(Por Tomás Eliaschev) - El reciente estreno de Apollo 10 y 1/2: una infancia especial es un ejemplo de la fructífera combinación entre animación y viajes espaciales.
La película -dirigida por Richard Linklater y disponible en Netflix desde el 25 de marzo- está situada en Houston, lugar donde está establecido el Johnson Space Center de la NASA.
El despliegue visual y la impecable utilización de la técnica de rotoscopia le dan un extraño realismo al filme, que narra la feliz vida cotidiana de un chico de cuarto grado y su familia desde la voz del mismo niño ya adulto. Todo se entremezcla con la fantasía del protagonista, que se imagina siendo convocado en secreto para ser el primer humano en alunizar.
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Ambientada a finales de los 60 añade un componente documental: discursos de John Fitzgerald Kennedy y de Richard Nixon, la guerra en Vietnam, la lucha contra el racismo en los Estados Unidos y el temor a la guerra nuclear con la Unión Soviética.
Este estreno es un hito más en un vínculo de larga data. En la década del 50, Walt Disney produjo junto al científico de la NASA Wernher von Braun tres programas televisivos, que combinaban un formato de divulgación científica con fantasías animadas de cómo sería la vida en otros planetas. Se trata de Man in Space (1955), Man and the Moon (1955) y Mars and Beyond (1957), títulos que se encuentran disponibles en Disney+.
En la época previa a los hechos a los que refiere Apollo 10 y 1/2 se produjo el vínculo más potente entre un personaje que nació en las historietas y los viajes espaciales. El perro beagle más famoso, Snoopy, junto con sus amigos de la tira Peanuts, se convirtieron en un símbolo de la NASA. Lo cuenta el documental Peanuts in Space: Secrets of Apollo 10, que pone el eje el viaje que marcó el camino al Apollo 11, el que llevó a Neil Amstrong a ser la primera persona en pisar la Luna.
La relación de Snoopy con la NASA es perdurable. En 1988 se presentó el capítulo The NASA Space Station, como parte de una serie animada llamada This is América, Charlie Brown, que consistió en ocho capítulos que narran episodios trascendentales de la historia estadounidense. Uno de ellos mostró a Snoopy y sus amigos, entre ellos el pájaro Woodstock, los humanos Charlie, su hermana Sally, Linus, Marcia, Frankin y Peppermint Patty. En 2019, en el 50 aniversario de la llegada a la Luna, se estrenó la serie Snoopy in space, que ya lleva dos temporadas de 12 capítulos cada una. Al igual que el documental arriba mencionado, ambos están en la plataforma Apple TV.
En años anteriores se produjeron más referencias animadas. En 2003, cuando la NASA envió una misión a Marte, utilizó la imagen de dos personajes de la Warner Bros: Marvin el Marciano, el único contrincante al que Bugs Bunny realmente le tiene miedo, y Duck Dodgers, la encarnación del Pato Lucas convertido en una mezcla de Buck Rogers y Flash Gordon.
Más cercano en el tiempo, en ocasión de los recientes viajes espaciales a Marte, Looney Tunes estrenó un capítulo en HBO donde Marvin ataca el Rover de la NASA.
Otro cruce entre la NASA y los dibujos animados fue el estreno del capítulo de Los Simpson Homero en el espacio profundo, en 1994. Allí se hace referencia a una idea de la NASA de enviar gente común al espacio para atraer el favor de la opinión pública. Aparece Buzz Aldrin, el segundo hombre en pisar la Luna. En la versión original se escucha su voz.
Aquí, el padre de Bart protagoniza la inmortal escena en la que come papas fritas acanaladas flotando sin gravedad mientras suena El Danubio Azul, de Johann Strauss. A la NASA le encantó y desde entonces hay un DVD con el capítulo disponible en la Estación Espacial Internacional.
Con información de Télam