombre tuvo otros hijos naturales y compartieron detalles sobre su encarcelamiento, su testamento y otros aspectos que forman parte de la historia que expusieron en el libro.
Juan Carlos Esteban señaló que "parte de una añeja polémica", indicando que se buscaron pruebas documentales sobre el origen de Gardel y su paternidad. En su investigación, los autores se centraron en la genealogía del artista, especialmente a partir de su madre, y revisaron los juicios sucesorios que surgieron tras su muerte en 1935.
Aseguran que Gardel no tenía un fuerte apego con Francia, su país de origen
Esteban recordó que Gardel, al nacer en 1890, no tenía un fuerte apego a Francia. “Él era ciudadano francés en Argentina, pero no sentía un compromiso patriótico hacia su país de origen. Por eso nunca se registró en el Consulado Francés”, afirmó. Cuando la compañía de Rosas lo invitó a España en 1920, Gardel descubrió que no estaba documentado. Para solucionar eso, se inscribió en el consulado uruguayo, registrándose como nacido en Tacuarembó, tres años antes de su verdadero nacimiento, usando su nombre artístico.
El investigador explicó que la documentación que presentó Gardel como uruguayo es apócrifa. “No figura ningún registro en Uruguay, por lo que la verdadera partida de nacimiento se encuentra en Toulouse”, reiteró. Por otro lado, Monique Ruffié sostuvo que el padre de Gardel, Paul Lasserre, fue objeto de especulaciones. "Llegamos a hablar con una de sus hijas naturales, quien ahora tiene 93 años y reside en Toulouse", comentó. La posibilidad de un vínculo de sangre entre Gardel y esta mujer está sobre la mesa, con la idea de realizar un ADN para corroborar el parentesco.
La historia del padre de Carlos Gardel
La investigación se inició casi diez años atrás, cuando se buscó si Paul Lasserre había viajado a Buenos Aires tras la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, no encontraron documentación que confirmara esa información. Esteban relató que tras el fallecimiento de su madre, Bertha Gardes, surgieron nuevas revelaciones sobre la paternidad de Gardel; la esposa del apoderado de Gardel publicó un artículo en 1965 que confirmaba que ella había mencionado a Paul Lasserre como padre.
La historia de Gardel, crucial en el desarrollo del tango, se entrelaza con el sufrimiento y la identidad de los inmigrantes que llegaron a Argentina entre 1870 y 1920. Esteban reflexionó sobre este contexto: "Gardel logró interpretar de manera magnífica el drama de la identidad a medias. En su canción 'Silencio', por ejemplo, rinde homenaje a las madres que perdieron a sus hijos en la guerra y recuerda sus raíces en Francia".
Por último, Esteban destacó el profundo vínculo que Gardel tuvo con su madre, y cómo la discreción era un valor en su época. "Era muy reservado con su vida personal, y su relación con Isabel del Valle, que duró entre 1924 y 1932, apenas se conoció". La figura de Gardel trascendió su música, invitando a repensar su legado desde una perspectiva más amplia que incluye su historia familiar y su identidad.