El realizador canadiense Shawn Levy, director de la franquicia cinematográfica "Una noche en el museo" y de otros éxitos en la pantalla chica como "Stranger Things", desembarca una vez más en el mundo streaming con "El proyecto Adam", filme de ciencia ficción y comedia con el popular Ryan Reynolds como protagonista de "una historia de viajes en el tiempo que se siente muy personal" que podrá verse a partir de mañana en Netflix.
"Me inspiró mucho que tenga una idea profundamente humanista en su núcleo. ¿Qué pasaría si pudieras ir atrás y revisitar tu propio pasado?", explicó en forma de premisa el cineasta en diálogo exclusivo con Télam.
Se trata de la segunda vez que Levy trabaja con Reynolds, quien si bien ya arrastraba desde los 2000 una prolífica carrera en cine, se consagró en 2016 como una de las figuras más codiciadas de Hollywood con el despliegue de comedia ácida y políticamente incorrecta de la taquillera "Deadpool".
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
La primera había sido "Free Guy", estrenada el año pasado, en la que el actor ponía en práctica su -a veces recurrente- estilo de héroe poco tradicional que mezcla humor y acción en partes iguales. Un perfil por el que apostó nuevamente en el personaje de esta nueva trama.
Ahora, el actor se pone en la piel de Adam Reed, un piloto de caza que viaja desde el futuro y se accidenta en 2022, cuando se encuentra con él mismo cuando era un simple preadolescente de 12 años, interpretado por el debutante Walker Scobell.
Pronto deberán aprender a trabajar juntos cuando la misión original de Reed por salvar el futuro y hallar a su esposa perdida, Laura (Zoe Saldaña), se precipita con la aparición de la fría antagonista de la narrativa, Maya Sorian (Catherine Keener).
Perseguida sin descanso, la dupla terminará enfrentándose a sus sentimientos más íntimos respecto de su padre, Louis (Mark Ruffalo), el inventor de la tecnología que habilita los viajes temporales, con quien deberán unir fuerzas para evitar un desastre generacional y cuántico de dimensiones insospechadas.
Así, y con guiños que remiten a clásicos de aventuras de fantasía y ciencia ficción como "La guerra de las galaxias", "Volver al futuro" y "E.T., el extraterrestre", los desafíos de esta relación entre padre e hijo -en sus dos versiones- se transforman en el vehículo ideal de un relato tan sensible como entretenido que le habla a un público de todas las edades.
Télam: Después de esta segunda chance de trabajar con Ryan, ¿cómo describirías el diferencial que le aporta al proyecto?
Shawn Levy: Creo que hay dos lados distintos en él, porque frente a la cámara ofrece una combinación muy especial entre su presencia de estrella de cine y un humor muy dulce, que es raro de encontrar y lo hace único. Pero hay algo que no todo el mundo conoce, y es que también es un realizador excepcional. Ryan produjo "Free Guy" conmigo, así como "El proyecto Adam", y fue un verdadero compañero durante todo el proceso, no sólo en el rodaje, sino con el guion, la edición o la banda sonora. Fue como una hermandad, y estamos muy orgullosos de haber hecho dos películas tan diferentes entre sí, pero que son claramente lo que buscábamos.
T: También es una nueva oportunidad para jugar a la vez con la comedia y la ciencia ficción. ¿Es un terreno en el que te sentís cómodo?
SL: La comedia es un lenguaje que me resulta muy cómodo, todos tenemos una lengua materna y para mí la comedia es muy natural en ese sentido, creo que soy capaz de construir el humor de una manera bastante instintiva. Mi carrera se desarrolló mucho con el paso del tiempo y en esa experiencia me sentí cada vez más cautivado por la combinación de esos elementos. "Gigantes de acero" fue la primera vez que tomé una premisa de ciencia ficción con una historia humana y emocional, y para mí "El proyecto Adam" es descendiente de esa película.
T: ¿Cuál es la reflexión que esperás acercarle al público con esta propuesta?
SL: Me parece que tiene un mensaje muy rico y que tiene que ver con estas formas en que uno se cuenta a sí mismo una historia sobre el pasado y puede no ser cierta, porque todos nos apegamos a una versión de nuestras experiencias, pero eso no las hace reales. Creo que no se puede ser feliz en el presente si no se hacen las paces con quien uno era, con quienes eran nuestros padres. Hace falta mirar esas cosas con empatía.
T: Esta película llega directamente al streaming, sin un paso por las salas. ¿Cómo vivís esta nueva realidad como realizador?
SL: Creo que está claro que los cines no van a irse a ningún lado, pero que el streaming tampoco. Las dos cosas van a ser parte de cómo experimentamos los contenidos y las narrativas. Como cineasta, genuinamente me encantan las dos experiencias; amo la pantalla grande y mirar una historia con 300 desconocidos, pero también que algo como "El proyecto Adam" sea vista a la vez en cientos de países por millones de personas que, quizás, no tendrían la oportunidad de acceder a ella en las salas. Hay un beneficio en las dos vías, y espero poder seguir expresándome a través de ambas.
Con información de Télam