(Por Agustín Argento).- Bob Wall, de quien mañana se cumplirán dos años de su muerte, fue un artista marcial que llevó las peleas callejeras a los sets de cine llegando a cortar con una botella a Bruce Lee, además de haber fundado una de las academias de karate más grandes de Estados Unidos, asociado con Chuck Norris.
Nacido en 1939 en California bajo el nombre de Robert Alan Wall, desde muy chico estuvo rodeado de violencia: su padre alcohólico lo golpeaba salvajemente, hasta que una vez raccionó y casi lo mata. Esto lo llevo a vivir en la calle, donde a fuerza de sus puños se fue abriendo camino en la vida.
Sin embargo, lejos de perderse en las calles de Los Ángeles, Wall se dedicó de lleno a las artes marciales: cinturón negro de karate okinawense estilo Shorin Ryu, también practicó lucha libre, muay thai (boxeo tailandés), judo y boxeo; se cuenta que hasta entrenó con Mohamed Alí.
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Con todo ese bagaje llegó a compartir gimnasio y peleas con Bruce Lee durante 11 años, mientras se perfeccionaba y abría academias con su amigo Chuck Norris, quien desde su participación en la Guerra de las Coreas, llevó a Estados Unidos un estilo nuevo de combate.
Lee, por su parte, ya había creado el jeet kune do, disciplina en la que mezcló movimientos de kung fu norteño, win chu, karate con desplazamientos de esgrima.
En entrevistas que se pueden ver en YouTube, un Wall ya anciano no se dejaba amedrentar y continuaba con su fama de pendenciero. En una de ellas, califica a Steven Seagal (séptimo dan de aikido) de ser un "idiota" y de no haber aceptado un combate mano a mano en el tatami: "Yo ya veía correr la sangre por el piso", dijo como un recuerdo de aquel momento.
También contó el desafío con Royce Gracie, hijo del fundador del jiu jitsu brasilero y multicampeón de Artes Marciales Mixtas. Según dijo, se enfrentaron en 1986 y luego de algunos golpes de muestra, lo noqueó con dos low kicks (patadas bajas, a la altura del muslo). "Luego de pasar por lo que pasé, me prometí que nunca nadie, pero nadie, me volvería a dar una paliza", sostuvo Wall en la misma entrevista en la que afirmó que él seguramente tuvo "diez veces más peleas callejeras" que cualquier otra persona.
Su relación de amistad y negocios con Norris lo llevó a Hollywood y fue en 1972 cuando ingresó por la puerta grande al séptimo arte con el debut absoluto de la mano de Bruce Lee en "El regreso del dragón", escrita y dirigida por el propio Lee. Sabido es que el nacido en el hospital chino de San Francisco no permitía que cualquier artista marcial luchara contra él, aunque más no fuera para las cámaras.
Luego de su estreno, también participó como el máximo villano en "Operación Dragón" bajo el nombre de Ohara. Y aquí se encuentra uno de los grandes mitos de la relación Wall-Lee. En una de las coreografías, Ohara atacaba con una botella a Lee y este debía rechazarlo con una patada.
Algunas historias dicen que a Wall se le fue la mano, mientras que otras señalan que fue la reconocida velocidad de Lee la que impidió que su rival pudiera correr la botella partida. En definitiva, Lee sufrió un profundo corte que lo obligó a salir de urgencia al médico debido a la pérdida de sangre.
Una vez vueltos al set, el artista marcial de origen asiático le propinó una golpiza antológica que, si bien estaba coreografiada, dejaron marcas físicas tanto en Wall como en los extras que debían sostenerlo.
Con Lee muerto en 1973, Wall continuó vinculado al cine. participando en 17 producciones hasta su retiro en 2021. En el medio, actuó y peleó en películas como "Código de Silencio" y "La calle del terror" o la serie "Walker Texas Rangers", todas con Norris o en "Puños mortales" (2009, en su papal de Ohara).
Artista marcial formado en la calle, Wall fue un duro hasta el último momento de su vida, dejando para la posteridad a un Ohara que reaparecerá en la película independiente "Cowboys from hell" o "Cowboys del infierno".
Con información de Télam