(por Eva Marabotto) - La joven actriz y estudiante de cine Violeta Cárcova es la autora y directora del musical "La tentación del viaje" que los lunes puede verse en el porteño teatro Regina con su apuesta en favor de los sueños y la invitación al debate en torno al exilio que funciona casi como una versión siglo XXI de "Made in Lanús".
Aunque hace unos pocos años que terminó el secundario, Violeta sabe muy bien de qué habla sobre este asunto ya que hace pocas semanas despidió a su hermano que se fue a vivir y trabajar al exterior y tiene amigos y conocidos que partieron o sueñan con armar las valijas definitivamente.
Por eso ideó, escribió y dirige un musical en el que propone resistirse a "La tentación del viaje".
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"Esta obra nació con una imagen: una cocina de restaurante alborotada y una señora especial. Empecé a trabajar a partir de ahí, sin saber muy bien qué estaba buscando", cuenta a Télam la artista, de 22 años, que estudió comedia musical con Ricky Pashkus en la escuela de Julio Bocca, dirigió una obra corta y ahora estudia cine, junto a varios integrantes del elenco y la producción.
"No sabía a dónde iba a llegar. Sí sabía que me interesaban dos cosas: la idea del viaje como la posibilidad de ser quien uno quiere: en otro lugar, sin prejuicios, sin rutinas, con mayor libertad para probar cosas nuevas; y la experiencia de vida de una persona mayor, que lleva consigo historias, anécdotas, enseñanzas y algunas certezas sobre los afectos y el desarraigo", consigna.
Sobre el papel, aquella imagen se convirtió en la historia de Julieta, una moza que trabaja en un restaurante con el objetivo de ahorrar dinero para irse al exterior a cumplir sus sueños. Sin embargo, llega al local una clienta quien, a través de su propia experiencia de viajes, está dispuesta a convencerla de que en su tierra también puede ser artista y no necesita abandonar sus afectos para ser feliz.
Cárcova se tomó tres años para escribirla en los talleres de Laura Paredes y Agustina Gatto. Esta última le hizo notar que había diálogos que podían convertirse en las letras de las canciones de un musical y, cuando puso el proyecto en marcha junto a su amigo y productor Nicolás Alan Medina, él le propuso llamar al maestro Carlos Gianni para que componga la música que suena cada lunes en el Teatro Regina, interpretada por una banda en vivo.
El nombre de Gianni está indisolublemente ligado al de Hugo Midón, el maestro del musical en el país, cuyas obras vieron varias generaciones. "Crecí viendo los espectáculos infantiles de Midón y todavía voy cada vez que hacen una puesta de 'Hotel Oasis', para adultos", confiesa la directora Y el nombre de Midón vuelve a sobrevolar la obra ya que uno de los protagonistas es Joaquín Catarineu, el hijo de Roberto, uno de los actores que participó en muchos de los musicales del creador de "Vivitos y coleando", "La vuelta manzana" y "Objetos maravillosos", entre otros títulos.
A su modo, la obra de Cárcova vuelve a plantear el conflicto que ponía en escena "Made in Lanús" de Nelly Fernández Tiscornia, sobre la dicotomía entre el exilio o la permanencia, pero lo hace con el lenguaje, y la música de su generación.
"La obra tiene una resolución esperanzadora -adelanta, sin ánimo de 'spoilear'-. No sé si vale y le sirve a todo el mundo, pero es una opción válida".
En esa apuesta, apunta que su objetivo es convocar al público para disfrutar de la música y el arte, pero también cuestionarse ciertos temas que están presentes en la sociedad y son "los temas que nos hacen humanos".
Sin embargo, aunque la historia enfoca a una protagonista joven, apela a una conexión entre generaciones, arriba y abajo del escenario. Por eso el equipo que la pone en escena cada lunes a las 21 en la sala sita en Avenida Santa Fe 1235 está compuesto por actores y técnicos de las más diversas edades.
Así lo sintetiza la directora en una carta al público que está en el programa de mano: "Todo es mejor en compañía".
Con información de Télam