(Por Hernani Natale)
Pocos días antes de una nueva visita al país de Die Toten Hosen, la banda punk alemana que encontró en la Argentina una especie de segundo hogar desde su primer desembarco hace 30 años, su líder Campino reivindicó el perfil anti-fascista y anti-racista del grupo y advirtió sobre el avance mundial de la extrema derecha, por lo que recomendó mantenerse alejado de los políticos que esparcen el odio.
En tiempos difíciles, cuando todo es enojo, hay mucha gente buscando respuestas fáciles a problemas difíciles y ese nunca es el camino correcto. El odio, los sentimientos racistas, humillar a otra persona o responsabilizar a los demás por tu destino son cosas muy comunes en una sociedad cuando hay una crisis, dijo a Télam el artista oriundo de Düsseldorf, al reflexionar sobre el avance de la derecha a nivel mundial.
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Y completó: Le diría a la gente que no se deje infectar por estos políticos baratos, que mantenga la calma necesaria para darse cuenta que hay gente que quiere esparcir el odio. Hay que mantenerse alejado de los políticos que esparcen el odio, no comprometerse con esa gente y no ser amigo de nadie que apoye el racismo. Hay un límite que no se debe cruzar.
No resulta caprichoso quién es el responsable de estas palabras ni el contexto en que las pronuncia, pues se trata del líder de una banda alemana que en su larga y prolífica trayectoria siempre tuvo claras posturas políticas en sus letras y que ha logrado forjar una férrea ligazón con nuestro país, a partir de periódicas visitas y una legión de fieles fans que hace sentir local al grupo.
Justamente, son locales otra vez es uno de los lemas de su nuevo desembarco por estas latitudes, en el que estará celebrando los 30 años de su primera incursión, impulsada por el recordado Pil Chalar, por lo que también será un homenaje de los alemanes al pionero del punk rock en Argentina y Latinoamérica.
Pil fue responsable de traernos a la Argentina porque él insistió para que viniéramos. Desde el primer momento se desarrolló una hermosa amistad. Nos invitó a ser parte en algunos de sus discos, los trajimos aquí a Alemania. Esa relación fue mucho para nosotros y ahora es la primera vez que volvemos desde su muerte y queríamos recordarlo, dijo Campino al respecto.
Con su habitual espíritu celebratorio, que mezclará el recuerdo de 30 años de historia compartida y el tributo a Pil, Die Toten Hosen presentará su espectáculo Aprendiendo Argentino: Lección 30 el 21 y 22 de octubre en el Estadio Obras. Y así como otras veces hubo shows gratuitos sorpresa en la calle o en el living de algún fan, esta vez la novedad será que los festejos se trasladarán el 28 de octubre al Club Unión y Progreso de Tandil
Siempre queremos hacer lo máximo cuando vamos a Argentina. Vamos a celebrar la vida con ustedes. Vamos a estar varios días y queremos ver a muchos amigos de Buenos Aires, pero también queremos ir a algunos lugares donde nunca fuimos. Algunos amigos nos dijeron que Tandil era un lugar hermoso y era fácil de llegar desde Buenos Aires, así que allí iremos. Espero que podamos tener una gran fiesta, expresó el líder de la banda.
Pocos días antes de la llegada al país, Campino mantuvo una extensa charla por zoom con esta agencia en donde rememoró la primera impresión que tuvo de Argentina, habló sobre su pasión por el fútbol y reflexionó sobre la actualidad del punk, entre otras cosas.
Télam: ¿Cuál es el primer recuerdo que aparece de aquella primera vez en Argentina?
Campino: Estábamos atónitos de volar tantas horas y llegar a un país en donde había un montón de fans escuchando la misma música que nosotros: Sex Pistols, The Clash, The Ramones. Nos pareció sorprendente que en Argentina la gente compartía los mismos intereses musicales y gustos que nosotros. Y también teníamos la misma pasión por el fútbol. Allí todos son hinchas de un equipo de fútbol, igual que nosotros, así que hubo una conexión desde el principio alrededor de la pasión y las ganas de celebrar la vida. Nos sentimos muy cómodos desde el principio en Argentina y siempre tratamos de hacer cosas cuando vamos. Esta vez iremos a Tandil y, no sé, tal vez haga una lectura de mi libro (Hope Street: Wie ich einmal englischer Meister wurde), que va a salir en castellano (Hope Street: cómo una vez me convertí en campeón inglés). Seguramente, leeré algunas partes, aunque mi castellano es una mierda (risas). En fin, estaremos atentos a cualquier cosa divertida que pueda pasar.
T: ¿De qué trata el libro? ¿Es una autobiografía?
C: No, en realidad, estuve siguiendo al Liverpool así que es un libro sobre un hincha siguiendo a su equipo y, aunque no siempre pueda ir a la cancha, sobre todo el sentimiento que deposita allí. Soy hincha del Liverpool porque mi madre era inglesa, siempre tengo que explicar mi historia familiar para que se entienda. Justo estuve siguiendo al equipo en la temporada 2019-2020, cuando salió campeón, así que es un diario de hincha sobre esos años.
T: ¿Y con quién estará tu corazón en el próximo mundial? ¿Con Alemania o con Inglaterra?
C: Mi pasión por la selección nacional decayó, era más fuerte cuando era joven. Ahora soy más hincha de mi equipo local, el Fortuna Düsseldorf, que está en segunda división, y tengo el mismo sentimiento por el Liverpool. Es más fácil para mí identificarme con un equipo de una ciudad o de un pueblo que con una selección nacional. A veces, los hinchas de equipos nacionales se pueden volver un poco desagradables. No me gustan las expresiones nacionalistas de ninguna manera, ni en Europa, ni en el fútbol. Supongo que hincharé por Inglaterra porque mi madre era de allí, pero no como un fanático.
T: Esto se condice con la postura política de Die Toten Hosen que reflejan las letras. ¿Siguen siendo estas sus principales preocupaciones?
C: Pertenecemos a una generación que siempre ha estado involucrada en política. Estamos preocupados por la sociedad y siempre es importante para nosotros tener una posición explícita contra el fascismo, los extremismos, la injusticia. Por eso nos hicimos amigos de bandas como Bad Religion o Black Flag, que comparten la misma actitud política. Siempre estuvimos influenciados por The Clash y por The Ramones. No siento que todas las canciones tengan que hablar de algo político. Si estamos de buen humor, no hay nada mal en algo pasatista y divertido, pero tenemos siempre una gran dedicación en nuestras letras y en lo que queremos transmitir.
T: ¿Qué define hoy en día a un punk de acuerdo a los grandes cambios que hubo en la sociedad respecto a la época en que surgió esta cultura?
C: Nunca me pregunté cómo debía actuar para ser un punk o si estaba habilitado para hacer tal o cual cosa porque era un punk. Es una etiqueta y cada persona hace su interpretación: para algunos ser punk es beber desde la mañana hasta la noche, para otros es seguir reglas estrictas. Yo no voy a ser juez de quién o qué es punk. En un principio era fácil decirlo porque había pocas bandas y una situación política clara. Hoy hay un montón de furia que tal vez se pueda encontrar en el hip-hop, pero en agosto estuve en un festival punk en Blackpool y te puedo asegurar que el punk está vivo. Es la música de mi generación pero, en el fondo, las etiquetas no importan. Más que si sos punk o no, lo importante es si sos una personal cool o un imbécil. Cuando era joven no podía hablar con nadie que no fuera punk. Me siento avergonzado de eso porque me estaba limitando a mucha gente interesante.
Con información de Télam