Un par de guitarras atraviesan músicas y fronteras a "Dos tiempos"

16 de agosto, 2022 | 16.45

Los eximios guitarristas Lucio Yanel y Yamandú Costa son los protagonistas del documental “Dos tiempos”, un sensible manifiesto musical y geográfico que este jueves llega al Gaumont con el que el director argentino-brasileño Pablo Francischelli además exhibe “lo que se mueve y lo que trasborda frente a los límites estáticos que representan las fronteras”.

Pero para este primer largometraje en solitario (tiene otros dos filmados junto al brasileño Caio Jobim) y con el que debuta en el país donde nació y vivió hasta los cuatro años, el cineasta apunta que “la motivación inicial era investigar la relación maestro-discípulo y el paso del tiempo a partir de la relación entre los músicos y con eso intentar borrar las fronteras mentales que tanto alejan a estos dos países”.

Los límites políticos y culturales, el lazo artístico entre Yanel (de 76 años) y Costa (de 42) y el paso del tiempo y su relatividad, ambientan un relato que muestra el viaje de los artistas en motorhome desde Río Grande do Sul a la Fiesta del Chamamé, en una travesía que recorre al revés el camino que el argentino hizo hace 40 años.

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Aquel primer viaje convirtió al guitarrista correntino Lucio Yanel en una figura central de la música del sur de Brasil y dio contexto propicio para que Costa se dedicara a la guitarra y deviniera en uno de los más notables exponentes del instrumento en su país con enorme proyección internacional.

“Antes de la llegada de Yanel la guitarra ocupaba un lugar menor en la música hecha en el sur del país. Era usada más que nada como un instrumento de acompañamiento y el protagonismo era del acordeón. Y además Lucio apuntó un camino a un niño que años más tarde se transformaría en uno de los más importantes músicos del mundo”, explica Francischelli a Télam.

Con el telón de fondo de las 13 sensibles e inspiradas cuerdas de las guitarras (seis del correntino y siete del gaúcho), la película del realizador que tras vivir 37 años en Brasil ahora está radicado en Suiza, traza un sendero humano que es, a la vez, íntimo y universal que podrá verse a las 22 en la Sala María Luisa Bemberg del complejo sito en Av. Rivadavia 1635.

Télam: En la narración propuesta cine y música son elementos imprescindibles y en diálogo; ¿cómo lograste equilibrar la presencia de ambas artes en “Dos tiempos”?

Pablo Francischelli: Para mí lo más importante durante el proceso era hacer que la estructura narrativa de la película pudiera sostenerse más allá de la música. Hubo siempre un cuidado para que la música no fuera una especie de muletas para hacer que el filme avance, como suele pasar en muchas películas que abordan el tema. Eso exigió un trabajo de montaje bastante complejo, porque tuvimos que dejar algunos hermosos momentos musicales fuera del corte final.

T: ¿Cuál es tu lazo con la música de la región y con la guitarra en particular?

PF: Soy un simple oyente y admirador, pero me generaba mucha curiosidad la pasión de la gente de esa región por los géneros locales, principalmente por el chamamé, que se conoce muy poco en el resto de Brasil. Me interesaba hacer una película que pudiera aproximar estos dos países pero que no hablase ni de samba ni de tango, y que contuviera paisajes (visuales y sonoros) poco vistos en el cine brasileño.

T: ¿Cómo descubriste la historia de Lucio Yanel y su lazo con Yamandú Costa?

PF: Lo conocí a Yamandú hace casi 15 años, cuando los dos vivíamos en Río de Janeiro. Filmé con él un par de veces e hicimos juntos algunos proyectos audiovisuales. A partir de eso nos hicimos amigos y él siempre me hablaba de Lucio como su gran maestro, su principal referencia. A partir de ahí empecé a investigar quien era esa figura y enseguida le propuse a Yamandú la idea del proyecto de la película, incluso sin tomar nota del disco que hicieron juntos en 2000 y del que tomé el título.

T: El viaje de ambos a la Fiesta Nacional del Chamamé ¿se convirtió en la excusa perfecta para este documental?; ¿las paradas intermedias estaban previstas originalmente o son parte de la ficción que se integra a la historia?

PF: Desde el inicio pensábamos que el viaje debería tener un objetivo concreto y no solamente el deseo de dos personas que quieren estar juntas. El hecho de que fueran a presentarse a la Fiesta Nacional del Chamamé cambiaba toda la perspectiva del viaje y los obligaba, por ejemplo, a tener que ensayar músicas en el camino. Otra certeza que teníamos desde el inicio era que no queríamos hacer un filme biográfico. La idea era intentar evocar el pasado de la relación y de los personajes en el tiempo presente, en el tiempo del viaje. Eso nos llevó a querer dar vida a ese paisaje, recorrido por Lucio antes de llegar a Brasil en los años 80, y ahora acompañado por su pupilo Yamandú. Queríamos confrontar los tiempos y explotar algunos temas recurrentes en las conversaciones que teníamos con Lucio durante las investigaciones de la película, como el éxito y el fracaso, la fama y el anonimato, el destino y la fe. Algunas de las paradas estaban previstas y otras no, pero la película siempre estuvo pensada a partir de un gesto documental. O sea, siempre entendimos que incluso las paradas previstas nos llevarían a situaciones inesperadas y era exactamente eso lo que buscábamos. Estábamos preparados para esperar lo inesperado.

T: ¿Qué significa “Dos tiempos” en tu camino como cineasta y en qué trabajás actualmente?

PF: "Dos Tiempos" es mi tercer largometraje, pero los otros dos lo he hecho a cuatro manos (con el realizador y productor Caio Jobim). Creo que en esta película he podido tomar algunos riesgos que me parecen importantes en el cine y que han generado un resultado que me parece interesante y me hace seguir creyendo en el documental en cuanto género y en cuanto gesto.

Sobre hacer cine en Brasil, diré que con el actual gobierno, se vive un momento muy difícil, con un aumento significativo de la pobreza y de la violación de derechos humanos en donde cineastas y artistas fuimos considerados enemigos del Estado y se cortó la mayor parte de las financiaciones para la producción cinematográfica en el país. Pero en este momento estoy empezando el desarrollo de una película con un pueblo autóctono del nordeste brasileño donde la idea también es abordar el tema del paso del tiempo.

Con información de Télam

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