(Por Victoria Ojam) La pirotécnica "Todo en todas partes al mismo tiempo", segundo largometraje de la dupla conformada por Daniel Kwan y Daniel Scheinert que se lanza a un imaginativo viaje entre universos con un cóctel de géneros, estilos y referencias que cautivó a la crítica y al público, es la principal contendiente al Oscar a Mejor película que se entregará el próximo domingo en Los Ángeles, en una poblada terna que tiene mucha variedad cinematográfica para ofrecer.
Con 11 nominaciones bajo el brazo, la película protagonizada por la malaya Michelle Yeoh llega a la 95ta. edición de la cita de la Academia de Hollywood como la más candidateada, con un empuje tardío pero justificado y haciendo pie sobre una propuesta divertida y ambiciosa con un corazón emotivo, un equipo querible detrás y su condición de "distinta" para gozar hoy de su lugar de privilegio.
Relativamente simple en su premisa pero compleja en ejecución, "Todo en todas partes..." sigue a Evelyn, una inmigrante china que lucha por mantener a flote la lavandería que maneja junto a su esposo, Waymond. Su día a día y su vínculo con su marido y su hija parecen cada vez más dañados, hasta que la sorprende una increíble misión: conectándose con otras versiones de sí misma, debe detener a una entidad omnipresente que amenaza con destruir el entramado del multiverso.
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Parodia sobre la cultura pop, altas dosis de surrealismo y un uso inteligente de los clichés de la acción, las artes marciales y la ciencia ficción dan como resultado una producción que no se toma tan en serio a sí misma y que sabe aprovechar ese reflejo juguetón de los ritmos de consumo actuales, digno de la fresca trayectoria de los treintañeros directores.
Y si bien la apuesta de Kwan y Scheinert es celebrada por su vuelta de tuerca al sinfín de adaptaciones, remakes y reinicios que el cine de masas viene mostrando en la última década, su ascenso también se debe a una campaña muy favorecedora sostenida por su elenco. Allí aparecen la adoración por Jamie Lee Curtis, el respeto por Yeoh y el carisma de Quan, un tierno as que le está sacando todo el jugo a su retorno estelar desde su época como niño actor, con roles inolvidables en "Indiana Jones y el templo de la perdición" (1984) y "Los Goonies" (1985).
Galardonada en los premios de los sindicatos de productores, directores, guionistas y actores -quienes integran en su mayoría el cuerpo de votantes de la Academia-, "Todo en todas partes..." parece tener asegurado el triunfo como Mejor película del 2022. Pero en los más sólidos panoramas siempre hay espacio para el imprevisto, y esta vez son "Los espíritus de la isla" y "Sin novedad en el frente", las segundas más nominadas del evento -en nueve rubros-, las que sostienen sus anhelos en la terna.
La primera de ellas dirá presente en los Oscar con el brillante dúo protagónico de Colin Farrell y Brendan Gleeson y un libreto envidiable, en busca de cerrar con broche de oro una carrera que le valió reconocimientos algo aislados pero fuertes en el circuito. Esta historia de maceración lenta sobre la ruptura entre dos amigos que viven en la pacífica isla ficcional de Inisherin y la ridícula brutalidad a la que escala es ejemplo del poder narrativo de su director, el inglés Martin McDonagh, que hace cinco años ya se había acercado a esta estatuilla con "Tres anuncios por un crimen".
Al notable ejercicio de humor negro de McDonagh, también metáfora de la Guerra Civil irlandesa de los años 20, se contrapone el tanque antibélico alemán realizado por Edward Berger, que Netflix estrenó a fines de septiembre y llamó la atención en el mundo por su retrato de un chico de 17 años y su dura experiencia como soldado del Reich durante la Primera Guerra Mundial. De elaborado despliegue, "Sin novedad en el frente" -que además disputa con "Argentina, 1985" la categoría internacional- tiene con qué soñar después de arrasar en los Bafta británicos el mes pasado.
En un segundo orden de chances emerge un combinado de filmes que cumplen con los típicos casilleros a tildar por la Academia en cada ocasión: se trata de la sentida "Los Fabelman", el relato autobiográfico de un peso pesado como Steven Spielberg; la biopic "Elvis", sobre la vida y obra del "Rey del rock and roll"; y el soberbio ensayo de personaje de "Tár", con la maestría interpretativa de Cate Blanchett. También levantan la mano la entretenida sátira social de "El triángulo de la tristeza", del sueco Ruben Östlund, y la pequeña pero de necesario corte feminista "Ellas hablan", de Sarah Polley.
Con más virtudes que desaciertos, todas son merecedoras de un puesto en el grupo, quizás con la bellísima obra de Spielberg -en una práctica de dirección de otro nivel- dentro de un área gris y claramente por encima de aquellas competidoras que probablemente se lleven consigo alguna figura dorada en los rubros técnicos pero que ven desde más lejos la ansiada consagración.
Sólo queda un condimento en la composición de aspirantes al Oscar a Mejor película, con foco en la veta más pochocolera del séptimo arte, en un giro que rescata lo popular y el valor de aquellas películas que fueron la salvación de las cadenas de cine en plena recuperación tras la pandemia de Covid-19. "Top Gun: Maverick" y "Avatar: El camino del agua", dos secuelas de alto impacto que batieron todos los récords de taquilla, son las abanderadas de las preferidas del público en esta edición, a la que arriban con seis y cuatro nominaciones respectivamente.
De cara a una revelación que parece garantizada pero que no está exenta de salvedades y un resquicio para lo inesperado, el recorte de lo más destacado del año que se fue puede jactarse de su balance. Dramas y comedias, espectacularidad o sencillez, buenas historias y buenos personajes: la máxima categoría trae un poco de cada cosa y para todos los gustos.
Con información de Télam