"La Familia: Un culto australiano", serie criminal y de suspenso inspirada en el perturbador caso real de la secta new age del título, una de las pocas lideradas por una mujer alrededor del mundo y recordada por el secuestro de niños y niñas a los que sometía a torturas para controlarlos, estrenará mañana sus primeros dos episodios en la plataforma de streaming Star+.
"Los cultos tienen una cualidad particular muy intrigante, porque inicialmente hablan de ayudar a los demás, pero tienen una muy mala fama porque usualmente se convierten en otra cosa, donde se abusa del poder y se toma ventaja de las personas vulnerables", consideró en diálogo con Télam el reconocido actor británico-australiano Guy Pearce sobre el atractivo que tienen este tipo de historias llevadas a la ficción.
El intérprete, que saltó a la fama internacional en los 90 con cintas como "Los Ángeles al desnudo" y la destacada "Memento, recuerdos de un crimen", participa en esta producción como el doctor Bryce Latham, uno de los principales socios de Adrienne Beaufort (Miranda Otto), la cabeza de la secta.
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En "La Familia" -adaptada del libro "In the Clearing", de J.P. Pomare-, Beaufort hace las veces de la verdadera Anne Hamilton-Byrne, poco conocida en estas latitudes pero dueña de una enorme influencia entre las élites profesionales australianas y de una triste prominencia desde fines de los 80, cuando se conoció el oscuro entramado que dirigió durante dos décadas desde las afueras de Melbourne.
Vendiéndose a sí misma como la reencarnación de Jesús y mezclando prédicas cristianas y de las religiones asiáticas, Hamilton-Byrne utilizaba todo su glamour para explotar la sed de prácticas espirituales de su época y convencer a su séquito de subyugarse a su estilo de vida y a distintos ritos de iniciación para salvarse del mentado Día del Juicio Final.
Pero a ese de por sí inquietante panorama se le sumaba otro aspecto que alcanzaba niveles de crueldad insospechados: la adopción forzada de decenas de niños y niñas perdidos, abandonados o entregados por sus seguidores y obligados a responder a la falsa "maternidad" de la líder a fuerza de privaciones de comida, golpizas, tormentos emocionales e incluso mediante el consumo de peligrosas dosis de LSD y otras sustancias alucinógenas.
Por eso, cuando el caso se destapó en 1987, Hamilton-Byrne no sólo había amasado una enorme fortuna en concepto de tierras y donaciones y quebrado a incontables familias y matrimonios con sus presuntas enseñanzas, sino a casi 30 chicos que fueron liberados y dejados a su suerte con todas las heridas psicológicas y físicas de la terrible experiencia.
Es ese el punto del que parte "La Familia", que reconstruye el caso con algunas libertades narrativas y un inmersivo borramiento de las líneas de tiempo mediante el protagónico de Teresa Palmer como Freya, una sobreviviente del culto que se ve obligada a enfrentarse a sus propios traumas y demonios del pasado cuando empiezan a conocerse nuevas desapariciones de niños y niñas en cercanías de su casa, mientras se develan los entretelones de la secta y su funcionamiento.
Y detrás de ese engranaje se encuentra justamente el rol de Pearce, basado en el cofundador del culto, Raynor Johnson, cuyas ideas sobre la metafísica y sobre formas de vida alternativas daban sustento a la promesa de realización espiritual promulgada por la líder: "Es un tipo interesante, es alguien que es muy inteligente y que está un poco más allá del reino del pensamiento normal de la sociedad, que tiene una mirada estratosférica de la humanidad y de la psicología, que realmente vive en un mundo propio, pero que también es bastante inepto socialmente", lo describió el actor.
"Es así hasta que conoce a esta joven que responde a sus ideas de una forma en que nadie lo entendió antes. Así que está completamente abierto a la posibilidad de que quizás las cosas que piensa puedan aplicarse en el mundo real y se entrega a ella, porque cualquiera sea la forma en que ella quiera ponerlo en práctica, él va a apoyarla totalmente. Es una dupla muy bien conectada y lentamente empiezan a construir su propia pequeña comunidad en este lugar aislado con una idea terrorífica, y él permite que eso pase, porque es todo lo que cree posible", agregó el también ganador de un Emmy por la miniserie "Mildred Pierce", en el que fue otro de sus pasos televisivos, en ese caso codo a codo con Kate Winslet.
El papel que le ofrecieron el guionista Matt Cameron y el director Jeffrey Walker cautivó "inmediatamente" a Pearce, que además afirmó que "a todos nos interesan estas historias que se sitúan por fuera de lo que es aceptable en términos de comportamiento social, sea un crimen, o alguien que realiza un trabajo inusual o que vive por fuera de los márgenes", y que "lo inusual en este caso es que involucraba a niños muy pequeños que no tenían opción, y terminaban en esta especie de hogar extraño que funcionaba fuera de la norma".
"Me parece que en general el atractivo es que el mundo criminal es una subcultura que tenemos muy cerca, cuando pasamos por al lado de alguien en la calle no sabemos si puede ser líder de una secta, un ladrón de bancos, o un violador. La mayoría de las personas parecen comunes, así que la idea de darnos cuenta de que alguien está haciendo algo así nos torna vulnerables también como miembros de la audiencia", agregó el intérprete.
En ese sentido, y aunque no suele "tener grandes ambiciones de que estas producciones le cambien la vida a la gente", Pearce admitió que espera que el público esté "intrigado y fascinado" frente a "La Familia": "En este mundo en el que hay tanto contenido de buena calidad saliendo a la luz constantemente, hay una presión real para que sean buenos, y eso es genial. Si somos exitosos en lo que hicimos y logramos realizarlo como estaba en el papel, ojalá que los haga pensar y los movilice, como me pasó a mí cuando leí la historia", concluyó.
Con información de Télam